Este es el impresionante pueblo de Alicante conocido como el 'Santorini español'
Siempre es una buena idea preparar la maleta y acercarse a conocerlo.
Si a estas alturas aún no sabes dónde ir de vacaciones o preparar esa escapada que tu cuerpo necesita, estás de enhorabuena. Ya sea sola o acompañada, seguro que estás deseando descubrir destinos turísticos con los que deleitarte y vivir experiencias únicas, decir adiós al estrés y hola al relax y a la diversión. El problema sigue siendo que los precios se han disparado y los lugares más interesantes y atractivos no están al alcance de todos los bolsillos, por lo que nos vemos obligados a buscar alternativas más baratas y cercanas a donde vivimos. Encontrar un lugar con encanto particular, desde el paisaje hasta la gastronomía, la geografía y el ocio dentro de nuestro país, es perfectamente asumible.
Por suerte, hoy en día se pueden encontrar grandes rincones sin salir de España e incluso de la propia Comunidad Valenciana. De hecho, hay un destino que recuerda a Venecia y que muchas personas han calificado como el 'Santorini español', y que está ubicado en la costa alicantina. Porque aunque no lo creas, hay vida más allá de Benidorm o Torrevieja. Se trata de un pueblo al que se le denomina también 'la perla blanca de Alicante', y cuyas comparaciones con Santorini no son solo cosas de españoles, ya que hasta el propio National Geographic lo reconoce y habla de las maravillas y bondades de este lugar. ¿Quieres saber cuál es?
Este es el pueblo de Alicante conocido como el 'Santorini español'
Situado en la Costa Blanca y famoso por sus casas blancas y tejados azules, Altea es un pueblo bautizado como la cúpula del Mediterráneo y con el encanto perfecto para callejear y recorrerlo con calma. Un tesoro del que National Geographic pone en valor el legado cultural e histórico así como la identidad marinera de esta localidad. Altea es ideal ya que ofrece la posibilidad de visitar su casco antiguo y de darse después un baño en la playa en el mismo día. Este pueblo de la Marina Baja destaca por su preciosa estampa de casas blancas, que tanto nos recuerdan a Santorini (la isla griega por excelencia) y a Sidi Bou Said (un pueblo costero situado a unos 20 kilómetros de la ciudad de Túnez). Su desnivel le da un encanto precioso al recorrerlo desde la atalaya hasta la costa y sus calles empedradas dan pie para pasear y visitar sus numerosos miradores con grandes vistas.
Altea es un pueblo muy coqueto y completo desde el punto de vista turístico. Cuenta con un casco histórico que puede presumir de ser uno de los más bonitos de España, además de playa, gastronomía mediterránea, tradiciones, puerto, miradores o infinidad de planes con los que disfrutar. Un destino que puedes callejear tranquilamente en una mañana o una tarde, pero en el que también puedes estar una semana de relax disfrutando de unas vacaciones maravillosas.
Puertas de entrada a la muralla
Altea cuenta con dos puertas de acceso al antiguo recinto amurallado de la villa. Una de ellas es el Portal Vell o Puerta de Valencia que comunicaba en el siglo XVII el norte de la muralla con el Camino Real. Actualmente esta puerta une la calle Mayor con la Plaza de la Iglesia y nos sirve para hacernos una idea de cómo serían las murallas de esta villa antiguamente. Portal Nou es la segunda de las puertas que se conservan en Altea y se la llama también la Puerta del Mar por ser la que da la bienvenida al casco histórico desde el puerto. La puerta es del siglo XVIII y justo al lado de ella se encuentra la Plaza de Carmelina Sánchez Cutillas, una escritora del pueblo de la generación del 50.
Uno de los edificios más singulares que ver en Altea es la Casa Cervantes, en la calle Santa Bárbara, una casa construida por Francisco Martínez i Martínez, miembro del movimiento literario de la 'Renaixenca Valenciana' de principios del siglo XX. Aunque si hay una calle fotogénica en Altea esa es la calle San Miguel, justo al lado de la Plaza de la Iglesia, y con un montón de tiendas de artesanía y de souvenirs.
Calles más bonitas que ver en Altea
Pero no sólo la calle San Miguel es bonita. Altea está repleta de calles pintorescas, con casas blancas adornadas con geranios, buganvillas y jazmines. Desde la calle Salamanca, la calle Fondo o la calle Consuelo, no te puedes ir sin sacarte una foto en alguna de ellas, aunque lo mejor es callejear sin rumbo fijo, ya que el centro del pueblo es pequeño, no tiene perdida y está repleto de rincones con encanto.
¡Y qué decir de sus vistas! No te olvides de subir al Mirador del Portal Viejo, uno de los primeros miradores que te vas a encontrar cuando asciendas por el casco viejo de Altea en dirección a la plaza principal. Se encuentra muy cerca del Portal Vell y, al igual que el Mirador de los Cronistas, cuenta con unas esculturas en el centro.
Playas de ensueño
Llega el momento de ir a la playa, a alguna de las que rodean el casco urbano de Altea. Una es la Playa de Roda que está cerca del puerto y del centro del pueblo. La otra es la Playa Cap Blanc, algo más alejada y siguiendo el paseo marítimo hacia Albir. Ambas playas son de guijarros, por lo que es necesario llevar unos escarpines para evitar problemas o heridas en los pies. No podemos dejar pasar una de las playas más espectaculares de Altea, Cap Negret, situada a las afueras del pueblo y cerca de la desembocadura del Río Algar, una playa muy tranquila con el agua súper clara, aunque también es de piedras. Al estar algo más alejada del centro suele tener menos ocupación.
Terminamos este recorrido por Altea recomendándote saborear el pescado, uno de los platos fuertes de la gastronomía local, así como el arroz y la paella en sus mil versiones. Si buscas algo más característico de la localidad, uno de los platos más típicos de Altea son los erizos de mar y las coques. Como ves, la Costa Blanca está llena de destinos turísticos muy bonitos que combinan la playa con entornos naturales agrestes y pueblos con encanto. Altea es uno de ellos.
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