Laura Pedro, ganadora del Goya por los efectos especiales de 'La Sociedad de la Nieve': "Me cuesta sentir la película como la siente el público"
Con tres premios Goya (acaba de ganar en la categoría de efectos especiales por 'La Sociedad de la Nieve'), Laura Pedro nos cuenta los entresijos del que es su trabajo, seguramente, más arduo y brillante.
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Su último proyecto, 'La Sociedad de la nieve', la dejó "abajo", exhausta y un poco más delgada. Hoy, Laura Pedro, supervisora de efectos visuales (VFX) de la película, ha ganado, junto a Félix Bergés y Pau Costa, su tercer Goya (el primero lo ganó por 'Superlópez'; el segundo, por 'Way Down). Al filme dirigido por Juan Antonio Bayona le debe, además de su nueva nominación y un premio EFA, el haber descubierto los millones de tonalidades blancas que puede mostrar la nieve, la dureza y la belleza de los Andes, y cómo trasladar el frío que hacía en el Valle de las Lágrimas donde se estrelló el avión en el que viajaban los supervivientes que inspiran la cinta, al patio de butacas.
Hablamos con Laura Pedro sobre las curiosidades visuales y secretos de 'La Sociedad de la Nieve'.
Si lo más difícil de hacer en efectos visuales es lo que no se ve, como un día nos contaste ¿qué es lo que no hemos visto en La Sociedad de la Nieve?
El mayor desafío ha sido hacer que el espectador sienta los Andes. Ha pasado un tiempo desde que terminamos la película y hoy hay planos que ya no sé dónde empiezan los efectos y dónde terminan. Todos los planos en los que estamos en la montaña han sido tocados digitalmente para añadir algo. Todos.
¿En cuántos planos habéis intervenido?
Aproximadamente mil, que es más del doble de los que tocamos digitalmente de media en una película, que suelen ser 300 o 400. De hecho, había tanto volumen que decidimos repartir el trabajo entre Ranchito, la empresa para la que trabajo, y otras cuatro empresas más.
¿Qué tal se trabaja con la nieve y qué problemas plantea?
Eso ha sido lo más complicado. Para mí era la primera vez. Ya venía prevenida porque los compañeros que habían trabajado en 'Juego de Tronos' me habían contado los problemas que habían tenido con la famosa nieve de la serie. Cuando subes a los Andes y retratas la nieve y la luz que proyecta, te das cuenta de la infinidad de tonos blancos que hay y mientras estás rodando, si cambia un poco el sol, y eso pasa mucho en los Andes, de repente tiene otro color. Hemos tenido que ir con mucho cuidado a la hora a la hora de mezclar la nieve y que no se notara.
¿Es ese uno de los grandes logros de la película, a nivel visual?
Una de las cosas más increíbles, aparte de haber podido llevar los Andes a la pantalla y que la gente sienta la montaña o de haber hecho un accidente, es el diseño de preproducción, tanto a nivel técnico como de diseño mental. No nos hemos inventado una montaña cualquiera: hemos tenido que ir a los Andes a traer la montaña, pensar cómo subirla o planificar qué necesitábamos capturar antes de empezar el rodaje.
¿Y en cuanto a secuencias?
La que me fascina son los planos generales que hay cuando los personajes descubren la cola del avión y la radio y las maletas. Te aseguro que esa posición que se ve de la montaña es el sitio exacto donde estaba la cola del avión accidentado real y se ve toda esa inmensidad del valle con el sol amaneciendo por detrás del volcán que hay al fondo. Son los que más me gustan a nivel de composición.
¿Eres una de las pocas personas que al ver la película no se ha sentido sobrecogida, porque ya conocías todos los trucos?
Es verdad que, como he estado trabajando tanto tiempo en la película y es relativamente reciente, me cuesta aún verla como un espectador más. Me pasa con muchos proyectos, que cuando las veo estoy pensando en algo del trabajo que ha pasado durante el proyecto, problemas que han surgido durante el rodaje y he tenido que afrontar… Conforme pasa el tiempo, sí la voy pudiendo sentir más, como la ve el público.
