¿Te apuntas a la nueva revolución gastronómica? Estos son los alimentos que deberías priorizar, según los expertos, para comer sano y sostenible (de verdad)

Desde la forma de producir los alimentos hasta la forma de cocinarlos repercute en nuestra salud y en la del planeta. El informe ‘los 50 alimentos del futuro’ nos da unas pistas de cómo poner salud y sostenibilidad en el mismo plato.

¿Te apuntas a la nueva revolución gastronómica? Estos son los alimentos que deberías priorizar para comer sano y sostenible
¿Te apuntas a la nueva revolución gastronómica? Estos son los alimentos que deberías priorizar para comer sano y sostenible / Istock

Comer sano se ha convertido en tendencia. Y bendita sea. Por moda o por conciencia, incorporar alimentos saludables a nuestra dieta es una decisión que, además, puede mejorar la salud del planeta. Sin embargo, no siempre tenemos claro qué es una alimentación saludable, un concepto que se presta a numerosas interpretaciones y no pocos mitos. Según Andrés Morán, executive head chef de Sha Wellness Clinic, comer sano pasa, en primer lugar, por entender qué alimentos nos sientan mejor y nos ayudan a conseguir la mejor versión de nosotros mismos, teniendo como base una dieta basada en verduras, legumbres y cereales integrales de origen orgánico, para a partir de ahí hacerlo lo más variado posible y equilibrado en el día a día. Y eso no significa renunciar a disfrutar de la comida porque como expone Ferrán Adriá en el prólogo de “El poder de la nutrición saludable”, el libro de recetas saludables editado por Sha, “la gastronomía es un placer, es un arte capaz de transportarnos y hacernos soñar, pero sobre todo es una forma de nutrirnos, de llenarnos de energía y de cuidar nuestra salud y bienestar”.

A veces pensamos que estamos comiendo bien pero no es así. “La industria alimentaria sabe jugar muy bien sus cartas con el marketing. Por ejemplo, todos los productos que nos venden como ‘light o cero’, que muestran siluetas de cuerpos definidos o que utilizan las palabras ‘natural o artesano’, suelen estar cargados de aditivos, sal y otros ingredientes nada saludables”, comenta María Romeralo, head of nutrition de Sha. Y eso, dice, nos lleva a cometer algunos errores tales como fijamos solo en las calorías o en si llevan azúcar. “Pero que un producto sea supuestamente bajo en calorías o sin azúcar no lo hace saludable. Los supermercados están llenos de bollería industrial sin azúcares, pero cargada de edulcorantes y grasas hidrogenadas que consumimos pensando que son mejores versiones que los productos originales”. En resumen, dice la nutricionista, nuestra compra debería basarse en alimentos sin procesar, entre los que destaca vegetales, legumbres, carbohidratos integrales, semillas -ricas en ácidos grasos omega 3- o alimentos fermentados, como el miso o el chucrut, buenos para la microbiota intestinal, con efecto antiinflamatorio y que dan un toque divertido a los platos.

¿Qué deberíamos comer en el futuro (según los expertos)?

“Debido al rumbo al que nos dirigimos, los alimentos del futuro serán los mismos del pasado, es decir, los alimentos que nos proporcione nuestro planeta (verduras, cereales, legumbres, frutas, semillas) que no nos hagan enfermar, y deberán ir desapareciendo los alimentos procesados que son los causantes de las patologías crónicas del siglo XXI”, comenta Romeralo. Tenemos claro que nuestra salud depende de nuestros menús; pero estos también afectan a la salud del planeta. “El modelo actual de alimentación es insostenible”, afirma la nutricionista. Hay que tomar medidas como priorizar el consumo de productos locales y de temporada para apoyar la agricultura sostenible y rebajar las emisiones asociadas al transporte de alimentos, o sustituir el consumo de carne por alternativas vegetales que contribuyan a mitigar el impacto ambiental de su producción, disminuyendo la deforestación y la huella de carbono.

¿Qué deberías comer en el futuro?


