¿De verdad es necesario lavarse el pelo siempre después de entrenar? Estos son los pros y contras del lavado post-gym
El sudor acumulado durante el ejercicio puede debilitar y ensuciar el cuero cabelludo, pero lavar el cabello en exceso también trae consecuencias. Los expertos se pronuncian.
Cuando sales del gimnasio después de darlo todo y has sudado como si acabaras de correr una maratón, lo que más apetece es una ducha refrescante. Más que un capricho, es una necesidad que añade un plus de endorfinas a nuestro cerebro. Y el pelo no resulta ajeno a este gesto de higiene y bienestar que nos pide el cuerpo. Sin embargo, una de las creencias capilares más populares es que lavar el pelo con mucha frecuencia no es bueno. ¿Qué hacer entonces, lavar siempre después de entrenar, aunque sea a diario o dos veces algunos días, o abstenerse de vez en cuando? "El cabello se puede lavar tantas veces como se precise cuando esté sucio, siempre que se haga con productos suaves que no irriten el cuero cabelludo", sentencia el doctor Alejandro Martín-Gorgojo, dermatólogo del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV) y de la clínica CDI.
Dicho esto, para Rocío Lucas, responsable de peluquería en Twenty NLB, el lavado tampoco es obligatorio tras cada entrenamiento a menos que sientas que tu cabello realmente lo necesita, que esté apelmazado y sin textura ni brillo. Para evitar que se ensucie más de lo debido, recomienda recoger el pelo y utilizar una banda para absorber el sudor. Lo importante, como siempre, es encontrar un equilibrio: lavar solo cuando sea preciso, y siempre con productos adecuados. Una alternativa al lavado, comenta Lucas, es utilizar champú seco (sin abusar de su uso tampoco) o aclarar solo con agua.
¿Cómo afecta el sudor al cabello?
Cuando hay sudor, y con el ejercicio físico suele haberlo, a excepción de algunas disciplinas más zen o entrenamientos menos exigentes, la recomendación de los especialistas es lavar, ya que, dice Rocío Lucas, el exceso de sudor puede crear una película en cabello y cuero cabelludo que hace que se debilite, se caiga o tenga exceso de grasa. Además, añade el dermatólogo, en personas con dermatosis del cuero cabelludo (como dermatitis seborreica o psoriasis), el sudor puede favorecer la irritación de la piel. Un lavado rápido y suave podría prevenir este tipo de alteraciones.
El agua, un enemigo para tu pelo
Aunque lavarse el cabello con frecuencia no es malo per se, este gesto esencial de higiene puede tener unos efectos colaterales no deseados. Para empezar el pelo mojado es más vulnerable y propenso a la rotura. "La exposición continuada a agua, sobre todo a temperaturas extremas, excesivamente clorada o calcárea, podría debilitar la cutícula del cabello, aumentando su porosidad y dejándolo más expuesto al daño", advierte el doctor Martín-Gorgojo. También el lavado excesivo, con productos que puedan ser irritantes puede agravar problemas dermatológicos preexistentes.
Por otro lado, añade Rocío Lucas, lavar el cabello con excesiva frecuencia puede alterar el pH del cuero cabelludo y los aceites naturales que protegen el pelo. También la naturaleza de nuestra melena es otro factor a tener en cuenta en este punto. Por norma general, los cabellos secos y teñidos suelen aguantar más tiempo sin lavar que los finos y grasos.
El problema muchas veces no está tanto en lavar o no lavar sino en cómo lo hacemos. Para quienes sienten la necesidad de lavarse el cabello frecuentemente, el dermatólogo sugiere optar por champús suaves, de adultos, no de bebés. “En personas con piel seca o sensible no se debe abusar de aquellos con sulfatos, como el laurilsulfato sódico, ya que pueden irritar el cuero cabelludo si se usan excesivamente (si bien son productos que ocasionalmente pueden ser adecuados para retirar residuos del cabello)”. Opinión que comparte María García, responsable de experiencia de cliente de la firma capilar Dalire quien recomienda también de los sulfatos y otros químicos y optar por otros más naturales con ingredientes que aporten vitaminas y estimulen la producción de colágeno para favorecer la elasticidad y fortaleza de las fibras capilares dañadas por el sudor que generamos haciendo deporte.
Estos son los consejos generales. Sin embargo, dicho esto, el dermatólogo no descarta tajantemente el uso champús con siliconas (aportan brillo y suavidad al cabello) siempre que se haga ocasionalmente, “pero no deben ser el único champú que se use”. Por el contrario, en general, puede ser aconsejable la utilización de un acondicionador de pelo, ya que lo hace más manejable y disminuye la fuerza necesaria para peinarlo.
Secar y peinar, la rutina post-lavado que puede castigar tu melena
Además de los efectos negativos del agua sobre el cabello, también se debe considerar la acción de los gestos que habitualmente siguen al lavado: secar y peinar pueden comprometer, y mucho, la salud capilar. Para Rocío Lucas, la técnica más saludable para secar el cabello es al natural hasta un 70% y finalizar con el secador, usando siempre un protector térmico. Pero ¿quién tiene el tiempo y la paciencia para esperar a que la melena se seque al aire antes de coger el secador? Lo normal es que nada más salir de la ducha agarremos el secador, a la mayor temperatura posible para acelerar el proceso, e incluso terminar, una vez seco, con una pasada de planchas para pulir el acabado. “Las herramientas de secado y peinado, como secadores y planchas, someten al cabello a altas temperaturas, que deshidratan la fibra capilar y pueden provocar que se vuelva opaco y quebradizo”, expone el dermatólogo, quien, abundando en ello, refiere que resulta fundamental que se haga con moderación, sin tener el pelo excesivamente mojado y con temperatura media: “esto es, que no haya mucho choque térmico de plancha con temperatura muy alta y pelo mojado con temperatura baja”. Asimismo añade que los dermatólogos también desaconsejan productos que sean excesivamente irritantes como aquellos con base alcohólica y abusar de fórmulas con fragancias, pues pueden causar alergias.
A estas recomendaciones, David Lesur, director de formación de los salones David Künzle, añade algo que parece obvio pero que solemos olvidar: cepillar siempre con delicadeza y, por supuesto, con un cepillo bueno.
En conclusión, intenta moderar el uso de estas herramientas de calor y evita el agua muy caliente al lavarte el pelo. “La frecuencia con la que el pelo se debe lavar es variable. Depende de la producción de sebo de cada persona, de su actividad física y del ambiente en que trabaja”, declara el doctor Martín-Gorgojo. En cualquier caso, si surge alguna duda o problema dermatológico, lo mejor es consultar con el médico especialista
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