Sara García, la primera astronauta española: “No permitas que nadie te diga lo que puedes o no hacer”

Mujer leal, de palabra, que no se pone límites y considera que no hay otra opción que el feminismo, aunque no cree necesarias las cuotas. La astronauta e investigadora española, sin dudas, rompe estereotipos.

Sara García astronauta

Sara García, astronauta española.

/ D.R.

Entrevisto a Sara García sentada en un aeropuerto. Pocos lugares tan adecuados quizá para hablar con la primera astronauta española. Su nombramiento como parte del nuevo equipo de la Agencia Espacial Europea (ESA) junto al también leonés Pablo Álvarez, ella como reservista, él como titular, ha despertado muchas expectativas. Al fin, una mujer española, alguien en quien las niñas y adolescentes se pueden mirar. Ella tiene muy clara la necesidad de divulgar. Por eso, aunque ya sea de noche, asegura que "no me importa acabar tarde las entrevistas", porque sabe que "hacen falta más referentes. Hay que eliminar estereotipos y dejar de poner etiquetas, especialmente a niños y niñas pequeños. Eso puede repercutir en que nosotras mismas nos autocensuremos".

Por ello, su mensaje para las jóvenes es claro e inspirador: "No permitas que nadie te diga lo que puedes o no hacer". Por el contrario, las anima a luchar y a perseverar, a "que aprendan y disfruten de cada pasito, porque no hay un camino marcado. Lo creas tú misma. Cuantos más pasos des, más grande será tu mundo y más fácil será afrontar cualquier problema con el que te encuentres, más sencillo te será relativizarlos".

Ahora, Sara García también es una de las protagonistas de la campaña 'Chicas, la ciencia nos necesita’, de Constantes y Vitales, creada para inspirar la vocación científica en niñas y adolescentes con referentes femeninos que rompen estereotipos de género. Entre ellas, la propia Sara, esa niña que soñaba con el espacio y que está ya a un paso de explorarlo pero que, además, sigue soñando a lo grande con ir a “una misión espacial que sirviera para mejorar la vida de los pacientes de cáncer, ese sería mi mayor sueño”.

Cuando eras una niña ¿qué soñabas con ser de mayor?

Con muchas cosas, porque siempre he sido muy inquieta. Todo me ha despertado curiosidad, por eso sentía interés por muchas disciplinas. Y, desde luego, siempre quise ser astronauta. Con mis padres íbamos por el pueblo a ver las estrellas y a mirar los plantea, hablábamos de ello y, por supuesto, con mi afán aventurero y mi curiosidad infinita, yo tenía claro que quería ser astronauta y exploradora. Pero también soñaba con ser científica, con ser química y hasta con ser patinadora por los deslizantes pasillos de los supermercados… Anécdotas aparte, siempre soñé con muchas cosas, era muy curiosa.

¿Y cómo llegas a Biotecnología y luego a la investigación contra el cáncer?

Estudié Biotecnología porque sabía que me quería dedicar a la investigación y me llamaba mucho la atención la rama biosanitaria, todo lo que tenía que ver con la salud. Pero no quería estudiar Medicina para tratar a los pacientes, sino investigar las razones de por qué surgen las enfermedades, cómo podemos utilizar los sistemas biológicos y el conocimiento científico para traer un beneficio a la sociedad. Y Biotecnología consiste justo en eso. Estudiándola, me di cuenta de lo mucho que me interesaba investigar sobre el cáncer por lo compleja que es esta enfermedad, las muchas ramas que tiene, lo mucho por descubrir que hay y el bien que puedes llegar a hacer. Por eso estudié el máster y el doctorado, en Biología Molecular y Medicina del cáncer. 

¿Crees que llegaremos a ver una cura del cáncer o una cronificación de la enfermedad?

