¿De verdad el 'entrenamiento capilar' transforma el pelo graso en una melena radiante? Los expertos se pronuncian

¿Tener el cabello sucio para tenerlo luego más limpio? Ese es el secreto del entrenamiento capilar, una tendencia que asegura que reducir el uso de champús ayuda a regular la producción de sebo del pelo graso. ¿Tiene sentido la propuesta? Sigue leyendo.

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El pelo graso es un desafío con el que luchan a diario muchas personas. Al uso de champú específico y servicios profesionales se ha sumado una tendencia viral: el entrenamiento capilar, una práctica que pretende regular la producción de sebo del cuero cabelludo espaciando los lavados. Para empezar requiere paciencia: no es fácil ‘aguantar’ con el pelo apelmazado y sucio por mucho que desde las redes sociales se nos prometa un futuro capilar brillante. Por otro lado, no está tan claro que la práctica funcione y siempre es interesante saber lo que opinan los especialistas en la materia.

La tendencia, explica Asun Pont, del departamento de Educación Kérastase & Shu Uemura, parte de la creencia de que cuantas más veces lavamos el cabello más sebo produce este y que, por tanto, la producción de grasa del cabello se puede entrenar reduciendo la frecuencia de lavado, para que dure más tiempo limpio y se ensucie menos. Para esta experta, la práctica carece de sentido. “A menos que tengamos la capacidad de intervenir en lo que sucede dentro del cuero cabelludo, no se puede alterar ni entrenar el ciclo de producción de grasa”, algo que depende de cada persona y está supeditado a diversos factores, desde las fluctuaciones hormonales hasta la alimentación. “El pelo hay que lavarlo a demanda para que se vea limpio y brillante”.

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Dicho esto, puestas a entrenar el cabello, Pont considera que la clave está en buen diagnóstico, recopilando toda la información necesaria sobre el tipo, textura, estado del pelo, preocupaciones y estilo de vida para poder diseñar un programa personalizado. ¿Su consejo? Un detox capilar, un entrenamiento que permite purificar el cabello de los residuos de producto acumulados, como la polución y suciedad del ambiente, las células muertas, la grasa y el sudor. “Es una pausa en la rutina diaria para que el cabello descanse, se fortalezca, recupere brillo y suavidad, a base de exfoliación del cuero cabelludo y cabello, limpieza y humectación”. De esta forma, dice, el cabello recupera la soltura, fuerza, suavidad, brillo y un movimiento natural de raíz a puntas.

“El caso del espaciamiento entre lavado para controlar la grasa es uno de los ejemplos que no funciona con todas las personas, se tiene que evaluar caso a caso y tener en cuenta la especificidad de la situación”, apunta el doctor Carlos Portinha, Chief Clinical Officer de la clínica capilar Insparya. Es cierto, continúa, que en algunas personas puede ayudar a reducir la producción de grasa en el cuero cabelludo, pero a esto se asocia la acumulación de más suciedad, grasa, células muertas, contaminación… “Así, al final, vamos a empeorar la salud capilar. Son raros los pacientes que se benefician del espaciamiento del lavado. Así que debemos aconsejar, en general, que se lave el pelo todos los días, utilizando champús sin alcohol, parabenos, sal...”

El pelo graso ¿nace o se hace?

Según el doctor Carlos Portinha, las causas del pelo graso pueden ser hereditarias, pero hay otras circunstancias, no escritas en los genes, que afectan a su oleosidad. “Por ejemplo, los cambios hormonales propios de la adolescencia, el embarazo o la menopausia así como una alimentación inadecuada. Es recomendable prestar especial atención a la dieta, que debe ser baja en grasas e incluir frutas y verduras a diario. Igualmente el estrés puede ser otro desencadenante”. Esto, a nivel interno.

Además de esos factores, el especialista de Insparya enumera otras causas externas que influyen en una excesiva producción de sebo: desde un cambio brusco en las condiciones ambientales hasta tocarse el pelo a menudo o jugar con él, pasando por la aplicación de productos inadecuados para el tipo de pelo o demasiados fijadores (laca, gomina, espuma) así como usar accesorios (sombreros, gorras) muy a menudo. Cuidar la higiene es igualmente esencial, incluso si es necesario con lavados diarios, alternando un champú específico para cuero cabelludo graso con otro hidratante o nutritivo y aconseja utilizar agua tibia en el lavado, evitando la fría.

Por otro lado, dice el doctor Portinha, cuando se tiene un pelo graso se tiende a utilizar champús demasiado agresivos, “algo muy desaconsejable”, porque este tipo de fórmulas muy astringentes pueden provocar un efecto rebote y acelerar la actividad de las glándulas sebáceas o arrasar con los aceites naturales de la melena.

Pero un pelo con exceso de grasa es una pesadilla para quienes lo padecen. Y es aquí donde se puede considerar el uso de champús en seco, una alternativa que según Pont no interfiere en el plan de entrenamiento y puede permitirnos espaciar un día más el lavado cuando comienzan a apelmazarse las raíces por la acumulación de grasa. “Una solución rápida y cómoda para conseguir que nuestro cabello luzca más limpio sin necesidad de lavarlo; una forma fácil y práctica para refrescar la melena, darle un olor agradable y eliminar la grasa que la pueda apelmazar y transmitir sensación de suciedad”, señala Portinha quien, sin embargo, añade que este producto debe estar reservado solo para ocasiones puntuales, ya que, si lo empleamos con mucha frecuencia, el cabello se puede deshidratar, volviéndose frágil y quebradizo. “Del mismo modo, se puede desequilibrar la producción natural de grasa del cuero cabelludo, que resulta esencial para su correcta hidratación”.

La grasa es necesaria

Cada cabello tiene una glándula sebácea y su función es producir secreción grasosa que ayuda a mantener el pelo y cuero cabelludo sanos. Forma una especie de barrera que protege del estrés oxidativo y de los agentes externos. El músculo erector del cabello está unido al folículo piloso y cuando se contrae o se tensiona tira del folículo y hace que se enderece o quede aplanada la salida del cabello pudiendo aumentar el aspecto graso, explica Asun Pont.

Pero además del cuero cabelludo, la fibra capilar posee aceites naturales cuya función es nutrir, hidratar, suavizar, reparar, proteger, desenredar y aportar brillo al pelo. De ahí la necesidad de preservar o restaurar esos aceites, para lo que la formadora de Kérastase recomienda dormir con el cabello recogido y seco, utilizando idealmente una funda de satén, y aplicar un serum de noche.

Otros gestos que ayudarán a mejorarlo es prescindir por unos días de las herramientas de calor, limpiar las herramientas de peinado para no volver a depositar residuos en el cabello y evitar los peinados tensos así como los elásticos convencionales, reemplazándolos por scrunchies.