Cómo ser modelo de pasarela a los 60 años y midiendo 1,60, la historia de Kathy Jacobs

Kathy Jacobs
Kathy Jacobs / @ageisbeauty | Instagram

La industria de la moda, y más concretamente las pasarelas, siempre ha llamado la atención por estar plagada de cuerpo normativos e inalcanzables para muchas. Modelos de no más de 25 años con siluetas delgadas y esbeltas que no suelen bajar del 1,70. En este contexto es lógico que mujeres como Kathy Jacobs llamen la atención no solo por su edad y su altura, sino también por su carisma y actitud, que impulsan un cambio real en el negocio de la moda a través del empoderamiento femenino.

Tras una larga carrera, en la que ha empleado más de media vida para llegar hasta dónde está hoy, la modelo texana se ha ganado el título de la primera mujer de su edad en desfilar para Sports Illustrated Swimsuit. Con 1,60 m de altura y a la edad de 58, Jacobs confiesa que el camino no ha sido sencillo. "Soy una mujer de 58 años y 1'60 que ha sido incluida en un desfile con chicas décadas más jóvenes que yo y más altas. Honestamente, ser baja es mas duro que tener 58 en la industria de la moda. Espero que esto cambie", comentaba la modelo en un post de Instagram con el que celebraba el alcance que ha tenido un video sobre su debut en el número especial de trajes de baño de la mencionada revista estadounidense.

La parte más destacada de su mensaje es la importancia de un cambio radical en el que el 'body positive' incluya la belleza de las mujeres adultas y que estas encuentren el hueco que merecen ocupar en nuestra sociedad.

'La mujer invisible' o envejecer siendo mujer

Cuando escuchamos hablar sobre la belleza del cuerpo femenino queda reflejado un fuerte aprecio hacia la mujer y todo lo que representa: la feminidad, la fertilidad y maternidad, la delicadeza, el poder, etc. Sin embargo esta estima cuenta con una fecha de caducidad. Mientras que los hombres disfrutan de una despreocupación por cuidar su cuerpo para encajar dentro de los cánones estéticos del momento, con la tranquilidad de que envejecer es un mero tramite por el que hay que pasar, millones de mujeres se sacrifican para entrar, sea como sea, en los estándares de belleza establecidos. Dentro de este marco, envejecer siendo mujer no es solo un suplicio, sino también un crimen.

Resulta una obviedad que ver a tu cuerpo cumplir años resulta extraño para cualquiera, sin embargo cuando es un cuerpo femenino el que lo hace surge un suceso "paranormal" en el que pasa algo parecido a cuando los protagonistas de la saga de 'Harry Potter' utilizaban la 'capa de invisibilidad'. Perder la elasticidad de la piel, que aparezcan marcas de la edad o simplemente lucir un pelo canoso parece estar prohibido para la mujer, imponiendo un castigo a pagar si "permites" que esto le suceda a tu aspecto: el rechazo social. En la creación de grupos de simpatía de una sociedad estructurada, esta supone una de las mayores condenas que se puede sufrir. Esto se produce por contradecir lo que la opinión pública considera correcto.

Esta percepción de la mujer adulta como algo "incorrecto" o "invisible" porque ya no está considerada un objeto sexual, que hace que el resto de sus habilidades pierdan importancia, es consecuencia de lo que todos conocemos. Estos estigmas parecen irrompibles si tratamos de convencer a los demás de la importancia de desechar estos estereotipos que condenan la valía de las mujeres a partir de cierta edad. Pero los actos y pensamientos involuntarios se rompen con conciencia social y con la introducción gradual de modelos que nos permitan dejar a un lado los complejos e inseguridades. Para ello es necesario deconstruirnos, deshaciéndonos las estructuras mentales que hemos creado a lo largo de nuestro aprendizaje y con la educación que hemos recibido que, inconscientemente, nos vuelve pequeñas y vulnerables.

Pero este cambio está plagado de pasos que paulatinamente irán rompiendo con el orden establecido. Por ahora referentes como Kathy Jacobs introducen la figura de una mujer adulta en espacios en los que antes había sido impensable acceder. Gracias a personas como ella poco a poco la sociedad irá acostumbrándose entendiendo que la validez no reside en la juventud sino en la valentía y empeño por estar incluidas en los espacios que merecemos sin importar la apariencia física ni mucho menos los signos de la edad, haciendo que estos factores pasen al segundo o tercer plano al que pertenecen.

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