Laia Codina, el orgullo de Campllonch, un pueblo de 535 habitantes que luce su nombre en el Mundial de Fútbol Femenino
La internacional, que ha sido clave en la victoria contra Suiza con la Selección, reconoce que parte de su carácter se debe a su localidad de nacimiento. Biotherm apoya el deporte femenino y la trayectoria de la selección de fútbol.
Si uno se levanta en Auckland, toma un vuelo de 17 horas hasta Dubai, hace una escala de más o menos 5, coge otro avión con destino a Barcelona de unas 8, allí agarra un coche y hace más o menos una hora y cuarto más de camino, habrá recorrido medio mundo y habrá unido dos de los lugares que formarán parte de manera irremediable de la vida de Laia Codina: Auckland, ciudad de Nueva Zelanda donde se disputa el Mundial Femenino de Fútbol 2023, y Campllonch, su pueblo.
Campllonch es una localidad cercana a Girona que tiene 535 habitantes. Lo primero que aprendes de él cuando le preguntas a Laia es a pronunciarlo. Para los no catalanoparlantes, es difícil. No obstante, ella lo repite las veces que haga falta… Y es que está orgullosa de su origen: “Gran parte de la personalidad que tengo ahora es porque soy de pueblo”. Lo siguiente que aprendes, en boca de la propia central del Barcelona es que tampoco hay mucha vida: “Tiene dos calles verticales y poco más… Está el bar del pueblo, que es donde te encuentras a todo el mundo”. Y lo tercero es que a la alcaldía hay que ponerle deberes que han de cumplirse. Si usted es de pueblo, sabrá el orgullo y el honor que supone dar el pregón de las fiestas patronales. Y que, en una localidad de 535 personas, una internacional por España aún no haya cogido el micrófono, tiene delito…
Ahora, a la campllonguí le toca dar un paso al frente en la selección española. El cuadro de Jorge Vilda anda justo de efectivos en la parcela defensiva y Laia Codina ha sido una alternativa a la lesión de Ivana Andrés que, por lo menos hasta cuartos de final, no podrá estar con el equipo. No obstante, está preparada. De hecho, cuenta su madre, Núria, que el mosquito del fútbol le picó casi cuando nació: “Desde pequeña, lleva toda la vida viendo fútbol. No para. A veces, tenemos que decirle que pare”. “Podría estar viendo partidos y analizando rivales todo el día”, reconoce la propia Laia.
“Cuando estaba en Italia, veía tantos partidos que hasta sus compañeras le decían que lo dejara un rato. Es su pasión”, prosigue una madre a la que le cambia la cara cuando habla de su hija. De hecho, es una de las familias que ha viajado hasta Nueva Zelanda y que se ha beneficiado de la ayuda de 15.000 que ha otorgado la RFEF a cada futbolista. Y, tanto Núria como su hija mayor (la hermana de Laia, claro), no han dudado en colocarse las rutas de trekking y andar por Palmerston North, el pueblo en el que se alojaba la selección antes de mudarse a Wellington.
Tras una temporada exitosa en el Barcelona donde lo ha ganado todo menos la Copa de la Reina, Laia afronta ahora el reto de dar un nuevo paso al frente en su carrera. "Cuando no juegas, tienes que entrenar todavía con más intensidad para demostrar que estás preparada. Así lo afronto yo. Estoy preparada para lo que venga".
Habitual de las convocatorias del seleccionador desde hace un año, Laia ha debutado en el Mundial ante Suiza este sábado en un partido que se ha saldado con la victoria de España por 5 a 1 y ha demostrado las buenas maneras apuntadas durante todo este tiempo. Al hacerlo se ha convertido en la camllonguí que más lejos haya llegado (literal y figuradamente) y ha dejado a su pueblo en un ratio increíble: 1 de cada 535 habitantes de Campllonch han jugado un Mundial con su selección.
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