¿Te proteges (bien) del sol? Dime cómo es tu piel y te diré qué ponerte

¿Sabes lo que es la fotoprotección médica avanzada? Este nuevo concepto propone adaptar el protector solar a tu piel y estilo de vida, garantizando un cuidado diario integral. Descubre cómo esta innovación revoluciona tu rutina de skincare, protegiéndote de manera inteligente y efectiva.

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Al igual que consideramos la limpieza facial como un gesto esencial en una rutina de cuidado, deberíamos valorar el fotoprotector como un producto de primera necesidad. Y del mismo modo que elegimos nuestros cosméticos según el estado de nuestra piel y estilo de vida, deberíamos seguir el mismo criterio para usar el fotoprotector.

Partiendo de la premisa de que deberíamos llevar protección solar todos los días del año, algo que está asumido por el 64% de la población española según el VIII Observatorio Heliocare, de Cantabria Labs, es crucial personalizar su uso para preservar la salud y la belleza de la piel. Sin embargo, “existe un porcentaje de la población que tiende a subestimar la importancia de su uso diario si no pasan mucho tiempo al aire libre o si creen que su tono de piel natural ofrece suficiente protección”, asegura Alia Shafiq, Medical Science liaison en Cantabria Labs. Esto se debe también, dice David Fernández, Skincare Education Specialist de Paula’s Choice España, a que los cuidados de prevención se perciben menos atractivos que los de corrección y que el protector solar no se considera parte de una rutina de skincare sino que se posiciona como un producto final e independiente que suele dejar de lado el tipo de piel y las características y problemáticas de esta.

¿Qué es la fotoprotección médica avanzada?

Puesto que cada persona es diferente, la protección médica avanzada tiene como objetivo identificar sus necesidades específicas, no solo teniendo en cuenta el fototipo cutáneo, como hasta ahora, sino el tipo o estado de la piel, la edad, el estilo de vida, los factores ambientales y las diversas alteraciones cutáneas que pueda padecer. La estrategia, explican desde Cantabria Labs, depende de un correcto diagnóstico para determinar la fórmula más adecuada, así como de otras medidas de fotoprotección.

Comentaba la dermatóloga Magdalena de Troya, directora y fundadora del proyecto Soludable y jefa de Servicio de la Unidad de Gestión Clínica de Dermatología del Hospital Universitario Costa del Sol (HUCS), durante la presentación del Observatorio Heliocare, que en los últimos años ha habido avances revolucionarios en el ámbito de la fotoprotección. Estos avances han ido más allá de los tradicionales filtros orgánicos o físicos y han incorporado nuevos activos que ofrecen una protección más integral, contra la radiación UV, IR-A y la luz visible, y combaten el estrés oxidativo y el daño celular. Esto, unido a una mayor variedad de texturas y presentaciones cosméticas está permitiendo personalizar esa protección (cada vez más inteligente).

Protección más allá de los filtros

“No todo el daño solar puede prevenirse con el uso de protectores solares, ya que un fotoprotector adecuado solo bloquea el 55% radicales libres producidos por radiación solar. La incorporación de un antioxidante a la formulación incrementa la reducción de radicales libres en casi un 20%”, explica Alia Shafiq. Los antioxidantes ayudan a prevenir el daño oxidativo, promoviendo una piel más saludable y joven a largo plazo.

Pero es que además, recientemente se ha demostrado que el daño en el ADN continúa hasta 24 horas después de la exposición solar. Esto, explicaba la doctora de Troya, implica un cambio de concepto. “Ahora, no solo debemos proteger la piel durante la exposición solar o prepararla antes, sino también continuar protegiéndola con agentes reparadores después de la exposición”. “El uso de antioxidantes en la rutina diaria es un complemento que contribuye a prevenir el daño inducido por la radiación solar y agentes contaminantes ambientales. En este sentido la vitamina C o el ácido ferúlico , entre otros, son un grandes aliados para combatir los efectos nocivos de la radiación UV en la piel”, añade Shafiq.

Pero para lograr una protección integral, los especialistas recomiendan complementar la protección tópica con la fotoprotección oral, un gesto clave para los pacientes más complejos, explicaba la doctora de Troya. “Es especialmente útil para personas con alergias solares o fotosensibilización por medicamentos, para quienes tienen una alta carga actínica en la piel, como trabajadores al aire libre, y para personas con condiciones genéticas como albinismo o xerodermia pigmentosa”.

La piel y sus circunstancias

Dice Alia Shafiq que uno de los criterios que más valoran los consumidores en un fotoprotector es su textura y una cómoda aplicación. Algunas personas pueden sentir que los protectores solares son pesados o grasientos, lo que resulta incómodos, especialmente bajo el maquillaje. Por eso encontrar un producto que se adapte a las necesidades y preferencias individuales puede ayudar a superar cualquier rechazo inicial. Estas son algunas consideraciones a tener en cuenta si buscas una fotoprotección médica individualizada.

Pieles sensibles. Pueden reaccionar negativamente al protector solar, por lo que, en palabras de Shafiq, deben buscar una adecuada selección de filtros y recomienda filtros minerales que actúen como pantalla, reflejando la radiación. “Hasta hace poco tiempo, los filtros minerales no presentaban una buena galénica, sin embargo, en la actualidad existen formulaciones con muy buenas texturas”.

Pieles con alergia al sol. Pueden desarrollar desde la urticaria solar o erupciones hasta enfermedades autoinmunes con pequeñas dosis de radiación, explica la doctora de Troya. Requieren fotoprotectores de amplio espectro con agentes antioxidantes, antiinflamatorios e inmunoprotectores así como fotoprotección oral.

Pieles grasas y acneicas. Necesitan fórmulas oil-free y no comedogénicas, mejor si incluyen además un complejo seborregulador y matificante, comenta Alia Shafiq. También se benefician de pigmentos y componentes antiinflamatorios que ayuden a camuflar las imperfecciones y combatir el acné.

El color de la piel (fototipo). Las pieles claras (fototipo I y II) son más reactivas a la radiación UV, por lo que necesitan más protección frente a este tipo de radiación, mientras las pieles oscuras, más propensas a la hiperpigmentación inducida por la luz visible, se benefician de la protección con pigmentos como el óxido de hierro.

Pieles con manchas. Necesitan filtros de amplio espectro, ya que tanto la radiación UVA, como la infrarroja y la luz visible favorecen la aparición de manchas. Si la fórmula incluye activos despigmentantes contribuirá además al éxito de cualquier tratamiento despigmentante.

En la oficina. La protección diaria contra la luz visible y la azul es especialmente relevante para quienes pasan largas horas frente a pantallas, por lo que estos casos se recomiendan fórmulas que protejan contra los rayos UVA, UVB y luz visible, incluida la luz azul.

Fotosensibilización por fármacos. Numerosos medicamentos (más de 5.000) incluyen activos fotosensibilizantes que, con la exposición solar, pueden producir reacciones y lesiones cutáneas como eritema, erupciones, ampollas, picor. Para estas personas se impone la doble fotoprotección, tópica de amplio espectro y oral.

Deportistas. Según Magdelena de Troya, este grupo de población se resiste al uso de fotoprotección porque los encuentran incómodos y creen que pueden interferir en su rendimiento. Sin embargo, son doblemente vulnerables, tanto por el estrés oxidativo de la exposición solar como el producido por la práctica del ejercicio intenso, incrementando su grado de inmunosupresión a nivel general y cutáneo. Por ello, los deportistas deberían usar doble fotoprotección, con agentes antioxidantes, y fórmulas concebidas para la práctica deportiva, con gran adherencia a la piel, resistentes al sudor y al agua.