Florence Pugh lleva el 'naked dress' a otro nivel gracias a Valentino

Vivimos en plena era del 'naked dress'. Nos referimos a ese vestido que puede presentarse de muy diversas formas pero, en cualquier caso, actúa como una segunda piel mostrando y ocultando al mismo tiempo cada centímetro del cuerpo.

Los hay con aplicaciones brillantes del estilo al que Jessica Chastain defendió en los Globos de Oro de este año, los hay de red tal y como los popularizó Rihanna o directamente desnudos como el que Irina Shayk escogió para pasear por Cannes. Incluso los hay que, como uno de los que lució Chiara Ferragni en el Festival de SanRemo, en lugar de ser completamente transparentes, se atreven a recrear la figura que hay debajo para añadir dosis de misterio.

La versión 2.0 es la que Florence Pugh acaba de lucir a su paso por el desfile de Valentino en la Semana de la Alta Costura de París. Una que no ha dejado nada a la imaginación y que le han consagrado como la icono de moda que ya es.

"La actriz muestra su cuerpo con una actitud despreocupada y una fiereza que la hacen única. Se mete en los diseños de Valentino haciendo que cobren vida, consciente de que un momento representa un tiempo, un lugar, un sentimiento", decía el comunicado que desde Valentino enviaron hace un par de meses para explicar por qué habían elegido a Florence Pugh como embajadora de su firma.

Antes de que la casa italiana y la intérprete firmaran un contrato, la que fuera protagonista de Don't worry darling ya había lucido en multitud de ocasiones vestidos de Valentino, a cada cual más sugerente. Sin embargo, esta vez se ha superado.

No hubo fotógrafo que no apuntara hacia ella cuando hizo su aparición en el castillo de Chantilly envuelta en un etéreo diseño desnudo color lavanda de pronunciado escote en uve y espalda al descubierto que iba coronado en la parte trasera superior con un gran lazo negro a juego con sus altísimos zapatos de tacón.

Presumiendo de su recién estrenado cambio de look –ha dicho atrás a su melena rubia para cambiarla por un pelo muy corto que ha teñido de rosa– y con este revelador vestido, Florence Pugh aterrizaba en la presentación de lo nuevo del diseñador Pierpaolo Piccioli. Una colección que actualizaba con maestría básicos del armario contemporáneo como los vaqueros o las camisas blancas y que fue bautizada como Un Château.