Protege tu piel y mejora tu salud: te contamos toda la verdad sobre los antioxidantes

Importantes en la cosmética y en la dieta, los antioxidantes juegan un papel fundamental en nuestra piel y nuestra salud. Pero ¿sabes por qué son esenciales para combatir el envejecimiento? ¿Qué los hace imprescindibles en verano? ¿Sabrías en qué alimentos y productos puedes encontrarlos? 

Toda la verdad sobre los antioxidantes

Los antioxiantes son para el verano. Protege tu piel y mejora tu salud

/ Istock

Están en boca de todos, expertos y profanos. Los antioxidantes son los superhéroes de los ingredientes, en cosmética y en el plato. Luchan contra los malos y en distintos frentes, pero ¿sabemos qué son y cómo funcionan? “Los antioxidantes son un grupo de principios activos que contrarrestan el efecto dañino de los radicales libres que se forman por la acción de diferentes factores, como la luz ultravioleta del sol, el tabaco, la contaminación o la ingesta calórica y que se relaciona con lo que conocemos como envejecimiento extrínseco”, explica la dermatóloga Nayra Merino, miembro del GEDET y directora médica en Dermamedicin Clínicas.

Y como siempre que hay héroes, también hay antihéroes. Los malos de esta película son los radicales libres: “sustancias químicas que se liberan en nuestro organismo durante el metabolismo celular. El exceso de dichas sustancias está relacionado con lo que se conoce como estrés oxidativo, que se asocia con envejecimiento prematuro y enfermedades neurológicas, cardiovasculares y degenerativas, así como, con ciertos tipos de cáncer”. “El envejecimiento y muerte de las células se genera en parte por una saturación de las defensas del organismo ante la acumulación de radicales libres. Y es ahí donde los antioxidantes juegan un papel determinante a la hora de neutralizar su acción devastadora”, resume Lucía Altozano, experta en innovación farmacéutica, con amplios conocimientos en dermocosmética y responsable de Skinpharmacy

Los radicales libres, aclara esta experta, son moléculas que generan sustancias químicas muy reactivas al introducir oxígeno en el proceso de respiración celular, lo que produce oxidación en el interior de la misma, alterando la estructura de la célula y el ADN. La célula se vuelve inestable y causa daños. Para contrarrestarlo el cuerpo genera antioxidantes, moléculas capaces de bloquear a los radicales libres, al equilibrar y contener el impacto negativo sobre las células.

En la piel, concretamente, los radicales libres son los responsables de la degradación del colágeno y la elastina. Como consecuencia, apunta la doctora Merino, están detrás de la aparición de arrugas gruesas y alteraciones en la pigmentación y vascularización. Y lo que es peor, pueden provocar la aparición de mutaciones a nivel del ADN celular con el consiguiente riesgo de aparición de lesiones premalignas (como las queratosis actínicas) y malignas. Por eso, aunque son Importantes durante todo el año, en verano son realmente imprescindibles porque los rayos UV están considerados la principal causa externa de fotoenvejecimiento. “Hoy día se sabe que la mayor parte de los signos del envejecimiento, manchas, arrugas, flacidez u opacidad de la piel, están generados por la exposición solar y con una acción más severa sobre pieles claras”, corrobora Altozano.

No obstante, por extraño que parezca, puntualiza la farmacéutica, los radicales libres también cumplen funciones muy determinantes y necesarias, actuando en procesos fisiológicos relacionados con la defensa del organismo para combatir virus y bacterias o en la formación de nuevos vasos sanguíneos. “Este proceso se produce diariamente en todas las funciones de nuestro organismo y es vital para activar el sistema inmune”.

