Los tres baches que no pudieron parar a Alexia Putellas

Cuando uno se echa a la calle y habla sobre fútbol femenino en España el primer nombre que todo el mundo sitúa en primer lugar es el de Alexia Putellas. Y no es para menos. Alexia se ha convertido en el referente absoluto a nivel nacional, pero también a nivel mundial. Desde la conquista de su primer Balón de Oro su importancia no ha parado de crecer dentro del terreno de juego y también fuera, donde es uno de los grandes reclamos publicitarios en su club y en la propia selección, que estos días disputa el Mundial de Fútbol Femenino en Nueva Zelanda. Aún así, no todos los momentos de la vida de ‘La Reina’, como la conocen en el mundo futbolero, han sido bonitos. 

Ahora, Alexia afronta esta Copa del Mundo con ánimo de revancha tras la inoportuna lesión que le dejó sin Eurocopa el pasado verano y que le ha hecho vivir uno de los peores momentos de su vida… aunque no el único escollo que ha tenido antes de llegar al estrellato. Son tres quizá, los momentos en los que la catalana ha tocado fondo. 

El primero, por reciente, el de la citada lesión de ligamento cruzado anterior que le ha tenido en el dique seco toda la temporada. Puede que por eso llorara tanto el día en el que recogía su segunda distinción como mejor jugadora del planeta: “Que habiendo estado lesionada durante mucho tiempo, me sigan reconociendo como la mejor, me da mucha fuerza para volver de la lesión”, reconoció aquel día Alexia. 

Y es que, en su documental ‘Labor Omnia Vincit’ ("El trabajo todo lo vence", un lema que lleva tatuado y que da nombre a su documental en Prime Video), reconoció que el día en el que empezó a ser consciente de su lesión de ligamento cruzado anterior, sintió que afrontaba una nueva etapa de su vida: "Estaba en un gran momento, tenía la Eurocopa por delante, acababa de ganar el Balón de Oro... Me daba mucha pena porque se acababa esa Alexia. No sabía si mejor o peor, pero otra Alexia”, afirma con la voz entrecortada.

Para esta cita, Alexia recupera su dorsal, el 11, en la selección. Y es que sus últimos años como internacional había portado el “14”. ¿La razón? Su amiga íntima Virginia Torrecilla fue diagnosticada con un tumor cerebral y tuvo que dejar el fútbol y, por tanto, su número. A modo de homenaje la de Mollet del Vallès decidió portarlo en la espalda, no sin antes vivir una situación terriblemente dura que finalmente terminó con su amiga Vir venciendo la enfermedad.

Pero para conocer en profundidad a Alexia hay que remontarse años atrás. Cuando daba sus primeros pasos en el Barça, se marchó un año para coger experiencia al Levante, un equipo de Primera División. La idea era que ganara soltura para no frenar su progresión y crecimiento, pero la cosa se truncó. El padre de Alexia falleció de manera repentina. Todo cambió. Alexia se marchó del Levante para regresar a Barcelona y estar cerca de su familia. Fueron momentos realmente complicados. Su influencia es tal que el día en el que ganó su primer Balón de Oro, en el momento en el que lo recogió, se acordó de él: “Papá, espero que estés orgullosa de tu hija”.

Sin llegar en su plenitud física, Alexia, que ha estrenado pelo rosa para la ocasión, será en este Mundial uno de los puntales del equipo que dirige Jorge Vilda. En el primer partido (que acabó con un 3 - 0 favorable para España frente a Costa Rica) jugó 15 minutos y, en este segundo, se espera que la carga vaya aumentando. De su capacidad dependerán gran parte de las opciones de la selección española de poder hacer algo grande en este campeonato del mundo. La niña que de pequeña acudía al Camp Nou ya ha cumplido el sueño de ser campeona de todo con el Barcelona. Ahora, quiere ganar con España para seguir forjando una carrera de leyenda y, sobre todo, sirviendo de referente a todos los niños y niñas que sueñan con ser como ella algún día.