La moda se rinde al pasado: de los looks de archivo que arrasan en las alfombras rojas al auge del lujo de segunda mano

La idea de que la ropa reutilizada o de segunda mano no es una opción sofisticada ya es agua pasada; tanto, que ahora más bien es la última tendencia en moda y sus pseudónimos vendrían a ser algo así como "looks vintage" o "looks de archivo" si hablamos de lujo. Con la carta de la sostenibilidad sobre la mesa hemos visto a plataformas de reventa escalar en el ranking a una velocidad sin precedentes. Un informe de ‘The Business of Fashion’ y McKinsey & Co. titulado The State of Fashion apunta a que los beneficios de la reventa crecerán hasta los 47 millones de dólares en 2025. Un dato esperanzador para todos esos que abogan por el 'slow-fashion' y la moda circular y todavía más para las marcas de lujo que están siendo las grandes beneficiadas de este movimiento.

El negocio de los iconos

Es complicado determinar cuál fue el pistoletazo de salida; quizás la retirada de Jean Paul Gaultier en 2015 que desató la obsesión de muchos por recuperar looks de culto del diseñador o el día en el que Kim Kardashian decidió enfundarse para la gala MET en el icónico vestido (que aún se está recuperando, por cierto) con el que la mismísima Marilyne Monroe le deseó feliz cumpleaños al entonces presidente John F. Kennedy; sí, hablamos de un archivo 1962.

La cuestión es que cada vez son más firmas las que están recuperando muchos de los diseños que han construido sus legados, quizás como la receta para sobrevivir a la supuesta crisis que amenaza a la industria. Y es que si con cualquier artículo de lujo va implícito valor y prestigio, sumarle años de historia lo convierte en una leyenda con todos los privilegios que eso conlleva; incluido el de la exclusividad, cada vez más codiciada e imposible.

En los últimos años cada vez que se despliega una alfombra roja (o verde a este paso) lo vemos y uno de los mejores ejemplos es siempre obra de Law Roach y la protagonista: Zendaya, evidentemente. La hemos visto deslumbrar con un Versace de 2002, con un Valentino de 1992 y hasta son un Balmain de 1956. Curiosamente la actriz solo había nacido cuando se diseñó el primero de los tres.

Hace escasas semanas se celebró la MET un año más, y ya tarda el Museo Metropolitano (por no nombrar directamente a Anna Wintour) en reconocer como hija predilecta a la protagonista de 'Dune'. Porque sí, lo hizo otra vez: la coanfitriona apareció sobre la escalinata de la gala con un vestido firmado por Galliano que dejó a todo el mundo boquiabieto. Pero por si no había sido suficiente, cuando nadie lo esperaba, irrumpió con un segundo look del diseñador que recuperaron de su era en Givenchy en 1996.

El de Galliano es un buen ejemplo, como el de Maison Margiela con sus botas 'Tabi'. ¿Quién le diría al diseñador invisible que sus "ugly shoes" serían zapato de culto para todas las amantes de la industria 35 años después? Pues esta es la última hora en términos de moda.

Plataformas a su disposición

Opciones como Vinted, Wallapop o Zara Pre-Owned están en su mejor momento, pero si una plataforma es la favorita de las amantes de la moda, esa es Vestiaire Collective. Para quién no la conozca todavía es un 'e-commerce' de reventa de lujo, ni más ni menos. Cada año la plataforma lanza un informe con los 20 artículos más deseados durante los 12 meses anteriores. Encabezando la lista: Louis Vuitton con el 'monogram' por bandera, curiosamente mientras tanto el conglomerado de lujo se mantiene en alerta ante el futuro, incierto para todos. Verónica Martinez, 'fashion consultant' de la plataforma asegura: "Los bolsos Hermès, Chanel, Gucci y Louis Vuitton siguen estando en la cima por su valor de reventa, lo que indica que estos seguirán siendo una fuerte inversión para este año".

Y es que cuando parecía que la industria del lujo se ralentizaba, probablemente por la escandalosa subida de precios, y la reventa se posicionaba como uno de sus grandes enemigos, la realidad es que los clásicos son tan deseados o más de lo que ya lo eran. Porque si algo algo deben agradecer a este negocio es el valor aspiracional que han añadido a la identidad de las marcas. Muchas han sabido aprovechar este coleccionismo emocional (que comenzó con la fiebre del 'vintage' y la nostalgia y del que al principio algunas se mostraban reacias) para bucear en sus archivos y recuperar artículos que habían caído en el olvido. Ahora, muchos de ellos no solo triunfan como símbolo de prestigio y exclusividad, sino que son y serán iconos para los restos en el imaginario de la moda. La cuestión: el lujo continúa dominando el panorama.