Sobre mujeres invisibles y el síndrome de la impostora: así es nuestra novela favorita (y la de Oprah Winfrey) para el Día de la Mujer

Toda una eminencia en Estados Unidos y miembro del exclusivo club de Oprah Winfrey, la escritora Elizabeth Lesser se preguntó qué hubiera pasado si las mujeres hubieran sido las narradoras de la historia. El resultado es un libro fascinante donde, además, relaciona esta falta de referentes femeninos con el ‘síndrome de la impostora’ y da herramientas para superarlo.

Día del libro
Día del libro / martin-dm

Hay libros que atrapan porque sorprenden en cada página. Mucho de eso hay en 'Que hable Casandra' (Ediciones Maeva), en ensayo que nace de la pregunta que se hizo la escritora Elizabeth Lesser: ¿Qué hubiera pasado si las mujeres hubieran sido las narradoras de la historia? La cuestión no es baladí, según demuestran cada página de su obra, en la que realiza un detallado análisis de cómo la historia, contada por los hombres, se ha encargado de invisibilizar a las mujeres, en muchos casos, mientras que en otros, simplemente creaban mitos donde quienes salían mejor parados eran…¿adivinas?

Cofundadora del Omega Institute, el mayor centro de educación de adultos en Estados Unidos, y una de las 100 mujeres del exclusivo club de Oprah Winfrey, Soul Sisters, Elizabeth Lesser es una hábil creadora de libros superventas y carismática conferenciante. En 'Que hable Casandra’ demuestra su soltura y logra fascinar, al tiempo que demuestra con datos y estudios sus teorías.

El libro está dividido en tres partes. En la primera explora los mitos y las historias sobre quiénes son los héroes y el papel de las mujeres, que están ya grabados en el ADN de nuestra cultura y nuestras sociedades. Luego, analiza la relación de las mujeres con el poder y redefine, con perspectiva de género, lo que significa ser valiente y fuerte. Por último, en la tercera parte ofrece ejercicios introspectivos para ayudarnos a superar el ‘síndrome de la impostora’ y convertirnos en un nuevo arquetipo de mujer, libre de estereotipos.

La mismísima Oprah Winfrey, productora de docuseries virales y la más popular presentadora norteamericana, ha señalado el libro 'Que hable Casandra’ como muy necesario: “A lo largo de los años he entrevistado a miles de personas, la mayoría mujeres, y diría que la raíz de todos los problemas que me he encontrado ha sido la sensación de falta de autoestima o de amor propio”.

El libro 'Que hable Casandra' de Elizabeth Lesser

El libro 'Que hable Casandra' de Elizabeth Lesser

/ Ediciones Maeva

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Escritora de bestsellers y conferenciante norteamericana,

Lesser decidió escribir este libro

porque, desde joven “en la escuela y luego en la universidad,

siempre me pregunté por qué teníamos que memorizar los nombres y las fechas de las batallas, las guerras, los soldados y los generales, como si eso fuera lo único que se consideraba historia.

¿Y por qué solo leíamos los ‘grandes libros’ en los que el héroe era siempre un hombre que tenía que abandonar su casa para demostrar su valía a trvés de aventuras que desafiaban a la muerte y que normalmente implicaban la guerra o algún otro tipo de violencia?”

Las mujeres también somos heroicas

Aquello le hizo pensar en que los valores y las prioridades que tenemos en nuestra sociedad están relacionados con esos ideales de aventura y violencia, las que vivían los protagonistas -–hombres siempre– de historias que a ella no le interesaban demasiado. Y se preguntó: “¿Qué habría pasado si las fuerzas, los instintos y el genio de las mujeres se hubieran llamado heroicos, se hubieran respetado, se hubieran seguido? ¿Qué hubiera pasado si la humanidad hubiera decidido desde el principio que antes de apartarnos los unos de los otros, antes de atacar, antes de ir a la guerra, daríamos una oportunidad a otras nobles cualidades humanas: la comunicación, la ternura, el cuidado, el perdón?”.

