Cómo preparar tu piel ante los primeros rayos de sol y conseguir un bonito bronceado

Ya empiezan a asomarse los días más largos, acaba de arrancar la primavera y el sol, cada día, calientan más. Por tanto, estamos en el mejor momento para preparar tu piel antes de los primeras exposiciones a los rayos ultra violetas. Realizar una limpieza más profunda de la piel y promover la renovación celular son dos de las claves del bienestar cutáneo.

La piel es el órgano más extenso del cuerpo, por lo que saber cómo cuidarla , más allá de tu rutina de limpieza e hidratación, es fundamental. Es aquí, cuando entra otro paso más en esto del cuidado: la exfoliación. Este es otro paso necesario en nuestra rutina de cuidado de la piel; nos ayuda a mantenerla suave y uniforme. Pero, ¿qué sabemos de este gesto tan beneficioso y, en ocasiones, tan poco practicado? Si no sabrías responder a esta pregunta, te vamos a ayudar no solo a conocer por qué es buena la exfoliación sino cuáles son sus beneficios, cómo realizarla según la zona de tu cuerpo, con qué frecuencia hacerlo y cuál es el mejor momento para ello.

A veces, cuando las células muertas no mudan, nuestra piel tiene un aspecto apagado, seco o quebradizo, y se obstruyen los poros. Es cuando entra en juego la exfoliación ya que puede ayudar a prevenir este efecto porque acelera el proceso al desprender las células muertas, al mismo tiempo que elimina suciedad y bacterias. Esto hace que nuestra piel esté más suave, uniforme y radiante. 

Estos son los beneficios de la exfoliación

• Elimina células de piel muerta.
• Estimula el flujo sanguíneo y elimina toxinas. 
• Aporta brillo y mejora el aspecto de la piel.
• Potencia la renovación de la piel, haciéndola así más luminosa. 
• Prepara la piel para absorber mejor los productos hidratantes con los que la nutres. 
• Previene la aparición de poros obstruidos que pueden causar brotes de acné. 
• A largo plazo, aumenta la producción de colágeno y la elasticidad de la piel.

Así debes exfoliar tu rostro

Primero, debes utilizar tus dedos para extender el producto sobre la nariz, la frente y la barbilla. A continuación, masajea desde el centro de la frente hacia las sienes. Después, restriega suavemente desde el puente hasta la punta de la nariz, realizando movimientos circulares más intensos en las fosas nasales y mucho más suaves sobre las mejillas. Finalmente, baja desde la barbilla hacia el cuello y trata siempre de evitar las zonas de los ojos y la boca.

Pero, otro punto importante que debes tener en cuenta es que la exfoliación no es solo para la cara. Tenemos células de piel muerta por todo el cuerpo que deben ser eliminadas. Exfoliar el cuerpo no solo suaviza la piel, sino que también puede ayudar con otros problemas como el acné corporal o la celulitis. ¿Cómo hacerlo? Lo mejor, por partes:

1.Brazos y piernas

Lo más fácil para eliminar la capa de piel muerta en estas zonas es usar cepillos, guantes o esponjas. Frota el área suavemente durante unos 30 segundos en la ducha para deshacerte de las células muertas y estimular la circulación. También puedes probar el cepillado en seco con un cepillo corporal con el que harás movimientos circulares por todos tus brazos y piernas. Además de cepillar la piel muerta, es bueno para prevenir la celulitis y favorece el drenaje linfático.

2.Pies y manos

Existen muchísimos productos exfoliantes y peelings diseñados específicamente para exfoliar pies y manos. La piedra pómez es un exfoliante natural perfecto para las áreas de piel más gruesa, como las rodillas, los codos o los pies. Es recomendable remojar los pies en agua tibia, previamente, para ablandar la piel y mojar la piedra pómez antes de usarla.

3.Zona púbica

Antes de afeitar o depilar la línea del bikini o el pubis, es recomendable exfoliar la piel. Esto la suavizará y ayudará a prevenir cualquier problema que la eliminación del vello pueda causar, como la irritación provocada por la cuchilla, los pelos enquistados o el picor. Debes usar un exfoliante muy suave, una esponja de luffa o un cepillo corporal, y darte una ducha templada antes para preparar la piel.

En cuanto a la frecuencia de exfoliación, lo más importante es no hacerlo en exceso, especialmente si este mundo es nuevo para ti. Cada vez que te exfolias comienza un proceso de regeneración que puede estresar la piel. Ten mucho cuidado y aprende a interpretar lo que tu piel te pide. Lo idóneo es una o dos veces por semana para quitarle ese aspecto apagado sin eliminar en exceso la hidratación natural de tu piel. Debes tener en cuenta que exfoliar en exceso las zonas sensibles del cuerpo, como la cara, puede ser contraproducente y causar sequedad, enrojecimiento e irritación.

También debes tener en cuenta la edad. La piel de las personas jóvenes suele regenerarse en unos 28 días, pero el proceso se vuelve más lento con la edad y puede llegar a tardar 45 días en pieles más maduras. A medida que envejecemos, sigue siendo recomendable exfoliar la piel, pero puedes hacerlo una vez por semana en lugar de dos.

Lo idóneo es exfoliarte por la noche y nunca después de un tratamiento; debes esperar al menos una semana ya que puede ser dañino para tu piel.