La sensacional boda ‘cowboy’ que ha conquistado a Instagram: botas camperas, caballos y dos vestidos de novia en un rancho de Colorado

En un momento en el que la personalización es la gran tendencia de todo evento que se precie, las bodas convencionales parecen ser cosa del pasado. En los últimos tiempos estas ceremonias se han convertido en una fiesta ‘a la carta’ en la que la clave del éxito reside en que cada detalle refleje la esencia de los novios. O al menos así ha ocurrido en la boda ‘cowboy’ que la supermodelo Taylor Hill ha celebrado el pasado fin de semana en un rancho de su Colorado natal y en la que cada decisión -desde la firma del vestido de novia hasta la presencia de su mascota- está tomada con mimo para crear un día inolvidable y hecho a su medida.

La historia de amor de Taylor Hill y Daniel Fryer comenzó en 2019, después de que unos amigos en común los presentaran en un festival de jazz de Aspen. Tras dos años de noviazgo, el inversor hincó la rodilla, sacó un anillo de diamantes y le pidió matrimonio durante una escapada a Positano en junio de 2021 y ambos optaron por fijar la fecha del gran día para el verano de 2023, de forma que tuvieran tiempo suficiente de organizarlo todo sin prisas. Finalmente, ha sido el 10 de junio cuando se han dado el ‘sí quiero’, aunque las celebraciones se han extendido a lo largo de todo un fin de semana de diversión en el que la Moda, en mayúsculas, ha tenido una gran relevancia (no podía ser de otra forma tratándose de una de las modelos más cotizadas de la industria). 

Lo vimos desde la preboda, celebrada la víspera con una fiesta de bienvenida, para la que Taylor escogió un vestido de ganchillo de House of Flora y joyas de Messika (firma de la que es embajadora y con la que posaba para la portada de Woman del número de marzo tras pasar por nuestros #PremiosWoman). Unas botas camperasredondean de forma cómoda el estilismo, en sintonía con el de su entonces prometido, que llevaba ropa de la marca mexicana Tecovas, un sombrero de Stetson y botas al más puro estilo ‘cowboy’. 

Ya en la ceremonia nupcial, la modelo sorprendió luciendo el que es el primer vestido de novia hecho a medida por la casa Etro: un diseño vaporoso de escote bardot y con volantes que la protagonista considera “un sueño hecho realidad” y que ha sido posible gracias al director creativo de la enseña, Marco de Vincenzo, con quien ha sentido una gran complicidad a lo largo de todo el proceso. Lo acompañó con joyas de David Yurman y, curiosamente, sin zapatos: “quería casarme descalza para estar conectada a la tierra de la que vengo”, ha explicado ella misma en Instagram, donde las publicaciones de su enlace superan el millón de likes. 

Mención aparte merece el look del novio, que, siguiendo con la tradición del internado en el que estudió, optó por el clásico chaqué británico que llevaba cuando era estudiante del Eton College (Londres).

Y no podemos pasar por alto el detalle más tierno de la jornada: la asistencia de Tate, el perrito de Taylor, que había estado malito los días previos y finalmente se recuperó para la boda, a la que fue vistiendo sus mejores galas. ¡Para morir de amor!