Adiós, reglas perfeccionistas: nueve pautas para tener una mejor relación con el deporte e integrarlas en tu vida
Una psicóloga especializada en trastornos de la conducta alimentaria nos da las claves sobre la importancia de no asociar el ejercicio a una bajada de peso y convertirlo en un objetivo a largo plazo
Es importante encontrar motivos para hacer ejercicio más allá del cambio físico. Así lo sostiene Denisa Praje, psicóloga especializada en trastornos de la conducta alimentaria, quien recoge en su libro Tu cuerpo es para vivir las claves para mejorar nuestra relación con el deporte y entender que el ejercicio no es saludable en cualquier circunstancia.
La experta en emociones explica que si queremos movernos es esencial que descubramos una forma de hacerlo que nos guste; y matiza que lo problemático o beneficioso del ejercicio físico está en el motivo que nos lleva a hacerlo. Y recuerda que la actitud del "todo o nada" y el perfeccionismo no nos acercarán a tener una buena relación con el deporte. "Mejor diez minutos que ninguno", matiza Praje. "Si el único motivo para hacerlo es el cambio físico, es posible que practicarlo sea más insostenible y desagradable".
Pautas para mejorar tu relación con el deporte
- Busca un movimiento que te guste: Para no asociar el ejercicio a bajar de peso, la experta nos anima a buscar un tipo de movimiento "que te sea más agradable y que siempre te haya llamado la atención". "Si no lo hay, puedes ir probando y ver aquello con lo que más disfrutas: zumba, pádel o tenis, montar en bicicleta, hacer pilates, yoga, escalada, senderismo, pasear, baile -de cualquier tipo-, boxeo, crossfit, nadar, esquiar...", propone.
- Busca otros motivos más allá del cambio físico: "Trata de buscar motivos por los que moverte y hacer ejercicios más allá del cambio estético. Si la única motivación es un cambio físico, te frustrarás y no podrás ser constante ni disfrutar por el camino", advierte la psicóloga. Y recuerda que hacer ejercicio porque rechazas tu cuerpo supone hacerlo para eliminar algo desagradable, "no por buscar algo agradable, que debería ser nuestro objetivo. Incluso aunque visualices el cuerpo de ensueño que quieres lograr, te toca convivir con el que tienes ahora y que están tratando de cambiar". Como último apunte, anima a preguntarnos por qué hacemos ejercicio y responder de manera honesta.
- Hazlo de forma realista y progresiva: "Para empezar, plantéate un deporte que te guste y que puedas mantener de forma realista. Si no sueles hacer deporte nunca, empezar por veinte minutos una vez a la semana es más realista que plantearse hacerlo tres días a la semana durante una hora. Comenzar poco a poco y plantearse algo que cuadre de verdad con tu rutina ayudará a no frustrarte y a no asociar el deporte a una tarea más inalcanzable".
- No sigas reglas perfeccionistas: "Puede ser que se te venga a la cabeza esa idea de 'para hacer diez minutos no hago nada' u otras frases que tienen que ver con reglas perfeccionistas. Es posible desobedecer estas reglas y acercarnos a un comportamiento más flexible. No tenemos por qué actuar según lo que hemos pensado siempre, quizá esas ideas sólo cambiarán cuando hagamos algo distinto. Puedes pensar que diez minutos no es nada y, aún así, no darle valor ni credibilidad al pensamiento y hacer lo contrario a lo que te dice". Por eso, nos invita a preguntarnos cuál es nuestro objetivo para hacer ejercicio. Y asegura que si tu objetivo es hacer ejercicio para despejarte, diez minutos servirán. "Desde luego, te ayudará más que cero. A lo mejor lo que hay detrás de esos 'no es suficiente' son unos motivos poco realistas, como 'quitarme de encima toda esta grasa abdominal', lo cual no te motiva.
- Crea nuevas normas: La psicóloga propone crear otras instrucciones más útiles, "unas que vengan de ti, de lo que para ti es importante y que te sirvan".
- Hazlo con una compañía agradable: "Otra forma de convertir el deporte en algo atractivo es hacerlo con una buena compañía, así también será una forma más de socializar".
- Que el ejercicio no vaya detrás de la culpa, sino de tus otros motivos: Denisa Praje considera que una pauta para tener mejor relación con el ejercicio es que la culpa o el malestar no sean el catalizador. "Si no queda reforzada esta unión: el deporte quedará asociado a una forma de compensar lo que se ha comido o a cambiar un cuerpo que no gusta".
- Dedica tiempo a otras cosas que te gustan: "El tiempo que tenemos es limitado y hacer ejercicio no es obligatorio. En una sociedad en la que el trabajo se come gran parte de nuestro tiempo, no podemos invertir el que nos queda sólo en otros debería o en la productividad aplicada al ejercicio", indica. Su propuesta es diversificar las actividades en las que disfrutamos y acercarnos a lo que nos mueve, más allá de la salud física.
- Mientras haces ejercicio, no te centres sólo en el cuerpo: Para que el ejercicio sea beneficioso es importante saber a qué prestas atención mientras lo haces. Y pone un ejemplo: "No es lo mismo estar disfrutando de la música, atendiendo a la respiración, observando el paisaje, viendo la técnica o pensando en el número de series que observando la chicha que supuestamente te sobra y pensando en quemar grasa o centrándote en cómo bota tu cuerpo". Si vas a baile con una amiga, céntrate en pasártelo y disfrutar de ese momento mientras os reís juntas. Para cambiar el foco de atención, propone que intentemos introducir otros comportamientos incompatibles con hipervigilar el cuerpo. "La idea no es dejar de mirarte el cuerpo, sino intentar pensar en más cosas o atender a otros factores", concluye.
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