Las royal españolas que han vestido de Balenciaga y por qué se ha convertido en tradición
Las monarcas españolas de los últimos años son conocidas por su gran gusto estilístico y la reina Letizia lo demuestra una vez más en el retrato realizado por Annie Leibovitz.
Los reyes Felipe y Letizia entran en el selecto club de la fotógrafa Annie Leibovitz
Toda España esperaba impaciente a la revelación de los retratos que Annie Leibovitz hizo a los reyes Felipe VI y Letiziahace un año. La fotógrafa estadounidense se desplazó hasta nuestro país y realizó unas impresionantes fotografías que salen a la luz en 2024 y no por casualidad, pues se celebra el décimo aniversario de los Reyes en el trono y el vigésimo del matrimonio de ambos. El Banco de España albergará estas imágenes que se realizaron en el Salón Gasparini del Palacio Real de Madrid.
El rey posó con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra y aparece rodeado de los elementos clásicos de un retrato (una mesa, una enorme lámpara de araña, un reloj, un espejo...); mientras que la reina hizo lo propio de una forma mucho menos usual, sin recurrir a ningún elemento retratista, sin tiara y como si fuera más una estrella de Hollywood que una monarca europea. Los looks los eligieron ellos mismos, y doña Letizia se decantó por una apuesta segura: una magnífica creación de Balenciaga que pereteneció a María Junyet.
El impresionante vestido de gala negro con escote palabra de honor y silueta sirena se ve combinado con un chal rojo de seda salvaje que aporta mucho volumen al estilismo. Esta capa también es prestada, siendo propiedad de la condesa de Torroella de Montgrí y marquesa de Robert, María del Carmen Ferrer-Cajigal de Robert, que la lució en la boda de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía. Este estilismo también une a la reina con otras mujeres de la familia Borbón gracias al diseñador vasco.
Una relación sólida y duradera
Cristóbal Balenciaga tenía mucho que agradecer a la monarquía española, ya que fue la que le dio el máximo impulso para desarrollarse en los ambientes más lujosos de la época. En 1925 presentó su primera colección bajo su propio nombre y, según se recoge en el Pequeño libro de Balenciaga. La historia de la icónica casa de moda, con él atrajo "la atención de una distinguida clientela, ni más ni menos que a la reina María Cristina y otras mujeres de la familia real española, como su nieta, la infanta Isabel Alfonsa".
Así quedó forjada la relación de la marca con la casa real, que conoció al guipuzcoano durante sus veranos en el palacio de Miramar en San Sebastián. Fue Micaela Elío y Magallón, la marquesa de Casa Torres -abuela de Fabiola de Bélgica- quien lo descubrió mucho antes de que abriera su primera boutique, Eisa, y quien comenzó a recomendar su moda en su círculo más cercano. El modista lo contaba en una entrevista a Paris Match cuando se retiró de la Alta Costura en 1968.
Cuando Balenciaga solo era un niño
"Mi suerte fue que en mi pequeño pueblo (Guetaria, Guipúzcoa), cercano a San Sebastián, se encontraba la residencia de verano de una gran dama, la marquesa de Casa Torres. Yo no tenía más que ojos para ella cuando llegaba a misa el domingo, bajándose de su tílburi, con sus largos vestidos y sus sombrillas de encaje. Un día, reuniendo todo mi coraje, le pedí visitar sus armarios. Divertida, aceptó". Y Balenciaga, sin saberlo, hacía su "primera entrada en la alta costura y en la alta sociedad".
Continuaba diciendo: "Así viví meses maravillosos: cada día después del colegio, trabajaba con las planchadoras de la marquesa en el último piso de su palacio de verano, acariciaba los encajes, examinaba cada pliegue, cada punto de todas estas obras maestras". Tenía solo doce años cuando la marquesa aceptó que un joven Balenciaga le hiciera un primer modelo. "Podéis imaginar mi alegría cuando, al domingo siguiente, la amable dama llegó a la iglesia luciendo mi vestido".
Ya en París, la reina Victoria Eugenia, mujer de Alfonso XIII, siguió los pasos de su suegra para convertirse en su clienta más leal. El diseñador se ha inspirado y ha servido de inspiración para las grandes mujeres de la casa Borbón. Aunque no ha coincidido en espacio y tiempo con doña Letizia, ella también ha querido continuar esta tradicional relación por la que hemos podido ver a lo largo de la historia vestidos tan espectaculares como el de la boda de la reina Fabiola con Balduino de Bélgica o el de la reina Victoria Eugenia en el bautizo de su nieta la infanta Pilar.