Siempre he tenido presente París, en todos los sentidos. Desde hace años, tengo la costumbre de comenzar la cuenta atrás de los próximos Juegos en cuanto se apaga el pebetero. Sin embargo, después de Tokio no pude hacerlo inmediatamente, porque me enfermé y tuve que posponerlo. Pero repetía para mí misma: "Siempre me quedará París". Lo curioso es que en ese momento no sabía que las medallas de París iban a tener un toque tan especial. Resulta que las medallas olímpicas y paralímpicas estarán hechas con partes de la Torre Eiffel, tornillos que quitaron cuando instalaron los ascensores. Para mí eso tiene un valor aún más sentimental, porque hace 20 años mi esposo me propuso matrimonio en la Torre Eiffel.