Es difícil hablar de cura contra el cáncer, porque no podemos hablar de una única enfermedad. Hay más de 300 tipos de cánceres y cada uno de ellos es único. Tienes un origen común, eso es cierto, la base celular por la que surge, pero evolucionan de manera muy distinta. Por eso es difícil hablar de una cura para el cáncer. Efectivamente, hablamos más de cronificación o de que los pacientes consigan una remisión. Ni siquiera un médico se atreve a decir que un cáncer está curado, se dice que hay una remisión. Pero soy muy optimista y hay grandísimas mentes e investigadores en todo el mundo luchando contra el cáncer. Creo que veremos grandes avances en los próximos años.

¿Cómo y por qué decidiste apuntarte a la selección para astronautas de la ESA?

Porque es una oportunidad que surge una vez en la vida, al menos en esta agencia. En la NASA quizá las posibilidades sean más altas, pero la ESA saca plazas de astronauta de manera muy poco frecuente. La anterior fue en 2009. Cuando veo esta oportunidad, que tengo la edad adecuada, la experiencia profesional y técnica, que todos los pasos que he ido dando en mi vida me han ido formando de alguna manera para cumplir esos requisitos de capacidades y psicólógicos que ellos están buscando y cuando, encima, descubro que estamos hablando de desarrollo tecnológico, de avance en el descubrimiento científico, de aventura, de trabajar en equipo… Todo me pareció la combinación perfecta, el trabajo de mis sueños. Y dado que es una oportunidad que pasa una vez en la vida, había que subirse a ese tren. Lo hice y fui con todo a por ello.

Sara García, astronauta española 1

Sara García, astronauta española.

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Las personas que decidís ir al espacio, sois capaces de dejar todo atrás…

Sí, es cierto. Somos personas que nos adaptamos muy bien. Nos gusta explorar, tener nuevas experiencias cada día. Al final, esa voluntad por crecer y esa curiosidad, creo que compensan todo lo demás. Y si hay que cambiar totalmente de vida, pues se hace.

Han sido 18 meses de un duro proceso de selección. ¿Qué fue lo más difícil?

Creo que aguantar todo el proceso quizá ha sido lo más duro de todo, porque son muchas fases con gente increíble, con perfiles maravillosos, que vas avanzando y a veces te sientes inseguro, no sabes si te llamarán… Te tienes que centrar en disfrutar del proceso y aprender lecciones, porque si no puede ser muy duro de gestionar. Todas las fases son complicadas, especialmente la primera, que fueron once horas de exámenes para evaluar tus capacidades cognitivas. Había pruebas de matemáticas, físicas e ingles, para valorar tu capacidad de memoria, de concentración… Además, durante todo el proceso han evaluado nuestras capacidades psicológicas.

¿Y qué te pareció más fácil?

Fácil creo que no ha habido nada (risas). Quizá las pruebas médicas, más que nada porque ahí no podías hacer nada, tan solo cooperar con los médicos. En mi caso estuve cinco días en un hospital de Toulouse, donde analizaron todo lo que se podía analizar de mí.

¿La evaluación psicológica era la que más valoraban?

Sí, sin duda. Para mí, después de las pruebas que nos han hecho, diría que aproximadamente el 60% iban enfocadas a evaluar de una manera o de otra las capacidades psicológicas. Te probaban constantemente a ver si eres capaz de mantener la calma, si eres agradable, amable, positivo, si pierdes o no los nervios, si resuelves problemas bajo presión…

Sara García, astronauta española.

Sara García, astronauta española.

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¿Qué has descubierto de ti misma en todo este proceso?

