Todo sobre la nutrición consciente

Con la ayuda de un equipo médico, te contamos todo sobre la equilibrada dieta que ha tomado el nombre de “nutrición consciente” y que, entre sus seguidoras, está la cantante Taylor Swift

Esta dieta también incluye un consumo bajo de sal
Esta dieta también incluye un consumo bajo de sal / Istock

Dietas, muchas. Y por suerte, cada vez más preocupadas por la salud global que únicamente por la pérdida de unos kilos de más. Atrás quedan los métodos agresivos y las promesas de adelgazamiento con letra pequeña que nadie se leía pero que tenían consecuencias. 

Gracias a nombres como Taylor Swift, se han popularizado otras formas de cuidarse que no sólo hacen referencia al menú, sino a una manera holística de bienestar. Hablamos de la filosofía de la nutrición consciente. 

“La medicina holística se enfoca en el bienestar de la persona en su totalidad, mejorando su salud emocional, mental, espiritual y física, y previniendo enfermedades a largo plazo, contrario a lo que sería la medicina tradicional que trata de curarlas”, dicen desde el equipo médico de la clínica Mira+Cueto. Y continúan argumentando que “todos los ámbitos de nuestra vida están interconectados y el estado de uno, afecta al otro. Por ejemplo, el estrés, que todos tenemos en nuestra vida diaria, afecta negativamente nuestra salud física. Cuando es crónico, disminuye nuestra inmunidad (defensas bajas), aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y de infecciones”. Es decir, la “buena salud” no sólo está en una dieta equilibrada, sino también en una mente en consonancia.

Taylor Swift sigue la filosofía de la nutrición consciente

Taylor Swift sigue la filosofía de la nutrición consciente

/ Getty Images

Alimentación consciente

La alimentación consciente, método de nutrición que sigue Swift, se basa en la elección de alimentos que sean ricos en nutrientes y reporten beneficios al cuerpo. Desde Mira+Cueto afirman que “este tipo de dieta va más allá de elegir alimentos saludables: es una práctica que se centra en cultivar la conexión de cuerpo, mente y los alimentos que ingerimos”. 

¿Y por qué “CONSCIENTE”? 

A esta pregunta, los expertos responden diciendo que “los alimentos que ingerimos afectan directamente a nuestro cerebro y nuestra capacidad para pensar, concentrarnos y regular nuestras emociones. Al practicar la alimentación consciente nos podemos dar cuenta de cómo influyen los alimentos en nuestras emociones, reacciones y comportamientos, por lo que incluso nos ayuda a evitar la alimentación emocional, donde comemos como una forma de afrontar el estrés o nuestras emociones”. 

Y es que esta forma de nutrirnos atiende mejor y de forma más presente a las señales que nuestro cuerpo nos manda de saciedad y hambre. Esto nos permite evitar comer en exceso, regular nuestras porciones, elegir alimentos más equilibrados… lo cual tiene un impacto directo en nuestra salud física, ayudándonos a mantener un peso que sea saludable, a prevenir enfermedades y a mejorar la energía.

Dieta antiinflamatoria

Dentro de este enfoque holístico, hay que destacar que este tipo de alimentación tiene beneficios antiinflamatorios a nivel celular. En ella, la ingesta de alimentos ultraprocesados está prohibida o limitada, así como la de aquellos con altos índices glucémicos, como las harinas refinadas, los vegetales almidonosos como el pan blanco o la bollería, el azúcar… “además de tener grandes cantidades de azúcares y/o edulcorantes, tienen grasas vegetales de mala calidad, grasas trans, multitud de colorantes, conservantes y aditivos”, dicen los expertos. 

Este tipo de alimentación tiene beneficios antiinflamatorios

Este tipo de alimentación tiene beneficios antiinflamatorios

/ Istock

Alimentos que se recomienda evitar o reducir

Grasas saturadas y trans

Es decir, bollería industrial, fritos, margarinas… consideradas grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas. Entre las grasas saturadas se incluyen las carnes de res, cerdo, pieles de pollo y pavo, los embutidos… así como la leche entera y sus derivados, la manteca… Al respecto de la carne, el equipo médico de Mira+Cueto explica que “contiene una elvada proporción en ácido araquidónico, que es un ácido graso precursor de sustancias que desencadenan reacciones inflamatorias”.

Aceites refinados

Ricos en ácidos grasos poliinsaturados, como el de girasol, maíz, soja, las margarinas y los ultraprocesados. 

Embutidos

“Son muy pro-inflamatorios”, dicen los expertos. Se entiende como procesado cárnico a todo aquello que ha sido sometido a un proceso para alargar su conservación, por ejemplo, el ahumado, el curado, salado o la adición de conservantes químicos. 

Gluten

Es la proteína presente en el trigo en un 80-90% y en otros cereales como el centeno (en un 50%) o la cebada (en un 10%). Y aunque hay mucha controversia con las dietas que restringen el gluten, el equipo médico de Mira+Cueto rxplica que “contiene dos proteínas (gliadina y glutenina) que son de difícil digestión. Cuando son mal digeridas atraviesan la barrera protectora de nuestro intestino y activan el sistema inmune, provocando inflamación mediante una reacción de rechazo -intolerancia- o alergia -celiaquía-.”

Alcohol

Relacioado con el agravamiento de enfermedades de base inflamatoria. 

Además, esta dieta también incluye un consumo bajo de sal para mejorar la inflamación y la retención de líquidos. 

Esta dieta también incluye un consumo bajo de sal

Esta dieta también incluye un consumo bajo de sal

/ Istock

Y es que cuando hablamos de inflamación, olvidamos que muchas veces se produce de forma “silenciosa”, detrás de muchas otras dolencias. Por lo que este tipo de nutrición ayuda a controlar estos procesos inflamatorios, además de ayudar a aumentar las defensas, favorecer la reparación y cicatrización de tejidos, retardar el envejecimiento prematuro o evitar el daño que producen a nivel celular la acción de los radicales libres. 

Estilo de vida antiinflamatorio

Recuperando el concepto de bienestar holístico, además de cuidar los nutrientes que nuestro cuerpo recibe a través de la alimentación, asegurar el ejercicio físico, la exposición controlada y segura al sol, la buena gestión emocional y del estrés y la disminución de la carga tóxica mental que afecta a nuestra vida, es esencial para construir la base de este estilo de vida consciente y saludable. 

Todos podemos conseguirlo. Este estilo de vida no está sólo al alcance de unos pocos referentes. Y es que no se necesita dejar de comer, sino elegir “comer bien”, que nuestras comidas sean deliciosas pero que también nos reporten beneficios al organismo más allá de una báscula. Que todo lo que nos llega, tenga un filtro y que seamos los dueños de nuestras emociones, manteniendo las riendas de nuestro bienestar global.

Y sí, parece difícil… pero se puede.

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