Todo lo que los antioxidantes pueden hacer por ti

Según la doctora Merino, existen varios niveles de prevención del daño oxidativo: la prevención primaria con el uso de fotoprotección; la secundaria, mediante sustancias antioxidantes de forma tópica u oral, así como ácido retinoico; y por último, la terciaria, dirigida a tratar ya el daño establecido, por ejemplo con peelings químicos, terapia fotodinámica, láser…

Desde el punto de vista cosmético, los principales activos antioxidantes son la vitamina C, los retinoides (derivados de la vitamina A), la vitamina E, los polifenoles (resveratrol) y los carotenoides. Pero no todos actúan igual. Unos, como la vitamina C y E destacan por su mayor poder antioxidantes y otros, como la vitamina A tienen una mayor función inductora de colágeno. De hecho, se pueden combinar algunos de estos antioxidantes para conseguir un efecto sinérgico. Sin embargo, advierte la doctora Merino, no todos los antioxidantes ni en todas las concentraciones combinan siempre bien. “Es importante que en nuestra rutina no mezclemos muchas cremas diferentes sin tener en cuenta qué principios contienen porque puede llevarnos a irritar nuestra piel.” Y previene sobre el uso de fórmulas que no estén testadas dermatológicamente ni tengan su correspondiente control, sobre todo si se compra por internet, debido a las posibles falsificaciones de productos.

Asimismo hay que ser precavida si los utilizamos con otros activos cosméticos, ya que no siempre son compatibles. “Como reglas básicas no se deben mezclar los retinoides con hidroxiácidos (como el ácido glicólico), porque ambos tienen poder exfoliante e irritativo. Tampoco mezclar productos de vitamina C y niacinamida, dado que los primeros si se trata de vitamina C pura se formulan a pH ácido para asegurar su estabilidad y eso puede producir que la niacinamida se transforme en ácido nicotínico que es vasodilatador y puede provocar enrojecimiento de la piel”. “También que poner especial atención con aquellos antioxidantes como los aceites esenciales, ya que muchos de ellos son fotosensibles y pueden crear manchas”, añade la responsable de Skinpharmacy.

A pesar de todas sus bondades, no se debe caer tampoco en un uso indiscriminado de estos activos. Así lo explica Pedro Catalá, farmacéutico y fundador de Twelve Beauty. “Un exceso de antioxidantes puede provocar que estos se conviertan en prooxidantes, moléculas que generan un exceso de radicales libres y fenómenos de oxidación que se traducen en un envejecimiento prematuro”.

El ataque de los radicales libres está por todas partes. Por dentro y por fuera. Y por ello, una alimentación rica en antioxidantes es una de las mejores herramientas preventivas para combatir y reducir el riesgo de muchas enfermedades, asociadas tanto al envejecimiento celular como al estilo de vida. La buena noticia es que la dieta mediterránea, que prima el consumo de frutas y verduras, es una de las más antioxidantes. Los antioxidantes más frecuentes en estos alimentos son las vitaminas C o ácido ascórbico y la E, así como los polifenoles. “A este respecto cabe destacar que la OMS recomienda un consumo diario de 500 gr. diarios provenientes de frutas y verduras”, comentan desde Skinpharmacy. No obstante, dicen, podemos complementar nuestra dieta con nutricosméticos, ricos en vitaminas C, A, E, betacarotenos, licopenos y algunos minerales como el zinc o el selenio en periodos de estrés, insomnio o en verano, momentos en los que se produce un aumento y proliferación de los radicales libres. 

Los alimentos más ricos en vitamina C son el pimiento, el kiwi, los cítricos, las fresas, la col o el brócoli; mientras que la vitamina E se encuentra principalmente en el aguacate y los aceites vegetales, también en la soja y el maíz. En cuanto a su contenido en carotenoides destacan las zanahorias, los tomates o la cúrcuma. También dentro de esta familia figura también la astaxantina, un pigmento de color rojizo, considerado uno de los antioxidantes más relevantes y que se encuentra de forma natural en muchas algas, mariscos, el salmón o la trucha. Y en cuestión de polifenoles, su más alta concentración se encuentra en los frutos rojos y el té verde.

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