En estos tiempos de guerra en Ucrania, donde Putin ejemplifica esos ideales violentos, ajenos al diálogo, el libro de Lesser se hace aun más interesante. “¿Por qué esas cualidades se consideraron ‘blandas’?”, dice la autora en la entrevista con WOMAN, “¿Qué hay de las heroicidades del amor y las relaciones, de la creación de arte y belleza, de la cocina, del nacimiento de bebés y del cuidado de los niños y los ancianos y los animales y la tierra? ¿No valía la pena elevar también toda esa historia? ¿No se necesitaba también valor y fuerza, inteligencia y voluntad?”

La escritora y conferenciante Elizabeth Lesser

La escritora y conferenciante Elizabeth Lesser, autora de 'Que hable Casandra'

/ DION OGUST

Su ensayo es, además de una visibilización de muchas mujeres, también una reivindicación de esos valores considerados como femeninos. Harta de que “cualquier mención a las mujeres en los cuentos y mitos antiguos las pinta débiles o malditas; segundas en la creación, primeras en el pecado”, Lesser ha tomado la pluma para darles voz. “Y en los cuentos de hadas, son feas brujas, y las niñas son bellezas dormidas o encerradas en torres. Son vírgenes o putas, damiselas indefensas o demasiado fuertes, demasiado duras, DEMASIADO”, señala.

Mirar con perspectiva de género

Según la visión tradicional, en cualquier arte o libro de texto, denuncia que al final, resulta que “las mujeres eran un problema, pero los hombres eran historia”, por eso, la autora decidió “volver atrás y revisar las historias que han dado forma a nuestra cultura, para verlas a través de la lente femenina, y examinar cómo han afectado a lo que somos hoy”.

Si se dejara hablar a Casandra, ya no la veríamos “como una loca, ni como una víctima, ni como alguien a quien compadecer, sino como el símbolo de las mujeres que se levantan en todo el mundo, diciendo: ‘Mis sentimientos, mis pensamientos, mis sueños, mis visiones son valiosos. Creed en ellos. Salvarán el mundo’”, apunta Lesser.

Las mujeres no huyen, tienden puentes

En el libro, también replantea una historia científica del siglo XX: la respuesta de lucha o huida al estrés. “Ese concepto surgió en los 40, cuando el Dr. Walter Cannon, director del departamento de psicología de la Universidad de Harvard, quiso estudiar qué les ocurría a los seres humanos bajo estrés”. El profesor determinó tras sus experimentos que, bajo estrés, los humanos se vuelven agresivos y luchan violentamente o huyen.

Pero, en 2007, una investigadora médica de la Universidad de California en Los Ángeles, la Dra. Shelly Taylor, se dio cuenta de que los estudios de Cannon se realizaron solo en varones. “Taylor repitió la investigación, esta vez con mujeres, para medir su respuesta al estrés y al conflicto, y descubrió que, aunque a veces huían, la mayoría de ellas respondían atendiendo primero a los más vulnerables –niños, ancianos y enfermos–, o creando círculos de pertenencia y haciéndose amigas de los demás”, explica. Lesser además recuerda la falta de perspectiva de género en la medicina y la investigación: “hasta hace poco, la mayoría de los estudios médicos solo se realizaban con hombres, lo que tenía graves repercusiones en la salud de las mujeres”.

Por eso, para ella es fundamental “dignificar los instintos y habilidades de ‘cuidar y hacer amigos’ de las mujeres. Si los llamamos heroicos, quizá también despierten esos instintos en los hombres”. Si se hiciera, tal vez no se vería una guerra como la de Rusia con Ucrania. “Ese es solo el último ejemplo de la forma desequilibrada que tiene la humanidad de afrontar el estrés y los conflictos”, dice.

Para cambiar esa forma de actuar, anima a “las mujeres excluidas del poder durante la mayor parte de la historia registrada, a intervenir ahora y cuestionar algunos supuestos básicos: que la dominación y la violencia son necesarias para mantener el orden; que los hombres están predeterminados divina o biológicamente para liderar; y que el guerrero debe ser venerado mientras que el cuidador emocional y comunicativo es de segunda categoría”.

Para Lesser, según las mujeres asuman más funciones de liderazgo, "podría cambiar la percepción del poder, del modelo de dominación a un modelo más inclusivo y comunicativo”. Aunque, recuerda, hay que estar alerta porque "el egocentrismo no tiene género".

