Ivana Andrés, la capitana de la Selección que quiere hacer mejores a los demás

Ivana Andrés se ha convertido en una de las grandes referentes de la selección española. Después de varios campeonatos en los que su protagonismo sobre el terreno de juego fue residual, afronta este campeonato del mundo con el brazalete de capitana puesto en la manga de la camiseta roja. 

Ivana, natural de Valencia, comenzó a jugar al fútbol desde muy chiquitita. En conversaciones con gente cercana, reconoce que no recuerda su vida sin estar pegada a una pelota. Los que la conocen dicen que separar su nombre y el del balompié se antoja imposible. Podríamos decir, por tanto, que su vida gira en torno al esférico. Aunque, detrás de este torrente de virtudes futboleras, se esconde una mujer tenaz, luchadora y con una conciencia social increíble cuyo objetivo en el fútbol y en la vida es hacer mejor a los demás.

Y es que, como ella misma reconoce, además del fútbol, su otra gran pasión es la Educación Social. Estudió la carrera universitaria compaginándolo con su desarrollo profesional en el deporte de alto rendimiento. Como en todo aprendizaje, llegó el momento de hacer las prácticas. El destino quiso que su primer contacto con el gremio fuera en un centro de menores, un lugar en el que encontró casos y situaciones de diferente origen y problemas que, quizás, se alejan bastante del defender a la delantera de Costa Rica, de Zambia o de Japón, rivales de España en la actual fase de grupos.

Cuando entró, se valió de todo lo que aprendió en el fútbol y de los valores de un deporte que, bien entendido, integra y sirve como elemento común de culturas y sociedades. Sus compañeras suelen definirla como una jugadora solidaria dentro del terreno de juego, de las que lo da todo por sus compañeras. Esta sensación la reafirma ella cuando le preguntas cómo se describe y te contesta de manera contundente con una frase que deja entrever cómo es Ivana como persona: “Me gusta ayudar a los demás”.

La explicación de por qué estudió Educación Social tiene la misma de por qué juega al fútbol: vocación. “Me encanta ayudar a la gente: mujeres maltratadas, expresidiarios, tercera edad, diversidad funcional... toda la gente que necesita ayuda. Es vocacional. No digo que no quiera seguir vinculada al fútbol cuando termine mi carrera, pero me gusta más jugarlo. Y me gusta mucho trabajar con los niños. El deporte es una vía para los menores porque se pueden trabajar muchos valores. Puede ser una alternativa”, reconoce.

Su momento no puede ser más dulce. Casada el pasado verano, es la actual capitana del Real Madrid y de la selección española. De hecho, en el vestuario blanco le otorgaron la responsabilidad cuando todavía era una recién llegada a la entidad que preside Florentino Pérez. Junto a Irene Paredes será una de las jugadoras encargadas de velar por la seguridad defensiva del equipo de España, al igual que lo fue en su momento ayudando a todos aquellos jóvenes que estuvieron con ella en días complicados. 

“Tenemos la ambición de ganar el Mundial. Estamos en Nueva Zelanda con toda la ilusión del mundo”, reconocía la propia Ivana en comparecencias de prensa previas al viaje que tuvo que hacer el equipo que dirige Jorge Vilda. Sin querer parar de soñar, todos nos imaginamos a Ivana levantando la Copa del Mundo en Sydney aunque, seguramente, ella también se imagina en un futuro ayudando a todas aquellas personas que por una razón u otra lo pasaron mal y que buscan una segunda oportunidad en la sociedad.