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En esa línea se expresa el informe ‘Los 50 alimentos del futuro’ en el que han participado expertos en sostenibilidad, agricultura, sabor y nutrición de Knorr y WWF, conjuntamente con el especialista en nutrición Dr. Adam Drewnowski de la Universidad de Washington y que vaticina que para el año 2050 nos enfrentaremos a la necesidad de cambiar el sistema alimentario mundial, desde la forma de cultivar y pescar (por la escasez de recursos) hasta la forma de cocinar o lo que elegimos para comer, y propone una lista de 50 alimentos de origen vegetal de alto valor nutricional, fácil cultivo, resistentes a condiciones climáticas extremas y con menor impacto en el medio ambiente, que ayudarían a promover un modelo de alimentación global más saludable y sostenible. “Son ingredientes que crecen y están disponibles en un gran número de países y pueden ser el acompañamiento o el elemento principal de las comidas diarias”, señalan desde WWF. Estas son sus propuestas:

Algas. Ricas ácidos grasos esenciales y antioxidantes, son fundamentales para nuestra existencia en el planeta, ya que liberan a la atmósfera al menos la mitad de todo el oxígeno que respiramos. Su sabor umami parecido a la carne las convierte en un sustituto potencial de esta.

Leguminosas. Transforman el nitrógeno del aire para que puedan utilizarlo las plantas. Además son ricas en fibra, proteínas y vitamina B, un reemplazo sensato para la carne en guisos, sopas y salsas.

Cactus. Usados a menudo como plantas decorativas, muchas especies de cactus, como el nopal, se cultivan para consumo por su contenido en vitaminas C y E, carotenoides, fibra y aminoácidos.

Cereales y granos. Esenciales en la alimentación humana desde hace miles de años como fuente de carbohidratos, juegan un papel vital para el medio ambiente y la salud. Sin embargo, existe una necesidad apremiante de variar el cultivo y consumo de algunos básicos como el arroz blanco, el maíz o el trigo optando por otros menos comunes, como la quinoa, la espelta, el amaranto, el trigo sarraceno, el mijo africano o el trigo de Jorasán para ayudar a mejorar las dietas y la biodiversidad agrícola.

Frutas vegetales. Se suelen confundir con verduras pero son frutas. Hablamos de la calabaza, los tomates, las berenjenas, los pimientos o los calabacines. Son más dulces, poseen un alto contenido en vitamina C y fibra así como mayor cantidad de carbohidratos y agua.

Vegetales de hoja verde. Son posiblemente las verduras más versátiles y nutritivas. Bajos en calorías, suelen ser de rápido crecimiento, contienen fibra dietética, muchas vitaminas y minerales. Destacan el brócoli, el berro, la espinaca, el kale o la col china.

Setas. Hay más de 2.000 variedades comestibles y son ricas en vitaminas B y D, proteína y fibra. Pueden crecer donde muchos otros alimentos no lo harían y pueden ser un aderezo sabroso o un sustituto adecuado para la carne.

Frutos secos y semillas. Suelen encabezar las listas de ‘superalimentos' por su contenido proteico, vitamina E y grasas saludables.

Raíces comestibles. Se trata de partes subterráneas de algunas plantas que se comen como vegetales, como la escorzonera, el perejil o el rábano. Contienen una amplia variedad de vitaminas y minerales; resisten los climas fríos y una vez cosechadas sobreviven bastante más tiempo que otras verduras.

Tubérculos. Crecen hacia abajo, anclando la planta en el suelo, donde absorben y almacenan valiosos nutrientes. Son también una fuente de carbohidratos y entre ellos destacan las raíces de loto, el ñame, la jícama o nabo mexicano o la batata.

Además de los alimentos a base de plantas, la comunidad científica vaticina que la alimentación saludable y sostenible tendrá entre sus aliados los alimentos modificados genéticamente, diseñados para resistir mejor las plagas y las condiciones ambientales, ser más nutritivos y requerir menos pesticidas. Tampoco desdeñan el consumo de insectos o carne cultivada en laboratorio. 

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