Las razones de la prensa británica para criticar las canas de la reina Letizia

El look de la reina Letizia, con cabellos grises, ha generado algunos comentarios en la prensa. Y no todos son halagadores.

La reina Letizia rescata su vestido confeti de Massimo Dutti para un acto en la Biblioteca Nacional de Madrid

La reina Letizia rescata su vestido confeti de Massimo Dutti para un acto en la Biblioteca Nacional de Madrid.

/ Gtres

Al igual que la prensa española, donde cada una de sus apariciones despierta miles de elogios que aplauden su buen gusto, las apariciones de la reina Letizia suelen inspirar comentarios muy positivos en los medios internacionales. Así, ha sido alabada por su elegancia ('Paris Match', 'Flash', 'Beau Monde', 'Tatler', 'Daily Mail', entre otros, lo han hecho); el acierto de sus accesorios ('People'), sus elecciones de moda 'low cost' ('La Republicca', 'Diregiovani', 'Svensk Dam') o, incluso, sus canas (la edición británica de 'Vogue'). Pero es precisamente este último aspecto, el de no ocultar sus cabellos grises, el que ahora la ha llevado de nuevo a los titulares y no, precisamente, de una forma tan favorable.

La reina Letizia combina su vestido de flecos de Hugo Boss con pendientes de Tous

La reina Letizia combina su vestido de flecos de Hugo Boss con pendientes de Tous.

/ Gtres

Todo se ha desencadenado a partir de una columna publicada por el 'Daily Mail', tabloide que en otras ocasiones no ha ahorrado piropos hacia la reina. En esta ocasión, sin embargo, una de sus colaboradoras, Christa D Souza, ha elegido un discurso distinto para hablar de las canas que luce de vez en cuando la reina, y que han sido consideradas por muchas como una señal de "empoderamiento". Para esta articulista, sin embargo, las canas significan un "me he rendido". Pero, atención, que su justificación para afirmar algo así no es la crítica por la crítica: ella alega que todo lo que dice es fruto de su experiencia dejándose, también, canas. Y defiende un sentido más práctico que empoderado (de hecho, sus palabras carecen de este último). Esto es lo que plantea:

¿Sientan bien las canas?

El texto comienza asegurando que la reina de España es "preciosa". "Aunque en cuanto al pelo, si me permite el atrevimiento, Su Majestad, ¿está segura de que le sientan bien las canas?", pregunta, para después reflexionar sobre una cuestión.

"Sé que se ha puesto de moda el movimiento #GreyHairDontCare y sé que todos queremos ser auténticos y naturales, pero ¿realmente queda mejor?".

Asimismo, la editora se cuestiona (en clave muy poco 'women power', hay que decir) qué opinan las parejas de esas personas que se han dejado canas y si también están tan contentas con esa decisión (lo que no se plantea es por qué este punto se plantea cuando se deja canas una mujer pero no se plantea cuando se las deja el hombre, ojo).

Sus palabras han generado ya un revuelo en las redes, donde se clama por, en primer lugar, la libertad empoderada de cada una para lucir el pelo que prefiera y, además, no enmascarar su edad con tintes si así no lo desea.

Los tratamientos para canas

Por su parte, la autora, que en otras columnas ha abrazado distintas temáticas feministas, se justifica señalando que ella misma probó a dejarse el pelo canoso y habla por su propia experiencia.

Además de asegurar que su pareja no estaba tan feliz con la idea aunque "no se atrevió a decirlo en el momento", sino una vez que ella empezó de nuevo a teñirse, indica que al principio estaba encantada. "Me daba igual lo que pensaran los demás. Me parecía tan 'actual' e inteligente. Se puede ser canosa y sexy, pensé".

Los argumentos que sostiene para señalar que las canas son una forma de decir "me rindo", para empezar, es señalar lo duro que es encanecer bien, ya que requiere un mantenimiento "casi permanente". "A no ser que esté peinado y secado con secador, las canas significan "me he rendido", afirma Christa, quien sin embargo reconoce excepciones, como las de Doria, madre de Meghan Markle, o Andie MacDowell, excepciones de todo esto.

La periodista asegura que el pelo canoso acabó resultando un rollo. "Acabó agotándome. Mi aspecto acabó influyendo en cómo me sentía y quizá en cómo reaccionaban los demás ante mí. (...) Con las canas me convertí en la abuelita de mi grupo", concluye.

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