Las "uñas jabón" es la tendencia en manicura que más triunfa entre las mayores de 60

Lo que empezó como una antitendencia, se ha acabado convirtiendo en uno de los grandes virales de los últimos tiempos. Este término, surgió en la industria de la moda para hacer referencia a toda esa corriente de estilo que aboga por huir de los logos y de cualquier signo efímero propio de las tendencias–reemplazándolas por piezas atemporales y sencillas– y apostar por una calidad ‘premium’ que haga posible que las piezas pasen de generación a generación. Es decir, entre los principios que lo definen se encuentran el minimalismo, la elegancia y, ante todo, la atemporalidad. Su éxito ha sido tal que, incluso, ha dado el salto a otros ámbitos como la decoración o, por supuesto, el mundo ‘beauty’. Eso sí, más allá de ese famosísimo ‘clean look’ que hemos visto en maquillaje y ha arrasado en las redes sociales, esta corriente ha llegado también al universo de la manicura de la mano de las llamadas ‘uñas jabón’. 

Con este curioso nombre se ha bautizado a ese tipo de estética que apuesta por llevar al extremo la naturalidad, abogando por lucir un acabado ‘no make up’ en nuestras manos. Es decir, la idea es que las uñas se vean perfectas pero casi como si no estuvieran pintadas. Por eso, se llevan cortas y, en cuanto a colores, siempre en tonalidades rosadas o ‘nude’ que sean prácticamente transparentes. Pero, ¿por qué se llaman ‘uñas jabón’? Pues, básicamente, porque su brillo y ese aspecto limpio puede recordar a las pombas de jabón o a unas manos recién lavadas. 

Dicho esto, parece que esta (anti)tendencia ha calado entre las mujeres mayores de 60 años ya que, según explican, es la que se ha llevado «toda la vida». Así que, ahora, el hecho de que sea viral, no hace más que darles la razón y confirmar que lo clásico, nunca pasa de moda.

Cómo lograr el efecto ‘uñas jabón’

La clave para conseguirlas está en aplicar una base de gel como paso previo (en el caso de que te vayas a realizar un esmaltado semipermanente) y aplicar después un esmalte traslúcido o transparente, en un tono natural para lograr mantener siempre esa estética minimalista propia del lujo silencioso. Después, puedes aplicar una capa de ‘extra’ de brillo para potenciar el efecto ‘glossy’.

Si queréis lograr este acabado en casa, tenéis muchas opciones en el mercado pero una de nuestras favoritas es el icónico esmalte ‘Bubble Bath’, de OPI, ya que, como su propio nombre indica, no puede estar más en consonancia con esta corriente.

¿Otra fantástica opción? El esmalte ‘052 Pink Opal’, de Semilac, un rosa opalizante y suavizado que es ideal para recrear esta tendencia.