¿Se ha burlado Meghan Markle de la reina de Inglaterra?

Harry vio a Meghan por primera vez en Instagram. Ella posaba con el filtro ridículo de las orejitas de perro. Aún así el príncipe la supo ver y la eligió. Un amigo común le avisó de que Harry quería conocerla. Me imagino a Meghan googleando: “Harry príncipe” y flipando con el resultado. En Hollywood la corona británica no era demasiado popular antes de The Crown, otra serie de Netflix dedicada a esta familia real, y que en opinión de muchos expertos ha sido la mejor operación de Relaciones Públicas de la casa Windsor.

Especulaciones aparte, Meghan sabía perfectamente a qué familia estaba uniendo su destino. Estaba eligiendo al nieto preferido de la Reina de Inglaterra … cuesta creer que se sorprendiera porque tenía que hacer una reverencia a la abuela Lilibeth. Pero así fue según cuenta ella en la serie, mientras él la contempla con actitud extraña, entre cómplice y temerosa. Sostiene Meghan que el día que iban a conocer a la reina un poco antes de llegar, Harry le preguntó en el coche si sabía hacer una reverencia. “Pues no”, contestó ella. Y se quedó más ancha que larga. Igual siendo actriz si algún día tuviera que interpretar a un personaje de época tendría que ensayar varias reverencias, aprender a montar caballo o entrenarse con un maestro de esgrima. El asunto es que Meghan llegó casi a las puertas de Buckingham sin saber muy bien que hacer e improvisó un gesto demasiado teatral que pasó como una reverencia. En la serie abre los brazos y se postra entre carcajadas contando lo esperpéntico que le había parecido el protocolo. Harry la mira con una media sonrisa, ¿o era una mueca?

Nunca sabremos si sentía un poco de nostalgia de su abuela y del mundo que se ha ido con ella.

Este pasaje ha encendido la ira de los británicos porque hay que tener mucha flema para no ver cierta burla mezclada con superioridad moral en quien se queja de haber sido maltratada e incomprendida en la corte. Tampoco costaba tanto hacer una reverencia a una abuela que estaba deseando conocer a la novia de su nieto, y ante quien se han postrado desde Winston Churchill hasta doce presidentes de Estados Unidos.

Por cierto, los duques de Sussex (y no olvidemos que Meghan, la malquerida, ha sido la única duquesa de Sussex de la historia) han cobrado 100 millones de dólares por documentar su vida con sus móviles y luego convertirla en esta serie documental que cuenta más o menos lo mismo que ya habían cascado en el programa de Oprah, donde también cobraron otra millonada. Mal no les va. Pero, ¿por qué cuesta tanto creerse a la pareja en el papel de víctimas?