Una bonita sonrisa empieza por los pies
¿Sabias que gestos cotidianos aparentemente inofensivos pueden tener un impacto inesperado en tu sonrisa? Además, el estado de tus dientes no solo afecta tu boca, sino que también influye en tu salud general.
Probablemente no imaginas hasta qué punto algunos hábitos diarios y ciertos gestos que parecen no tener relación con la boca influyen en la salud de nuestros dientes. Sabemos que una buena higiene dental y las visitas regulares al dentista son las bases para mantener una sonrisa saludable, pero hay otros factores inesperados que pueden determinar la belleza y la salud de nuestra sonrisa.
¿Pensaste en algún momento que una mala alineación de los pies afecta la columna y, en consecuencia, la mandíbula, provocando tensiones que pueden originar bruxismo o desgaste dental? ¿O que tus refrescos favoritos, independientemente del azúcar, pueden dañar el esmalte de tus dientes? ¿Has considerado que tus problemas digestivos pueden no deberse a una intolerancia alimentaria sino a falta de saliva? Como estos, hay muchos ejemplos sorprendentes que podrían cambiar tu perspectiva sobre el cuidado bucal.
Por otro lado, el estado de tu boca está también estrechamente conectado con el bienestar y la salud integral de tu cuerpo, afirma la doctora Elara Fleitas, odontóloga especialista en ortodoncia por la universidad internacional de Cataluña y en periodoncia por la Institución Universitaria Mississippi.
Cuidado con la postura, podría sabotear tu sonrisa
La forma en que te sientas o caminas puede afectar directamente a la dentadura. Esto se debe a que hay una relación directa con la musculatura del cuello (conectado a la columna) y las articulaciones temporomandibulares (ATMs), que son como bisagras que conectan el cráneo con la mandíbula y nos ayudan a hablar, masticar e incluso a respirar, explica la doctora la doctora Irene Esteve, odontóloga y experta dentofacial. “Hay ciertas posturas corporales (algunas tan habituales como los cuellos adelantados por las pantallas de los móviles y hombros rotados hacia delante o cuellos acortados muscularmente por una gran carga de estrés o ejercicio excesivo) que hacen que estas zonas se tensen y puedan afectar a estas articulaciones creando, entre otros problemas, el bruxismo o rechinar de los dientes, dolor en la mandíbula, chasquidos al abrir la boca y problemas para masticar”. Además, una postura desequilibrada puede afectar la forma en que masticamos y tragamos. Por ejemplo, una curvatura exagerada en la zona lumbar, el pecho levantado y el cuello adelantado pueden causar problemas digestivos y forzar de manera desigual los músculos de la mandíbula, provocando, igualmente, problemas dentales.
Puede que la causa de migraña no esté en tu cabeza
El bruxismo, o rechinar de dientes, es un hábito comúnmente relacionado con el estrés y la ansiedad que puede desencadenar dolores de mandíbula y cefaleas intensas. “Si te levantas con este tipo de síntomas es posible que estés apretando los dientes sin darte cuenta o que al masticar y hablar hagas movimientos inadecuados de la mandíbula que sobrecargue la musculatura o las articulaciones”, explica la doctora Fleitas. En estos casos, el uso de una férula dental puede ser más efectivo que los analgésicos al uso, al proteger tus dientes y relajar la musculatura.
La forma en que respiras puede afectar a tu salud bucal
Adoptar una postura encorvada puede limitar tu capacidad pulmonar, llevándote a respirar por la boca más de lo de lo que deberías. “Este tipo de respiración inadecuada, puede crear problemas como sequedad bucal, que aumenta el riesgo de caries y enfermedades de las encías”, explica la doctora Esteve. Este síndrome de respirador bucal es común también en niños y puede afectar su desarrollo facial y dental, provocando problemas como mordidas abiertas o crecimiento anómalo de la mandíbula. Además, respirar por la boca puede interferir en la calidad del sueño, provocando ronquidos o apneas, e incluso dificultades de concentración.
Tu bebida favorita podría ser una amenaza para el esmalte dental
El esmalte es la sustancia más dura del cuerpo, incluso más que el hueso. Sin embargo, como señala la doctora Elara Fleitas, una vez dañado no puede regenerarse completamente. Los ácidos presentes en los alimentos, especialmente los cítricos, o las bebidas carbonatadas lo erosionan, debilitando los dientes y aumentando el riesgo de caries. El gyn-tonic, por ejemplo, es un gran enemigo de tu salud dental por la combinación de la acidez del limón, las burbujas de la tónica, el azúcar del alcohol y los microimpactos del hielo con los dientes. Pero además, añade la doctora Esteve, los trastornos alimentarios como la bulimia y patologías como el reflujo gastroesofágico también exponen los dientes a ácidos de forma continua; y advierte sobre el uso de pastas dentales blanqueadoras, especialmente las que contienen carbón activo, porque pueden desgastar el esmalte, dejando la dentina expuesta y aumentando la sensibilidad dental.
¿Boca seca? Algo más que una incomodidad
No solo es una molestia, la falta de saliva puede ser señal de otras afecciones, como diabetes, o efectos secundarios de medicamentos. La saliva es mucho más importante de lo que puedas pensar. Según Elara Fleitas, actúa como un escudo protector, neutralizando los ácidos y evitando la acumulación de bacterias. Además, cuando hay falta de saliva, aumenta el riesgo de caries, de infecciones en las encías e incluso problemas digestivos (a veces confundidos con problemas de intolerancia), ya que la digestión empieza en la boca con la masticación y la acción de la saliva, que ayuda a descomponer los alimentos.
No te muerdas las uñas
Este hábito además de ser un problema estético para las manos, desgasta la dentina. Según la doctora Esteve, tiene un efecto similar a rasgar o abrir ciertos productos con los dientes.
Además de tus dientes, tu salud bucal puede costarte una enfermedad
Una mala salud bucal puede estar detrás de enfermedades en otros órganos. Por ejemplo, las bacterias asociadas con la periodontitis (enfermedad de las encías) pueden entrar en el torrente sanguíneo, causando inflamación en el cuerpo y aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas, explica la doctora Fleitas. Asimismo, apunta a que el estado de la boca puede influir en los niveles de azúcar en sangre: “las infecciones en las encías pueden dificultar el control de los niveles de azúcar en sangre, y, al mismo tiempo, una diabetes mal controlada puede agravar las infecciones bucales”. Y no solo eso, porque según esta especialista también puede comprometer el sistema inmunológico. “La acumulación de bacterias, ya sea por caries no tratadas o enfermedades de las encías, genera inflamación y debilita las defensas del organismo”. En consecuencia, concluye, mantener una buena higiene dental además de prevenir infecciones locales, también apoya al cuerpo en la lucha contra enfermedades sistémicas.
Y una curiosidad: no hay dos dientes iguales.
Son como las huellas dactilares, cada uno de tus dientes es único en forma y tamaño; una peculiaridad que permite identificar personas desaparecidas en catástrofes o en casos forenses.