El truco para que tu piel esté perfecta está en el orden en el que aplicas los productos de ‘skincare’
En el cuidado de la piel, el orden de los factores, sí altera el producto.
Todos recordamos esa regla matemática que reza que «el orden de los factores, no altera el producto». En el universo del ‘skincare’ esa ‘propiedad conmutativa’ no sólo no se aplica sino que puede arruinar tu rutina de cuidado facial. A lo hora de aplicar los productos ‘beauty’ es importante seguir una estructura ya que, por mucho que todos acaben siendo absorbidos por la piel, entran en juego otros factores como la densidad de los mismos. Y es que, aunque ahora te vamos a explicar el orden concreto de cada producto, hay una regla básica que va a ayudarte con este tema: debes aplicarlos siempre de menor a mayor densidad, ya que si empezamos, por ejemplo, con una crema muy densa, esta puede funcionar como una barrera para los tratamientos más ligeros.
Primer paso: limpiar la piel
Es fundamental prepararla y retirar el exceso de grasa o restos de maquillaje y suciedad que puedan quedar, para que, posteriormente, los productos puedan absorberse mejor. Tras aclararnos con agua –preferiblemente fría– puedes utilizar desde leches desmaquillantes a espumas o bálsamos limpiadores.
Segundo paso: tónico
Éste tiene una doble función, ya que, por un lado, perfecciona la limpieza anterior, mientras que reequilibra la película hidrolípica que ha podido verse alterada en el paso anterior. Puedes aplicarlo, tanto como con los dedos, como con la ayuda de un algodón o disco.
Tercer paso: sérums y esencias
Llega el momento de la hidratación. Las esencias y sérums son productos con altas concentraciones de activos que pueden cumplir distintas funciones y estar enfocados a luchar contra el envejecimiento, a aportar luminosidad o a tratar una piel con tendencia acnéica, por ejemplo.
Cuarto paso: contorno de ojos
Debes tener en cuenta que la piel de esta área es mucho más delicada que la del resto del rostro, por esto es importante tratarla con un producto específico. Existen diferentes formato, desde los que se aplican con las yemas de los dedos (siempre utilizando el dedo anular para ejercer menos presión), a los que incorporan un aplicador metálico que añade un ‘extra‘ de frío para, a la vez, descongestionar la zona.
Quinto paso: crema hidratante
Es, quizás, el núcleo del ‘skincare’. Debes encontrar la que más se adapte a tus necesidades y teniendo en cuenta si lo que te hace falta es combatir la sequedad, las arrugas, la pérdida de elasticidad o la falta de luminosidad. Es importante que tengas en cuenta que, no por aplicar más, va a hacer más efecto. Debes utilizar la cantidad justa: el equivalente al tamaño de un garbanzo.
Sexto paso: protección solar
Es importante no olvidar usar protección solar a diario, ya que es lo que va evitar los futuros daños en la piel, pues las radiaciones solares pueden provocar desde la aparición de arrugas a manchas. Recuerda que debe usarse también en los días en los que no haga sol y debe reaplicarse, aproximadamente, cada dos horas.
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