¿Se puede mejorar el brillo del pelo desde el interior? Sí. Te contamos cómo y por qué

El brillo del pelo es posiblemente una de las propiedades más valoradas en una melena, por su asociación a la salud, belleza y juventud capilar. Sin embargo, es una de las características más comprometidas por las agresiones que infligimos a nuestro cabello, por las circunstancias ambientales e incluso por la propia naturaleza del pelo. Los tratamientos de brillo en la peluquería o la cosmética ad hoc son soluciones temporales, un buen apaño, que funciona muy bien de puertas para fuera, pero ¿podemos hacer que nuestro cabello vuelva a brillar desde el interior? Los expertos están de acuerdo: Sí.

¿De qué factores depende el brillo? ¿De qué depende el brillo?

El cabello brilla principalmente cuando la cutícula (la capa externa del cabello) se mantiene intacta y sana, de forma que refleja la luz. La cutícula, a su vez, está recubierta por una fina capa superficial (la capa F) formada por un ácido graso (18 MEA), explica la farmacéutica y nutricionista Clara Fernández, creadora del canal de belleza y podcast HolisticMango. Cuando esa capa superficial está intacta, el cabello es impermeable al agua, brilla y es suave al tacto. Pero las decoloraciones, tintes o el abuso de herramientas de calor la dañan y el pelo comienza a perder esa capacidad de hidrofobicidad, reduce su brillo y tiende al encrespamiento. También, añade el doctor Javier Pedraz, director médico de Insparya Hair Medical Clinic, influye un cuidado capilar inadecuado, la exposición al sol o la contaminación ambiental, factores que pueden resecar y dañar nuestra melena provocando que pierda brillo y luminosidad.

Asimismo, existen causas internas que condicionan que el pelo brille más o menos. Una de ellas, señala la farmacéutica es el tipo del cabello. “Por ejemplo, un pelo liso tiene una superficie más uniforme y refleja más luz que uno rizado u ondulado”. De la misma forma, dice, los cabellos oscuros brillan más que los rubios o pelirrojos.  A todo esto el doctor Javier Morán, catedrático y director del Instituto Universitario de Innovación Alimentaria de la UCAM (Universidad Católica de Murcia); y cofundador y director I+D de la marca de salud capilar VR6, suma los desequilibrios hormonales o los cambios asociados con el embarazo, la menopausia; determinadas enfermedades o condiciones médicas que afectan la absorción de nutrientes, como trastornos nutricionales, enfermedades tiroideas o problemas digestivos. También el estrés crónico y un estilo de vida poco saludable. Razones más que suficientes para pensar que el aspecto del pelo también puede tratarse desde el interior. Por ello, el doctor Pedraz aconseja no quedarse solo en la superficie y si identificamos o creemos que el cabello está perdiendo su brillo debido a una causa interna, consultemos con un especialista para que pueda diagnosticar la causa subyacente y recomendar el tratamiento adecuado.

El cuero cabelludo también influye

“El cuero cabelludo es la base del cabello y juega un papel crucial en su salud y apariencia, incluyendo el brillo”, sentencia el doctor Pedraz. “Es donde se encuentran los folículos pilosos (las estructuras donde nace el pelo) y es una zona muy sensible y expuesta, por lo que es vital que se incida en su cuidado para promover el crecimiento y bienestar capilar”.

En efecto, corrobora el doctor Morán, el cuero cabelludo produce aceites naturales (“sebo”) que ayudan a mantener el pelo hidratado y brillante y determinados problemas como la caspa, la dermatitis seborreica o la irritación del cuero cabelludo pueden interferir con la salud del cabello. “Así pues, lo importante para lograr un pelo sano y brillante es mantener unos folículos pilosos saludables y bien nutridos así como mantener el cuero cabelludo limpio y libre de acumulación de productos, suciedad o exceso de grasa”

¿Melena sana, melena brillante?

