El rey Carlos III abrirá las puertas de Balmoral con estas exigentes condiciones

Apenas unos días de darse un baño de masas en la tradicional Misa de Pascua en Windsor en lo que supuso su regreso a la vida pública tras anunciar que padecía cáncer de próstata, el rey Carlos III ha tomado una decisión sobre el que fuera el rincón favorito de su madre, Isabel II.

Según se acaba de conocer, el monarca ha decidido que se abran por primera vez las puertas del castillo de Balmoral, el lugar en el que la reina pasaba largas temporadas y en el que falleció el 8 de septiembre de 2022.

Esta determinación por parte del actual rey tiene que ver con el deseo que ya manifestó tras su coronación de abrir más estancias reales al público –de hecho, ya lo hizo hace tiempo con el palacio de St James– y se espera que esta experiencia piloto sirva para valorar cómo afronta la afluencia de visitantes un edificio histórico edificio como este.

Según la página web del castillo de Balmoral, la visita te "llevará por un viaje histórico a través de varias de las hermosas salas del castillo de Balmoral y aprenderás sobre los orígenes del castillo y cómo ha sido amado por generaciones de la Familia Real" y te permitirá "viajar en el tiempo desde la compra del Balmoral por la reina Victoria y el príncipe Alberto hasta el día de hoy, donde podrás ver cómo las habitaciones dentro del castillo son utilizadas hoy por el rey y la reina y otros miembros de la Familia Real".

Las exigentes condiciones para visitar el castillo de Balmoral

Esta será la primera vez en los casi 200 años de historia del castillo en la que se permitirá el acceso al público y por eso desde la familia real han sido muy exigentes con las condiciones de esta apertura. Para empezar se ha determinado que sea exclusivamente en unas fechas muy concretas que son del 1 de julio al 4 de agosto, periodo previo a que Carlos III y Camila viajen hasta allí para pasar parte de sus vacaciones de verano, cuando se abran las puertas.

Además, habrá un aforo máximo de 40 personas por día, las cuales tendrán que adquirir previamente una entrada que cuesta 100 libras (unos 116 euros al cambio) o una por valor de 150 libras (174 euros) si se incluye en la visita el tradicional té con bollos ingleses, sandwiches y pastas.

Hasta ahora, el público general solo tenía acceso a los jardines y al salón de baile, donde se colocó el ataúd de Isabel II tras su fallecimiento, pero ahora se podrá visitar el salón así como el conocido como "corredor rojo", e incluso se podrá contemplar una colección privada de acuarelas del rey así como una selección de trajes usados por él mismo y otros que pertenecieron a la reina Camila, la reina Isabel II e incluso la reina Madre.

"Verá por qué Balmoral es un lugar tan especial: el muy querido y célebre hogar de la familia real en las Highlands", advierten desde la web del castillo, desde la cual ya se pueden adquirir las entradas.

El histórico refugio de la familia real británica

El castillo de Balmoral es un palacio ubicado en las Altas Tierras de Escocia que fue adquirido por el príncipe Alberto en 1852 para su esposa, la reina Victoria. Se acabó de construir el edificio en 1855 y se convirtió en la residencia preferida de la reina Isabel II, ya que era donde pasaba la mayor parte de sus veranos mientras que tenía su oficina en el palacio de Buckingham y su espacio para descanso el fin de semana el castillo de Windsor. Allí pasó sus últimos días de vida e hizo historia al nombrar allí primera ministra a Liz Truss en lugar de en Buckingham poco antes de morir.

"Es un sitio encantador para la abuela y el abuelo y para que nosotros vayamos a verlos allí, donde tienes espacio para respirar y correr", dijo la princesa Eugenia en un documental sobre este enclave en el que disfrutaba de un ambiente relajado toda la familia.

También para Carlos III, a quien le gustaba acudir con sus hijos Guillermo y Enrique durante su infancia, Balmoral es un lugar clave. "Mi padre nunca es más feliz que cuando pasea por las colinas", dijo en una ocasión el príncipe de Gales.