Tamara Falcó elige estampado de flores blancas para continuar una primavera que se resiente

La admiración de Tamara Falcó por su madre, Isabel Preysler, no es ninguna novedad. La marquesa de Griñón ha aprovechado infinidad de ocasiones para referirse a su madre como una persona a quien admira en todas sus facetas, es decir, como madre, como amante de la moda y como icono de estilo a la hora de vestir. Porque otra cosa no, pero Isabel siempre ha podido presumir de tener un gusto exquisito a la hora de vestir y parece que esto mismo se lo ha ido enseñando con los años a sus hijas, tanto a Tamara como a Ana Boyer.

Lo cierto es que la relación entre las tres, a simple vista, es excelente y envidiable y por eso la marquesa de Griñón ha encontrado en ellas el apoyo necesario para afrontar sus últimos días como soltera, teniendo en cuenta que con el estreno de la próxima época del año, el verano, también estrenará su anillo de casada en el dedo anular. Será el próximo 8 de julio cuando Tamara pronuncie el esperado 'sí, quiero' a su prometido, Íñigo Onieva, a quien inicialmente no perdonó un nanosegundo de una sonadísima infidelidad pero a quien también ha decidido dar una oportunidad, la definitiva.

El destino, desde luego, no se lo está poniendo nada fácil, puesto que tanto ella ha visto cómo la firma que se encargaba de confeccionar el vestido que llevará el, probablemente, día más importante de su vida, ha desistido en su contrato por una exigencias con las que no estaba de acuerdo. No obstante, y a pesar de este disgusto, la marquesa de Griñón afronta con gran optimismo unos días frenéticos en los que también ha tenido algunos compromisos, como la boda de Lucía Domínguez Vega-Penichet y Álvaro Gomis.

Para un evento tan especial y del que probablemente haya cogido alguna idea para replicar a su manera en su propia boda, la también colaboradora de 'El Hormiguero' ha apostado por un vestido que ya nos sonaba de algo y hemos dado con la clave: ¡Pertenece a su colección cápsula para Pedro del Hierro! En concreto, se trata del vestido Camila, un diseño con estampado de flores sobre fondo grisáceo que presenta unas bonitas mangas largas abullonada.

Con escote semi barco y corte en la cintura con frunces, lleva a su espalda un favorecedor escote en V, que concluye con una cremallera invisible en la parte trasera. Gracias a su largo midi, aporta la elegancia necesaria tanto para una boda de día como de noche y, además, sus colores permiten optar bien por unos zapatos a juego con los colores del vestido o bien por otros que contrasten con la propuesta. La idea de Tamara ha sido unas sandalias con pulsera fina en el tobillo en color crudo.