Inteligencia emocional

Inteligencia emocional
Inteligencia emocional

Un marketing personal

Laura Soba Molero

Especialista en Inteligencia Emocional

Nuestra forma de vestir es nuestro propio marketing personal, la información que queremos dar a conocer sobre nosotros. Es lo primero que se ve. Solo se necesitan siete segundos para que la mente construya el estereotipo de persona que tenemos delante. Es aquí donde el complemento de moda juega un papel importante, ayudándonos a distinguirnos del resto. Son nuestra propia seña de identidad, nos hacen sentir únicas. ¿Pero qué hay detrás de ese accesorio que se nos hace imprescindible a la hora de vestirnos? Con ellos buscamos alcanzar la perfección, sentirnos completos para poder trasmitir seguridad en cada momento. En esta sociedad en la que está de moda ser perfecto, nos ayuda a mostrar lo mejor de nosotros, construyendo el diseño de persona que aspiramos ser en cada situación, porque no es lo mismo estar en una fi esta que en el trabajo o con los amigos. Y es que es muy fácil entregarse a los placeres que nos brindan los complementos, a esa sensación de satisfacción plena que sentimos cuando nos gustamos y gustamos a los demás. Queremos que nos valoren y, a través de ellos, logramos fortalecer nuestra persona, que a menudo frente al espejo, desnudas, no nos gusta ver. Pero cuando salimos de la ducha y empezamos a vestirnos, una sonrisa cómplice va apareciendo en nuestro rostro. Nos vamos reinventando pero no somos felices del todo hasta que no vemos nuestra imagen impoluta, con nuestros zapatos favoritos, el bolso nuevo, las gafas de sol..., y otros accesorios en los que nos apoyamos para que los demás vean nuestra mejor cara.

Por qué me puse la diadema del revés

Laura Ponte, modelo

Fue algo espontáneo. Yo no quería llevar diadema, me quedaba muy levantada y, con ella puesta, me veía demasiado de princesa. Haciendo pruebas con el peluquero, Leonardo, mi suegra dijo: «Tú que eres original... ¿por qué no te la pones del revés?» Lo probamos y ¡funcionaba!, aunque no salí hacia la iglesia con ella tan baja como se ve en las fotos, se me cayó un poco por el camino. Me divierte darle la vuelta a las cosas: lo que va delante atrás; lo que va arriba, abajo. En moda me gusta jugar con lo que tengo. Le echo imaginación y no tengo miedo a mezclar complementos complicados, colores a primera vista imposibles y saltarme no sé qué normas sobre lo que hay que llevar a juego con qué. La clave está en dominar la situación, en llevarlo todo con normalidad absoluta y sin sentirte disfrazada. Pero no creáis que me paso 3 horas delante de un espejo pensando mi estilismo, en eso soy inmediata y muy práctica. Estoy lista en minutos. ¿Mi complemento favorito? El cinturón. No sé cuántos tengo. Muchos. Te cambian totalmente la silueta, le dan otro aire, sacan partido hasta de un vestido-saco. Los bolsos me gustan. pero ahora llevo casi un mes con el mismo a cuestas, y los zapatos los destrozo: llevo igual unos de Zara que un par de Louboutin.

Síguele la pista

  • Lo último