¿Es el oilplaning la solución definitiva para una piel luminosa? Spoiler: a los expertos no les parece una buena idea

Estamos ante otra tendencia que promete una piel luminosa. Así lo aseguran las redes. Hablamos del oilplaning, una alternativa más suave al dermaplaning, la técnica de afeitado (y exfoliación) facial que se hizo viral hace unos años para eliminar las células muertas del rostro y eliminar el fino vello de la cara. Pero las modas (por absurdas o controvertidas que sean) vuelven cada cierto tiempo. Eso sí, reiventadas. Y ahora le toca al oilplaning coger el testigo del dermaplaning, acaparando protagonismo en las redes como una versión mejorada del afeitado facial y la promesa de conseguir una piel radiante y suave, con esa textura y luminosidad hiperreal que nos ofrecen los filtros. Sin embargo, su práctica no parece convencer a los expertos. “El poder de las redes sociales es tremendo y cuando un vídeo se hace viral no podemos evitar su alcance; así son las modas. Pero aquí no hablamos de ropa sino de nuestra piel, la única que tenemos y que debemos cuidar. Está claro que nada dura para siempre pero lo que cuidemos siempre durará más en las mejores condiciones”, comenta la doctora Natividad Cano miembro del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica) de la AEDV.

¿Qué diferencia el dermaplaning de la nueva técnica del oilplaning?  Poco. Solo el tipo de producto que se aplica en el rostro antes de pasar la cuchilla. En el primero se utiliza básicamente gel o crema de afeitar como lubricante (aunque también se practica en seco) y en el oilplaning se usa un aceite facial, que permite un mejor deslizamiento del bisturí. Porque, sí, para la práctica de ambas técnicas se utiliza una suerte de bisturí o navaja más fina que una cuchilla de afeitar al uso.

Según la doctora Natividad Cano, el hecho de utilizar aceite facial en vez de crema de afeitado permite crear una película más fluida entre la piel y la cuchilla lo que hace que la exfoliación con la propia cuchilla sea más intensa y efectiva. De todas formas, a pesar de que aporta más hidratación y mejor deslizamiento en la depilación, “el uso de aceite puede provocar más producción de sebo y oclusión de poro, así como riesgo de aparición lesiones acneicas”, apunta la dermatóloga del IML, la doctora Adriana Juanes.

Que el oilplaning se presente como una alternativa menos agresiva, no elimina la polémica sobre la idoneidad de esta técnica (pasar la cuchilla por el rostro). Parece que, como su antecesora, tampoco cuenta con la bendición de los expertos. “Este tipo de técnicas, tanto el oilplaning como el dermaplaning no son más que agresiones para nuestra piel. Se trata de una exfoliación agresiva a través de una cuchilla con la que además cortamos el vello facial y arañamos nuestra piel. Aunque pongamos productos previamente, la piel de la cara es delicada y esto hace que nuestra barrera cutánea esté vulnerable, y por tanto, la piel quede expuesta y sin protección ante cualquier agente externo”, afirma rotunda la doctora Natividad Cano.

En efecto, corrobora la dermatóloga del IML, Adriana Juanes, “el oilplaning se ha puesto muy de moda pero no es algo que todo el mundo pueda realizarse y puede tener efectos secundarios perjudiciales”. Depende del tipo de piel de la paciente y, dice, siempre hay que informarse y tener una consulta con un especialista. Para esta experta, este método no es lo más recomendable ni para exfoliar ni para depilar, ya que primero siempre hay que analizar el tipo de vello facial y de piel para valorar la mejor opción y evitar efectos secundarios.

“La exfoliación facial debemos hacerla siempre con productos que sean seguros y siempre combinados con otros que ayuden a nuestra piel a conseguir ese proceso de renovación cutánea con el que conseguimos tener una piel sana, brillante y jugosa”, expone la doctora Cano para quien el proceso perfecto sería una exfoliación física y química, “ambas combinadas, y acompañadas de retinol, con el que conseguimos acelerar la renovación cutánea y generar colágeno de forma natural”. 

En cuanto al oilplaning como método de depilación, Natividad Cano es contundente: “No lo recomiendo para nada. El vello facial está ahí por algo, hace que nuestra piel se mantenga hidratada, actúa como un escudo y el encargado de protegernos frente a distintas agresiones”. Además, prosigue esta especialista, ese vello está ahí para darnos la alerta frente a posibles patologías como puede ser el hirsutismo. Siempre que decidamos eliminar ese vello debemos consultarlo con un médico especialista, ya que él va a ser quien vea y valore si hay algo por lo que alarmarse o por el contrario, todo está dentro de la normalidad. Una opinión que comparte la portavoz del IML: “siempre hay que analizar el tipo de vello facial y de piel para valorar la mejor opción y evitar efectos secundarios”.

Y es que como advierte la doctora Cano, uno de los efectos colaterales más claros e inmediatos que puede tener la práctica del oilplaning es la indefensión de la piel frente a los agentes externos (cambios climáticos, rozaduras con cualquier tejido o superficie y vulnerabilidad frente a otros productos que apliquemos…). “Todo esto podría desencadenar patologías más graves para nuestra piel que conllevarían tratamientos largos para conseguir restaurar la función barrera”, advierte. Por eso, esta especialista recomienda otras alternativas.  “Actualmente, hay otras técnicas en el mercado que son menos agresivas con la barrera cutánea y con las que conseguimos eliminar el pelo”. Es el caso de la tecnología láser, de diferentes tipos, que se puede personalizar dependiendo de las características del pelo y la piel del paciente. Si aun así, sientes la curiosidad (o el morbo) de probar el oilplaning, la doctora Adriana Juanes recomienda que lo practiques solo en el caso de que sea vello depilable y “siempre con aceites suaves, no oclusivos, ricos en vitaminas y aceites esenciales así como con cuchillas muy, muy finas, y no afiladas”. Y nunca olvidar salir a la calle sin haber aplicado un factor de protección alto.