He descubierto que tengo más paciencia y mejor capacidad de gestión de la que a lo mejor hubiera podido pensar. Que cuando me permito ser yo misma, dejarme llevar y ser creativa, funciona. Que no tienes siempre que ser perfecto o acorde con unos estándares muy altos. Y mira que te estoy hablando de un proceso de selección con un nivel de excelencia. Pero, justo en él, me di cuenta de que no había que buscar la respuesta perfecta, porque quizá ni existiera. No debía de tratar de ser alguien que no era, porque en 18 meses les daba tiempo a saber todo de mí. Me dije, se tú misma, que puede que funcione. Entender eso ha sido maravilloso. Por otro lado, la gente que he conocido en este proceso me ha inspirado a que no me ponga límites, a comprender que en esta vida podemos probar de todo. Por el mero hecho de las experiencias, no por el objetivo en sí.

Qué bonito cómo hablas de tus compañeros…

Es que han sido lo más bonito del proceso de selección. A pesar de ser muy competitivo, es en el que menos competitividad entre nosotros he podido detectar. Era siempre competir con uno mismo. Nos hemos ayudado en todas las fases, si teníamos información que podía ayudar a otra persona a avanzar o a sentirse mejor, la compartíamos. Hasta ese punto. Eso ha sido precioso.

Según te escucho hablar, me da la sensación de que lo que estaban haciendo corresponde a la búsqueda de un nuevo tipo de liderazgo…

Sí, totalmente. Quieren que seas un gran líder, que tomes las riendas cuando sea necesario y que los demás te sigan porque les inspiras, porque les das confianza. Pero que si en algún momento tienes que cambiar de rol instantáneamente, seguir a otro líder, que seas el mayor trabajador en equipo que pueda existir, preparado para reaccionar de manera rápida y apoyar a esa persona que ahora mismo lleva las riendas. Buscan personas que tengan esas capacidades y que puedan intercambiarlas sin problema, con rapidez.

Has contado que os asignaron números para evaluaros. ¿Crees que los curriculums ciegos ayudan a las mujeres y a la diversidad, al evitar sesgos?

Sí, en este caso se percibe. Se presentaron un 25% de mujeres, y al ser una evaluación ciega, hemos llegado al 50%. Lo cual dice mucho a favor de las mujeres. No estoy yo muy a favor de las cuotas, creo que procesos como este buscan a grandísimos profesionales, sean quienes sean, independientemente de su género, origen o edad. Y hemos demostrado que una evaluación ciega no nos perjudica, sino todo lo contrario.

¿Eres feminista?

Por supuesto, no considero que nadie pueda ser ‘no feminista’ a día de hoy. Buscamos la igualdad entre hombres y mujeres. Para mí, al menos, no tiene sentido pensar de otra manera.

Te has convertido en un símbolo para todas las mujeres y niñas. Nos has abierto una ventana a todas. ¿Qué haría falta en educación para impulsar las vocaciones femeninas en ciencias?

De entrada, más referentes de profesionales. No solo que se dediquen a estas carreras, sino que hayan podido triunfar, lo cual es difícil porque no les ha sido sencillo. Al mismo tiempo, eliminar los estereotipos, hay que dejar de poner etiquetas, especialmente a niños y niñas pequeños. No se debería de decirles que valen para esto o que no valen para lo otro. Nadie tiene que evaluar eso, sobretodo en las edades más tempranas. Tendemos a estereotipar, aunque ya se esté trabajando mucho en ello. Todo eso puede repercutir en que nosotras mismas nos autocensuremos, más allá de que dudemos de nuestras capacidades, que pensemos que no vamos a poder triunfar en determinados campos. Por eso nos hacen tanta falta referentes.

Sara García, astronauta española.

Sara García, astronauta española.

/ D.R.

Referentes como tú. ¿Quiénes son los tuyos?

Tengo muchos. En ciencias, de mujeres que lograron cambiar las cosas, hacer descubrimientos increíbles. Por ejemplo en el caso de los astronautas, Samantha Cristoforetti es la única mujer astronauta europea en activo, la tercera en llegar al espacio y fue nombrada comandante de la estación espacial. Ella hace mucha divulgación, es muy inspirador escucharla. Es una científica excepcional a la que he tenido la suerte de conocer. Hay tantas mujeres excepcionales, y no todas famosas. Otro de mis referentes es una compañera que conocí en Biotecnología y que, para mí, es una de las personas más inteligentes del mundo.