El síndrome de la impostora y cómo evitarlo

El síndrome del impostor, empeora entre las mujeres, en las que es mucho más frecuente que en los hombres, en parte por esa historia masculinizada que nos han contado. Las personas que se sienten impostoras, viven con miedo a ser "descubiertas" o expuestas como fraudes. “No es sorprendente que las mujeres se sientan así. Desde el principio de los tiempos se nos ha dicho que debemos bajar la voz, que no somos de fiar y que somos demasiado emocionales, que no entendemos cómo funciona realmente el mundo”, confirma Elizabeth Lesser y da una serie de recomendaciones y técnicas para superarlo:

Date cuenta de que no estás sola. “Habla de tu propio síndrome del impostor. Nos ayuda escuchar a amigos, colegas o mujeres poderosas conocidas por haber admitido su síndrome de la impostora. La gran escritora estadounidense Maya Angelou dijo: ‘He escrito 11 libros, pero cada vez pienso: 'Uh oh, ahora se van a enterar'. Los he engañado y me van a descubrir’'. Cuando escuché eso, me sentí menos avergonzada de mi propio síndrome del impostor y más inspirada para trabajar en él”.

Ten paciencia. “Lo hemos padecido durante siglos, así que nos llevará un tiempo superarlo. Me gusta recordar lo que dijo la ex Primera Dama, Michelle Obama: ‘No desaparece esa sensación de que no deberían tomarme tan en serio porque ¿qué sé yo? Lo comparto con vosotros porque todos tenemos dudas sobre nuestras capacidades’. He trabajado en organizaciones sin ánimo de lucro, en fundaciones y en empresas, he formado parte de consejos de administración, he estado en Cumbres Generales, en la ONU y he conocido a muchas de las personas más poderosas del mundo. Esto es lo que he aprendido: No son tan inteligentes".

Interrumpe la voz de la (supuesta) impostora. “Cuando oigas a otra mujer restando importancia a su buen trabajo, cuestionando su contribución, disculpándose, menospreciándose a sí misma, diciendo cosas ‘impostadas’, discrepa de su valoración. Pon un espejo frente a ella. Ayúdala a ver lo dura que está siendo consigo misma, lo inexacta que es su valoración. Y ponte ese mismo espejo delante de ti misma”.

Repite conmigo: ‘no lo sé todo’. “No puedes. Nadie es capaz y, si alguien afirma que lo sabe, es un verdadero impostor. Un estudio de Harvard Business Review de 2019 descubrió que las mujeres superan a los hombres en 17 de las 19 capacidades que diferencian a los líderes excelentes de los medios o pobres. Otro análisis de estudios de género muestra que, cuando se trata de habilidades de liderazgo, los hombres sobresalen en la confianza, mientras que las mujeres destacan por la competencia. Múltiples estudios en múltiples industrias muestran que las mujeres suelen juzgar su propio rendimiento como peor de lo que realmente es, mientras que los hombres juzgan el suyo como mejor de lo que realmente es”.

Día del libro
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Día del libro

“El retrato de casada”, de Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide)
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“El retrato de casada”, de Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide)

Su anterior novela, “Hamnet”, se convirtió en uno de los libros del año en 2020 y en un verdadero fenómeno internacional. La nueva, como poco, tiene todos los puntos para estar en el top ventas este Sant Jordi. La autora irlandesa nos acerca a la figura de Lucrezia de Medici, casada en 1560 con trece años y muerta un año después, no sabemos si a causa de una enfermedad (como dijo la versión oficial) o asesinada por un marido impaciente por tener descendencia. La fascinante prosa de O’Farrell te absorberá por completo.

“Los astronautas”, de Laura Ferrero (Alfaguara)
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“Los astronautas”, de Laura Ferrero (Alfaguara)

Todo empezó por una foto en el que la autora se vio por primera vez retratada junto a sus padres, separados cuando ella era muy pequeña. “Yo tenía una familia, pero nadie me lo contó” es la frase que abre el libro. A partir de este punto de partida, Laura Ferrero ahonda en el universo familiar mientras nos acerca las exploraciones de diversos astronautas. Cien por cien recomendable.

“No todo el mundo”, de Marta Jiménez Serrano (Sexto Piso)
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“No todo el mundo”, de Marta Jiménez Serrano (Sexto Piso)

Qué maravilla de relatos en torno al amor contemporáneo, a cargo de una voz a tener muy en cuenta (dio mucho que hablar con su novela debut “Los nombres propios”). Del autoengaño de “Lo de Verónica” a la diferencia de clase de “La Virgen de la Macarena” o el amor en la tercera edad de “Filmin”, seguro que te sientes identificada en alguna de sus magnéticas historias.

