El despliegue de Seguridad para los reyes y sus hijas: escoltas, pinganillos y máxima discreción

Muchas veces ni siquiera reparamos en ellos, pero siempre están ahí. El servicio de seguridad de la Casa Real es la sombra del rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Su trabajo es protegerlos en cada acto al que asisten, tanto en su vida institucional como privada, garantizando su seguridad y, sobre todo, reaccionando con rapidez y eficacia en caso de emergencia. 

El asunto siempre se ha tratado con cierto secretismo, claro está, por razones de seguridad. Por ejemplo, se desconoce el número exacto de agentes dedicados a esta función, y hacer recuento resulta imposible ya que su presencia varía de unos eventos a otros. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana los reyes asistieron de incógnito al teatro en el Matadero Madrid acompañados tan solo por dos escoltas; nada que ver con el enorme dispositivo de seguridad que se desplegó en la reciente jura de la Constitución de la princesa Leonor, cuando se reforzaron al máximo los efectivos al tratarse de una cita con gran interés público y que incluía a toda la familia. 

¿Quiénes son los escoltas de la Familia Real?

Según explican desde Zarzuela, el Servicio de Seguridad “es responsable permanente de la seguridad inmediata de la Familia Real y está constituido por una Jefatura y Fuerzas de Seguridad del Estado, asignadas por el Ministerio del Interior”. En concreto, se compone de una Unidad de la Guardia Civil y de una Comisaría Especial del Cuerpo Nacional de Policía. Ambos equipos trabajan de forma conjunta y su cara visible es el general de brigada Miguel Ángel Herráiz Alarcón, jefe de dicho departamento desde 2017. 

Junto con el gabinete de planificación, el equipo de protocolo o los miembros de comunicación, el mencionado servicio de seguridad depende de la Secretaría General de la Casa Real, que tiene asignada una plantilla total de 139 funcionarios sin contar con ese número indeterminado de agentes que el Ministerio asigna para las funciones de seguridad.

Por otro lado estaría la Guardia Real, dependiente del Cuarto Militar de Zarzuela y cuyo cometido es “proporcionar guardia militar, rendir honores y dar escoltas solemnes al rey y a los miembros de la familia real que se determinen”. Cuentan con unidades a pie, a caballo y motorizada y suelen ocupar la primera fila en los actos oficiales a los que asisten.

Así trabaja el equipo de Seguridad: búnker, pinganillos, distintivos…

Como se puede comprobar en cada aparición pública de los reyes, los escoltas que les acompañan suelen vestir de paisano, con traje oscuro y corbata. Se mantienen en un discreto segundo plano, a la distancia justa y sin despegar el ojo de sus protegidos. Estos son el rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, “y los altos cargos de la Casa del Rey”, lo que incluye a los reyes don Juan Carlos y doña Sofía y sus hijas, la infanta Elena y la infanta Cristina. Los nietos de los eméritos, por el contrario, perdieron este ‘privilegio’ al cumplir la mayoría de edad.

Esos miembros dedicados a la Seguridad se identifican por el distintivo que lucen en la solapa de la americana, una pequeña chapa que les permite localizarse entre la multitud. Algunos de ellos, además, usan un auricular inalámbrico o pinganillo con el que se mantienen en comunicación constante. 

Pero tan importante como el trabajo sobre el terreno es la preparación previa de cada actuación. Según cuenta el portal Monarquía Confidencial, antes de cada evento de la familia real, un grupo reducido se reúne con el mando superior de la operación en un edificio de acceso restringido de Zarzuela conocido entre ellos como “el búnker”. Allí se perfila el protocolo de actuación que después se traslada a los escoltas encargados de acompañar a los miembros de la familia en ese acto. Asimismo, se aclaran los detalles sobre la vestimenta o el identificativo y se estructuran los “tres escalones” en los que se distribuyen los agentes, de menor a mayor proximidad a los reyes, con sus cometidos e itinerarios correspondientes. 

¿Cómo se selecciona a los escoltas de la Casa Real?

Las plazas son escasas y, según explica Confidencial Digital, existen varios requisitos para acceder. Se valora, por ejemplo, la edad de los aspirantes (menos de 38 años y, en el caso de los motoristas, menos de 36), el nivel de idiomas, los conocimientos de informática, electrónica y los diferentes cursos de especialización relacionados con el servicio a prestar. Además se realizan exámenes psicotécnicos, una entrevista personal y varias pruebas físicas (velocidad de reacción, resistencia, natación…). Una vez superadas, deben realizar un curso interno de aproximadamente un mes con el que completan su formación.