¿Buscas el fallo en lugar de dejarte llevar por la emoción?
Se vienen otras emociones relacionadas con el proyecto. Pero cuando hacemos pases para académicos o para compañeros, miro sus caras y sus reacciones, y es espectacular ver cómo eso que llevas a la pantalla le llega a la gente, y cómo la gente siente esa presión que hay por esas paredes interminables que nosotros mismos sentimos cuando estuvimos en los Andes. Conseguir que la gente sienta que está ahí perdido y que la montaña manda, hace que yo también lo sienta… sin sentirlo.
¿Cómo se logra que el espectador pase frío?
Es un mix de todo: tanto las actrices como los actores pasaron frío de verdad y nosotros, también, pero no tanto. Y fuimos de verdad a la nieve, y también importa la composición de la montaña de los Andes, y el trabajo de color que hay detrás y el sonido y la música…
Además de hacer sentir la montaña, habéis tenido que hacer montañismo.
Anduvimos por la montaña de verdad, tuvimos que parar de filmar por las nevadas… En esta película hemos dependido mucho de la montaña y de cuando ella quería que estuviésemos ahí o no.
La forma física, entonces, importaba.
Cuando hace un par de años vimos que sí se iba a poder producir la película, yo estaba trabajando en ‘Way Down’. Un día, en el rodaje, me agaché y no me podía levantar. Descubrí que tengo artrosis en una rodilla y al enterarme de que ‘La Sociedad de la Nieve’ sí iba a suceder y que a lo mejor tendríamos que ir a los Andes, me puse a rehabilitarme porque si no, sabía que en algún momento me iba a lesionar y no iba a poder estar trabajando como yo quiero. Me puse en serio a cuidarme.
Con esas caminatas, ¿también habéis adelgazado, como los protagonistas?
Al final todos, entre movernos y subir y bajar cada día, algo hemos adelgazado, pero sin sufrir tanto como el cast (el reparto). ¡Ha sido tremenda la entrega y el reto de los actores!
¿Qué película te parece brillante por sus efectos visuales y cómo los has detectado si los buenos, como dices, no se notan?
La película que siempre cito es 'La muerte os sienta tan bien'. Los efectos son de ILM, una de las mejores empresas del sector, y son brutales y el trabajo me sigue fascinando porque lo sigo viendo real. En cuanto a cómo poder valorar cosas invisibles… muchas veces te enteras de que hay efectos porque te lo dicen o ves imágenes del antes y el después. Me pasó con 'Parásitos' y me quedé boquiabierta: había un plató y todo lo demás era creación digital. No sabía que la casa no existía. La gran mayoría de los efectos de las películas quedan en secreto.
Has declarado que algunas películas que se nominan en la categoría de efectos visuales están sobrevaloradas. ¿Es por ignorancia?
Creo que en premios donde tienen que elegir una película de una lista interminable puede haber casos en los que se vote a la primera que a uno le suene más y se queden fuera otras muchas que no son tan conocidas y no han hecho supertaquillazo, pero que tienen un trabajo espectacular. No es que fallen, pero se podría revisar.
He oído que esta película te dejó "a menos mil". ¿A cuánto estás ahora?
Terminé muy abajo pero ahora que han pasado meses y me he permitido el lujo de parar y cuidarme a mí misma, estoy remontando.
Ante el 'manexplaining' ya no me quedo callada ni sonrío
Teniendo tres Goya, recién galardonada en los Premios del Cine Europeo… el ser mujer ¿ya no es un problema o todavía tienes que aguantar algún ‘manexplaining’?
Sí, eso sigue pasando pero así como antes no sabía cómo reaccionar, la Laura de hoy, que ya tiene 34 años y se está intentando trabajar y curar de muchas cosas con muy buenas compañías y gente que la ayuda, cuando pasa, no se queda callada y no lanza una sonrisita. Ahora contesto y me defiendo. No siempre me sale pero cuando estoy centrada, respondo. Pero sigue pasando y seguirá pasando si no contestamos y elevamos la voz para decir: "No, por aquí, no".