¿Qué te ilusionaría más de salir al espacio?

A nivel personal, la aventura que implica, romper barreras, algo que muy poca gente ha tenido la oportunidad de experimentar porque es extraordinario. Como investigadora, lo que más me ilusionaría es que me asignaran una misión, ser parte de un equipo que va a traer beneficios a nuestra sociedad a nuestro regreso. Porque toda la tecnología que se desarrolla relacionada con el espacio es para mejorar el bienestar de la sociedad. Ser una de las técnicas que lo consiga sería un sueño cumplido, la verdad.

Tú que has aprendido tanto, ¿alguna recomendación para las lectoras más jóvenes que sueñan con ir al espacio?

Lo primero que les diría es que no permitas que nadie te diga lo que puedes o no hacer. Si algo les gusta y les motiva, que luchen por ello y que persistan. Y no tanto centrándose en el objetivo final, sino en todo el proceso. Que aprendan y disfruten de cada pasito, porque no hay un camino marcado. Lo creas tú misma. Cuantos más pasos des, más grande será tu mundo y más fácil será afrontar cualquier problema con el que te encuentres, más sencillo te será relativizarlos.

¿Cómo te definirías?

Como una persona honesta, humilde, con una voluntad que va más allá de este planeta (risas). Cuando me propongo algo, intento no rendirme, especialmente si afecta a otras personas. Lucho hasta el final y lo doy todo, haga lo que haga. Si me comprometo con algo, mi compromiso está escrito en piedra, es irrompible.

Como amiga, entonces, no tienes precio…

Soy muy leal y muy sincera.

¿Qué importancia tiene para ti el deporte en tu vida?

Muchísima. Lo primero que hago cuando me levanto es entrenar, desde hace siete años. Me pongo el chándal y a hacer deporte. Luego me ducho y comienzo con mi vida. Me ayuda a ponerme en marcha y, sobretodo, tengo días muy complicados de agenda, generalmente estoy con 27 tareas al mismo tiempo, así que el tiempo que dedico al deporte me sirve de liberación, para resetear y desconectar. Además, liberas endorfinas, algo perfecto para afrontar el día. Me permite poner retos y superarme.

¿Crees que nuestro futuro está en las estrellas, que habrá colonias en otros planetas?

Creo que tenemos que seguir avanzando, somos una especie exploradora por naturaleza y que se deja llevar por la aventura. En eso puede haber muchos beneficios por descubrir. Pienso que encontraremos grandes respuestas a preguntas de las que no tenemos ni idea ahora y, quién sabe, quizá una nueva forma de ver las cosas que nos sirva como ayuda incluso aquí, en nuestro planeta.

¿Piensas que hay vida en el universo?

Estoy casi convencida de que encontraremos formas de vida, y no muy lejos de la Tierra. Pero hablo, claro, de formas de vida pequeñas, bacterias… algo microscópico. En cuanto a civilizaciones, considero que es tan grande el universo… Comentaba Pablo [Álvarez], mi compañero, un dato el otro día: todas las estrellas del firmamento suman más que todos los granos de arena de todas las playas juntas de nuestro planeta. Así que, imagínate, es tan inmenso que casi por estadística, tiene que haber algo. No podemos ser los únicos. Aparte, yo soy fan de 'Expediente X' y, como decían, I want to beleive (yo quiero creer) (risas). Pero es mucho mojarse. Ojalá que sí.

Y por último, ¿cuál sería tu mayor sueño?

Conseguir una misión y empezar el entrenamiento. A poder ser, relacionada con la investigación contra el cáncer, porque llevo doce años dedicada a ella. Si pudiera aunar una misión espacial que sirviera para mejorar la vida de los pacientes de cáncer, ése sería mi mayor sueño.

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