Cómo aprender a mantener la atención en una sociedad adicta a las notificaciones

¿Eres incapaz de ver una película sin mirar diez veces el teléfono? ¿Te cuesta horrores leer un capítulo del tirón? Tenemos dos buenas noticias. 1. No estás sola 2. Tenemos la solución.

Cómo mantener la atención

Cómo mantener la atención

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“Nos mueve el afán de recibir atención. Está en nuestra naturaleza. Desde el día en que nacemos necesitamos el contacto con los demás. Gracias a las investigaciones de Winnicott, entre otros, sabemos que un desarrollo cognitivo sano depende en parte de recibir una atención suficiente de nuestros cuidadores principales. Aprender a modular esa necesidad de atención es uno de los pasos necesarios para alcanzar la madurez. Si queremos torturar a alguien, lo encerramos en una celda de aislamiento. Hacer el vacío es una forma típica de maltrato. Hay algo profundamente atávico en que nuestros cuerpos necesiten ser percibidos por otros cuerpos humanos, aunque solo sea para confirmarnos que existimos. Tal y como señaló Hannah Arendt: "La presencia de otros que ven lo que vemos y oyen lo que oímos nos asegura de la realidad del mundo y de nosotros mismos". Somos criaturas sociales, nacidas a una interpelación vital con otros humanos. Internet nos ofrece formas nunca vistas de conectar con los demás. ¿Cómo es posible, entonces, que en esta vorágine de conexiones, nos veamos inmersos en una epidemia de soledad?”, se pregunta en 'Atención radical' Julia Bell.

Es posible que te suene la escena que vamos a describir. Decides poner una película en Netflix y apenas han transcurrido unos minutos, te sorprendes revisando tus redes sociales o interrumpiendo el largometraje porque te ha llegado un WhatsApp. La atención es tan líquida en el presente que resulta muy complicado mantener el foco, algo que no solo daña nuestra vida profesional, sino también la personal. ¿Cómo podemos mantener la atención en una sociedad en la que las notificaciones y la información se tornan imparables?

“A mí me gusta decir que lo contrario a la distracción no es la atención, es la atracción. Cuando uno, en el encuentro con otra persona, se siente atraído, una de las consecuencias es que empieza a prestar atención, de forma casi inconsciente, a todo lo que se refiere a la otra persona y lo hace casi sin esfuerzo. La dificultad surge cuando estoy constantemente sintiendo atracción, no por lo que me rodea, no por mi realidad o la verdad de mi vida, sino por ese mundo virtual del cual forman parte, no solo en las redes sociales, sino el mundo de la desinformación”, explica Marta Ruiz de Azcárate, autora de ‘Cambiando el foco’. 

“Mi mundo, mi realidad y mi verdad pasan a un segundo plano por qué no tienen la suficiente entidad, empuje o capacidad de atraerme, no porque en esencia no la tengan, sino porque mi umbral de atracción se ha visto alterado por una cantidad ingente de estímulos que, de forma no tan real, más bien ficticia, reclaman urgentemente mi atención. Creo que la posibilidad de mantener mi atención en esta sociedad es a través de vivir en verdad, de dejarme sorprender por la realidad que nos rodea, que es lo más real que tengo”, asegura. 

La experta en inteligencia emocional y 'counselling' señala que en realidad, a la hora de hablar acerca de cómo las redes sociales distraen nuestra atención, no se trata tanto de la red social, sino de cómo hacemos uso de nuestra libertad, cómo tomamos decisiones sobre la gestión del tiempo libre y cómo gestionamos la frustración de no estar siempre a la última y que eso pueda ser una nota discordante en nuestro día a día.

Problemas atención

Mujer con problemas de atención

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“También reflexionar en que todo tiene un precio, es decir, si yo regalo mi atención a una realidad que es relativamente ficticia, es importante que tenga muy claro que el precio que estoy pagando es no vivir en mi realidad. No tenemos la capacidad de estar en dos sitios a la vez, así que sí estoy emocional e intelectualmente en una red social, no lo voy a estar en mi realidad, por lo que mi realidad irá perdiendo poco a poco su capacidad atractiva, porque yo seré cada vez más incapaz de percibirla y porque mi atención estará centrada en otro foco. Esto me introduce en un ciclo vicioso. Si uso la red social para evadirme de mi propia realidad, con ello lograré que mi realidad, mi verdad, cada vez se me haga más tediosa e insoportable, insulsa e insípida, y por tanto cada vez querré evadirme más de ella y regalaré más tiempo a todo lo que me ayuda a este propósito, que me hundirá más en este ciclo vicioso. Me llevará a comparar constantemente los pocos estímulos que percibo de mi realidad con lo que percibo en la red social y cada vez la diferencia será más profunda y por tanto, mi tedio, mi hastío y mi tristeza serán mayores”, advierte Marta Ruiz de Azcárate.

Cómo aprender a concentrarnos

Que no cunda el pánico, porque Azcárate asegura que podemos entrenar a nuestro cerebro para concentrarnos más. Nos da algunos consejos para hacerlo. 

“Poner límites, por ejemplo, a las notificaciones de los emails del trabajo, o al teléfono en general a partir de las 10 de la noche. Otra buena opción es idear y llevar a cabo una sana rutina del sueño que nos ayude a llevar una higiene del sueño adecuada y a descansar diariamente. Podemos desactivar las notificaciones de redes sociales y aprender cuáles, de verdad, responden a mis intereses y usar las redes para ese propósito, en lugar des que ellas me usen a mi como consumidora. Aprender a respirar, guardar silencio, comer saboreando, fijar en la agenda una quedada con una amiga, aprender a relajar la mirada levantando la cabeza y mirando a lo lejos, cuidar nuestras necesidades básicas para que, desde ahí, poder afrontar de otra manera el día a día…  Porque ya seríamos más capaces de buscar lo que me atrae de mi trabajo, de la tarea que más tediosa se me hace o de mi vida en general”, explica. 

También nos da unos tips para trabajar sin que se nos vaya el santo al cielo, algo que agradecerán tanto nuestros superiores, como nosotros mismos, pues la eficiencia temporal en la oficina es esencial para la salud mental y evitará que el famoso ‘burnout’ interrumpa nuestra vida laboral.

Cómo. mantener la atención

Cómo mantener la atención

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“Hay que tener muy presentes los ladrones del tiempo y usar la técnica del pomodoro. Hemos de ponernos un límite y comprometernos a cumplirlo para la entrega de un trabajo y así evitar la procrastinación y la revisión ilimitada por perfeccionismo. Hemos de tener muy claro que trabajamos para vivir y que no vivimos para trabajar. Por ello, el trabajo es un medio que yo voy a utilizar para vivir de la mejor manera posible y para aportar a mi mundo todos aquellos dones que tengo dentro y así ayudar a construir un mundo mejor. Creo que no hacemos esto no porque no lo sepamos, sino porque nos cuesta comprometernos, en primer lugar, con nosotros mismos, con nuestro valores, con lo que necesitamos y queremos y después con los demás. Vivimos una crisis de compromiso. Si no tenemos miedo a comprometernos con nosotros y con los demás… ¡Cambiaremos el mundo!”, asegura la autora de ‘Cambiando el foco’.

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