No siempre, responde el doctor Pedraz. “El brillo es una señal de que el cabello está sano, pero no es el único motivo”. Hay una serie de factores que pueden potenciar el brillo del cabello, pero no aseguran que realmente la melena esté totalmente sana. “Por ejemplo, el cabello puede parecer más brillante después de lavarlo o de aplicar un tratamiento hidratante, pero realmente puede estar débil, quebradizo o con poca textura”. El doctor Morán comparte opinión: “además del brillo, deberemos considerar una textura suave y que los cabellos sean flexibles sin romperse con facilidad”, pues aunque el brillo es un indicador positivo de la salud del cabello, no es el único factor a considerar para tener una visión más completa de la salud capilar.  

Así comes, así brillas

La alimentación parece ser una de las claves del brillo (o no) del pelo. “Normalmente, cuando planteamos la relación alimentación-cabello, lo primero que pensamos es en la caída capilar producida por un déficit de nutrientes. Sin embargo, la relación va mucho más allá, y sin duda lo que comemos también ejerce un efecto en el brillo y la fortaleza de nuestra melena” afirma Clara Fernández. Así lo confirma también Javier Pedraz, para quien es vital mantener una dieta equilibrada, que incluya proteínas, vitaminas y minerales. “De forma específica recomendaría, con el fin de potenciar la producción de queratina, tomar alimentos ricos en vitaminas A, B y C como pueden ser las frutas cítricas, espinacas o la avena”.

La importancia de la alimentación radica, como explica la nutricionista, en que las células de nuestro folículo piloso son muy sensibles a los nutrientes. Si tenemos un déficit nutricional, y no aportamos las vitaminas, minerales y proteínas suficientes, estas células lo detectarán rápidamente y tendrán más dificultad para formar un cabello sano. “Esto es especialmente llamativo en dietas restrictivas en las que hay déficit de hierro o de proteínas. En estos casos hay dificultad para sintetizar la queratina, que es la proteína que conforma mayoritariamente nuestro cabello. El resultado es una melena fina, quebradiza y sin brillo”.

El doctor Javier Morán, corrobora la idea: “numerosos estudios han evidenciado los efectos de algunos nutrientes clave y alimentos que pueden ayudar a promover el brillo y la salud del cabello”. Estos son los principales:

1. Las proteínas. El cabello está compuesto principalmente de proteínas, por lo que consumir suficientes proteínas es fundamental. La carne magra, pescado, huevos, legumbres, nueces y semillas son excelentes fuentes de proteínas.
2. Ácidos grasos Omega-3. Ayudan a mantener el cuero cabelludo y el cabello hidratados. Se pueden encontrar en pescados grasos como salmón, sardinas, semillas de chía, nueces y aceite de linaza.
3. Vitaminas del complejo B. Como la biotina (B7) y la vitamina B5, esenciales para la salud del cabello. Están presentes en huevos, carne magra, aguacates, legumbres, nueces y espinacas.
4. Vitamina C. Crucial para la producción de colágeno, importante para la estructura del cabello. Los cítricos, fresas, kiwis, pimientos, brócoli y espinacas son buenas fuentes de esta vitamina.
5. Hierro. La deficiencia de este mineral puede contribuir a la pérdida de cabello y a un aspecto opaco. Se encuentra sobre todo en la carne magra, espinacas, legumbres, hígado y cereales fortificados.
6. Zinc. Contribuye al crecimiento del pelo y al mantenimiento del cuero cabelludo saludable. Se halla en ostras, carne, pollo, nueces y semillas.
7. Agua. Mantenerse bien hidratado es crucial para la salud del cabello, ya que ayuda a mantener su hidratación desde adentro.

Pero no siempre llevamos la alimentación equilibrada que sería deseable. En estos casos, para suplir las deficiencias, el doctor Morán asegura que la nutricosmética puede desempeñar un papel importante en mejorar el brillo y la salud capilar proporcionando nutrientes específicos que ayuden a fortalecer el pelo desde dentro, mejorando su salud y brillo. En efecto, aunque, como señala Clara Fernández, la nutricosmética suele estar muy relacionada con el crecimiento del cabello o ayudar a frenar la caída, muchos de los activos (aminoácidos, vitaminas y minerales) que encontramos en estos suplementos también contribuyen a aumentar la densidad capilar, reducir la rotura o mejorar el brillo.