“De vuelta a casa”, de Kate Morton (Suma)
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“De vuelta a casa”, de Kate Morton (Suma)

La bestseller australiana autora de “El jardín olvidado” regresa con una historia que te enganchará. Ambientada entre la Australia rural de 1959 y el Londres y Sidney de nuestros días, Morton hila una novela llena de secretos familiares, mansiones victorianas, personajes que no son lo que parecen y mucha intriga. Arranca con una tragedia: la muerte de Isabel Turner y tres de sus hijos mientras están de picnic. Todos parecen extrañamente dormidos y su bebé recién nacida ha desaparecido.  

“El ángel de la ciudad”, de Eva García Sáenz de Urturi (Planeta)
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“El ángel de la ciudad”, de Eva García Sáenz de Urturi (Planeta)

El inspector Kraken sigue atrapándonos con sus historias personales y profesionales. Tras el éxito de la “Trilogía de la Ciudad Blanca” y “El libro negro de las horas”, en esta nueva entrega lo veremos preocupado por resolver varios temas. Por un lado, resolver la muerte de su padre. Por otro, investigar el incendio de un palazzo veneciano del que han desaparecido varios libreros anticuarios y en el que está implicado su madre. Y por último y no menos importante, ocuparse de su familia actual, Alba y su hija Deba. Un viaje por la Venecia más siniestra y por los conflictos más personales del protagonista, Unai López de Ayala.  

“Esperando al diluvio”, de Dolores Redondo (Destino)
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“Esperando al diluvio”, de Dolores Redondo (Destino)

Otra de nuestras bestsellers favoritas nos lleva en esta ocasión a una de las mayores tormentas del silgo pasado: la acaecida en Bilbao en 1983. En esta ciudad recalará Noah Scott Sherrington, un policía escocés con el corazón frágil que está obsesionado por detener a un asesino en serie que se le escapó. Un criminal conocido como John Biblia, responsable de la muerte de tres mujeres en Glasgow a finales de los años 60. Está basado en hechos reales y lo devorarás.

“El último sueño”, de Pedro Almodóvar (Reservoir Books)
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“El último sueño”, de Pedro Almodóvar (Reservoir Books)

Doce relatos inéditos escritos por el cineasta a lo largo de toda su vida, desde su adolescencia a la madurez, y recopilados por su asistente Lola García, a quien dedica el libro. La soledad, la muerte o los conflictos creativos pueblan estas historias que se mueven entre diversos géneros, entre los que no falta el autobiográfico.  

“La educación física”, de Rosario Villajos (Seix Barral)
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“La educación física”, de Rosario Villajos (Seix Barral)

Ganadora del Premio Biblioteca Breve 2023, esta novela denuncia la violencia ejercida de múltiples formas sobre el cuerpo de las mujeres. Y lo hace a través de Catalina, una adolescente de los años 90 a la que conocemos haciendo autoestop. Ha salido huyendo de la casa de campo de una amiga: algo turbio ha sucedido con el padre de ella. Mientras espera a que le pare un coche, y a pesar del miedo que eso le produce, vamos conociendo a la protagonista y su mundo. Muy reveladora.

“Yeguas exhaustas”, de Bibiana Collado Cabrera (Pepitas de Calabaza y Los Aciertos)
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“Yeguas exhaustas”, de Bibiana Collado Cabrera (Pepitas de Calabaza y Los Aciertos)

Hartas. Estamos hartas. Cansadas de trabajar, de hacernos valer, de la violencia de género, de nuestra sexualización, de la difícil relación con nuestro cuerpo y de tantas otras cosas. Esta autora valenciana nos cuenta su vida -o la vida de su alter ego, Beatriz- a través del tan en auge género de la autoficción. Fácil identificarte con alguna de sus reflexiones.  

“Hijos de la fábula”, de Fernando de Aramburu (Tusquets)
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“Hijos de la fábula”, de Fernando de Aramburu (Tusquets)

El escritor vasco detrás del fenómeno “Patria” retoma la temática etarra, esta vez con una mirada humorística muy disfrutona. La ficción la protagonizan dos jóvenes, Asier y Joseba, que desean convertirse en militantes de la banda terrorista. En la granja francesa donde esperan instrucciones, se enteran del cese de la actividad de ETA. Determinados a seguir con la lucha, deciden montar su propia organización a pesar de su inexperiencia. Nada puede salir bien.

