¿Te apuntas a la dieta macrobiótica? Estos son sus beneficios y todo lo que puedes comer

Un terapeuta nutricional macrobiótico nos da las pautas para saber qué alimentos generan la salud infinita y tener criterios saludables a la hora de hacer la compra

Según los expertos, estos 5 alimentos no pueden faltar en tu dieta a partir de los 50

Dieta macrobiótica
Dieta macrobiótica / Pexels

Dice Mariano Rodríguez, místico, maestro y terapeuta nutricional macrobiótico, que la macrobiótica es mucho más que una dieta; "es un arte culinario y terapéutico muy práctico que fusiona filosofía, tradición y observación de la naturaleza". "Busca la armonía y crea un espacio para desplegar el potencial humano máximo elevando así la conciencia. Esta práctica requiere de un estudio profundo y es fundamental comprender el orden del universo y la interacción del yin y del yang", confiesa en su libro El yoga de los alimentos este divulgador en redes sociales, que además imparte cursos, conferencias, talleres de cocina y retiros de sanación.

Según informa, la nutrición saludable que promovemos se basa sobre todo en el consumo de alimentos complementos, naturales, locales y de temporada. En este sentido, "los cereales integrales forman el pilar importante de esta alimentación, complementados con legumbres, verduras, frutas, frutos secos, semillas, algas, sal marina y una pequeña porción de pescados y frutos del mar. Se aconseja reducir al máximo el consumo de lácteos, huevos y carnes rojas, que en la actualidad se consumen en exceso".

"Esta elección alimentaria proporciona un equilibrio nutricional completo y ofrece proteínas, hidratos de carbono, fibra, grasas, vitaminas y minerales esenciales, como el hierro y el calcio, necesarios para un funcionamientos óptimo del organismo. Este enfoque energético en la nutrición se basa en las prácticas tradicionales que las comunidades a lo largo de miles de años han mantenido desde el descubrimiento del fuego. Se adaptan al clima, a los alimentos locales y de temporada, prescinden de productos químicos y procesos de refinamiento, y se ajustan a las características fisiológicas humanas", asegura. Estas son sus claves:

  1. El alimento principal son los cereales integrales, nunca refinados, que tiene que abarcar el 60% de la ingesta diaria.
  2. Es preferible que consumas estos cereales en su forma entera (de grano), en lugar de en harianas o copos; puedes cocinarlos hervidos. De esta forma, la energía vital estará más concentrada y recobrarás más rápidamente la salud.
  3. En menor cantidad, puedes emplear copos y harinas integrales. Puedes crear tus propias harinas a partir de granos enteros, con el uso de un molino doméstico, batidora o un molinillo de café, e incluso se pueden comprar directamente las harinas integrales o los copos.
  4. Hay otros derivados de los cereales integrales que se puede usar como complemento de forma esporádica, como el bulgur, cuscús integral, la polenta y la pasta integral hecha de diferentes tipos de cereales. Estas formas de cereal llevan una coacción previa; por lo tanto, no tienen la misma fuerza que un grano entero recién hecho. Sin embargo, podemos contar con ellos en menor medida.
  5. Las sopas de la comida principal del día supondrían aproximadamente entre un 5-10% de la ingesta diaria. Pueden hacerse con vegetales, algas, cereales y legumbres. Para condimentarlas utilizaremos miso, tamari, sasa de soja y sal marina.
  6. En macrobiótica no se suelen tomar lácteos como quesos, yogures, leche, mantequilla, etc. Puedes ingerirlos de forma ocasional si son de oveja y cabra, y mejor si proceden de agricultura ecológica. La leche es para el lactante, y la de oveja y cabra se acercan más al tamaño y nivel hormonal del ser humano.
  7. El alimento secundario son las hortalizas de tu región, aproximadamente un 20% de la ingesta diaria, reservando sólo para algunas ocasiones y para los meses de calor las solanáceas -patata, tomate, berenjena y pimientos-, ya que acidifican la sangre y son extremadamente yin. Se recomienda en cada comida una pequeña cantidad de verduras crudas o un poquito de perejil, hojas verdes o verduras fermentadas.
  8. La cantidad de proteína se ubica alrededor de un 10-15%, y hay que darle prioridad a la proteína de origen vegetal con legumbres de tu región en pequeñas cantidades. Se puede usar tofu o tempeh de cultivo ecológico y siempre bien cocinados. También puede emplearse un aporte semanal de pescados y frutos de mar, dependiendo de la época del año y la condición de cada persona.
  9. Para enriquecer de minerales la dieta y mejorar las cocciones, utiliza un pequeño aporte de algas, preferiblemente de mar, como kombu, wakame, arame, nori, hiziki, dulse, agar-agar, espagueti de mar, etc.
  10. Puedes cocinar y condimentar tus platos: emplea un poco de aceite sin refinar extraído por presión en frío, preferiblemente de sésamo, coza y oliva.
  11. Condimenta con una pequeña cantidad de semillas de girasol, calabaza, chía, amapola, sésamo, nueves, almendras, avellanas.
  12. Durante los meses fríos, procura evitar el consumo de frutas o cocinarlas en forma de comporta o al horno. Es un alimento muy yin que enfría y dispersa la energía. No es un alimento principal y solo es recomendable para quien coma proteína animal en mucha cantidad. La fruta limpia y drena. En macrobiótica no necesitamos limpiar tanto y evitamos la fructosa de la fruta, ya que afecta considerablemente al hígado y la cabeza.
  13. Usa sólo sal marina para cocinar; es uno de los aportes más importantes a nuestra salud, es oro blanco y sin ella el cuerpo humano no puede experimentar la salud infinita.
  14. El agua para cocinar o beber debe estar filtrada o ser de manantial, nunca de conexiones de ciudad, para evitar cloro, metales pesados y otras sustancias ya que, aunque sean potables, dañan el equilibrio saludable de la flora intestinal.
  15. Nunca uses la sal animal en crudo, es mejor salar tus platos terminados con tamari, shoyu, miso o gomasio. También puedes emplear verduras fermentadas y encurtidos como churcrut, aceitunas, etc; siempre de origen casero o artesanal, sin aditivos, conservantes, azúcar ni vinagres.
  16. Para cocinar puedes emplear hierbas aromáticas de tu región, siempre que sean de origen animal y sin aditivos ni conservantes.
  17. Como bebidas te recomendamos el té bancha tostado, la infusión de arroz integral tostado, la raíz de diente de león, la kukicha, la hojicha y el café de cereales o de malta. No se suele beber nada durante las comidas. También se puede beber cualquier infusión tradicional, pero que no tenga un efecto estimulante del sistema nervioso, como el té, el café o el mate. Cuando bebas agua, que sea de buena calidad y que no esté fría ni lleve hielo.
  18. No te recomiendo usar endulzantes de ninguna clase, como miel, estevia, azúcar ni edulcorantes; son todos alimentos extremadamente yin. De forma esporádica puedes usar malta de cebada, para alguna ocasión especial.

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