“Vengo de ese miedo”, de Miguel Ángel Oeste (Tusquets)
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“Vengo de ese miedo”, de Miguel Ángel Oeste (Tusquets)

La rabia hecha libro. El autor malagueño decide contar su historia familiar, marcada por un padre maltratador y una madre sumisa. Eran otros tiempos: en la Málaga de los 70, deslumbrada por el turismo extranjero y las fiestas sin fin, cuando alguien veía una familia así, miraba para otro lado sin remordimientos. Desgarrador pero necesario.  

“En la boca del lobo”, de Elvira Lindo (Seix Barral)
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“En la boca del lobo”, de Elvira Lindo (Seix Barral)

La historia de Julieta te emocionará. Tiene once años y acaba de llegar junto a su madre a una aldea perdida, La Sabina, a pasar las vacaciones. Nadie sabe qué le sucede: ha pasado el curso con la cabeza en otra parte, totalmente ausente. Este verano lleno de primeras veces Julieta crecerá, y nos lo contará en una preciosa y mágica narración en primera persona. Sobre la vulnerabilidad de la infancia.  

“Corazones perdidos”, de Celeste NG (Alba Editorial)
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“Corazones perdidos”, de Celeste NG (Alba Editorial)

Tras triunfar con “Pequeños fuegos por todas partes” (Alba), la autora estadounidense de origen chino Celeste NG nos avisa con esta distopía de los peligros del auge de la extrema derecha y del creciente sentimiento antiasiático. En un futuro próximo, China se ha convertido en la primera potencia económica mundial. Estados Unidos se enfrenta a ese liderazgo a través de un régimen controlador que denuncia cualquier comportamiento antipatriótico. En este mundo, conocemos a Bird, un niño que fue abandonado por su madre. Pero acaba de recibir un dibujo y está convencido que es ella enviándole un mensaje: debe huir y encontrarla.

“Los cisnes de Macy’s”, de Leticia Sala (Reservoir Books)
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“Los cisnes de Macy’s”, de Leticia Sala (Reservoir Books)

Sus poemas tienen muchos seguidores en Instagram y ya cuenta con dos libros que los recoge: “Scrolling after sex” e “In Real Life”. Su nuevo trabajo supone su puesta de largo en formato prosa y lo hace a través de relatos cortos (algunos micro) evocadores, intimistas y muy logrados. Infidelidad, maternidad, relaciones fraternales, una mudanza o un aborto son algunos de los temas que toca, llevándonos de Barcelona a México o California.  

“Me alegro de que mi madre haya muerto”, de Jennette McCurdy (Tendencias)
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“Me alegro de que mi madre haya muerto”, de Jennette McCurdy (Tendencias)

Un título impactante para un libro impactante. El de las memorias de Jennette McCurdy, estrella de iCarly y Sam & Cat (Nickelodeon), donde explica todo lo que conllevó convertirse en una pequeña actriz famosa, cumpliendo la obsesión de su madre. Trastornos alimentarios, adicciones, depresión y una complejísima relación madre e hija que Jennette cuenta con un humor negro hilarante pero desgarrador. El libro se ha convertido en un fenómeno.

Matrioskas, de Marta Carnicero (Acantilado)
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Matrioskas, de Marta Carnicero (Acantilado)

Si Enrique Vila-Matas califica esta ficción como una de las novelas europeas del año, tiene todos los puntos para que sea un gran libro. Duro y hermoso, breve e intenso, nos presenta a dos mujeres: Hana, una mujer víctima de la guerra, que vive lejos del país donde nació, y Sara, una joven de dieciocho años, rebelde e inconformista.  

“Persianas metálicas bajan de golpe”, de Marta Sanz (Anagrama)
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“Persianas metálicas bajan de golpe”, de Marta Sanz (Anagrama)

Marta Sanz se atreve con una distopía exigente y poderosa. En un mundo futuro, donde la represión policial y la explotación laboral están a la orden del día, una mujer madura y solitaria vive con un dron y pasa sus días entre conversaciones virtuales y programas del corazón.  

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