12 restaurantes para alargar el verano
Terrazas en las que disfrutar de un buen tiempo (que nos va a durar…), menús frescos en la ciudad para quienes han vuelto al trabajo y restaurantes al borde del mar para las que siguen en modo vacaciones. Esta es una selección de imprescindibles llenos de un espíritu estival del que renegamos desprendernos.
Estiraremos el verano todo lo que podamos, en terrazas urbanas o en templos foodie que miran a la costa. Un propósito negacionista de vuelta a la rutina. Lo hacemos con una selección muy fresca de restaurantes con todas las novedades para apurar la temporada de verano.
Oroya, en Madrid
El restaurante Oroya, liderado por el chef Diego Muñoz y en el que los protagonistas son los sabores peruanos y el producto local, renueva su carta este verano. En la azotea de The Madrid EDITION, mirando al cielo de la metrópoli y a pie de su impresionante piscina incorpora a su carta platos para compartir como el tiradito de gambas, ají amarillo, aceite de gambas, cilantro y aguacate; el gambón rojo en tempura, tensuyu de ají panca, limo y berenjena ahumada; los tomates de temporada, caldo de tomate y cebollino, aceite de escabeche y pan frito o el bao con panceta laqueada, vegetales encurtidos y ensalada de hierbas.
Banco de Boquerones, en Barcelona
El grupo de restauración Banco de Boquerones ha organizado la primera ruta con el nombre del pescado que les ha dado fama. Sus restaurantes ofrecerán platos especiales con este manjar mediterráneo hasta el próximo 31 de noviembre. Los elegidos son ensalada de tomates con boquerones y encurtidos (Casa Leopoldo); boquerones marinados en cítricos y olivada (Casa Rafols), montadito de boquerón marinado, tomate y fresón (Casa Lolea, Can Framis y Pepeta) y coca boquerón nikkei, con aguacate y mayonesa de rocoto (Elsa y Fred y Sophie).
Far Nomo, en Llafranc (Girona)
El icónico faro de Sant Sebastiá, entre las costas de Llafranc y Tamariu, es uno de los miradores más icónicos de la Costa Brava. Dominando un acantilado de 170 metros sobre el mar, se encuentra desde hace varios veranos, como sucursal marinera del conocido restaurante japonés Nomo con sedes en Barcelona y en Madrid. Vistas envidiables al Mediterráneo y cocina del chef Naoyuki Haginoya. Algunos de sus platos más icónicos son la pata de pulpo a la brasa con mochis de patata y mayonesa picante o la tempura de verduras con huevo y foie del Empordà, además de una gran variedad de makis, sashimis y nigiris. Carta de cócteles y vinos locales (y los creados por Nomo para maridar con sushi). Reserva en su terraza.
Shikaku, en Sevilla
Situado en los números 11 y 12 de la histórica plaza de San Francisco (donde se encuentra el ayuntamiento de la ciudad), Mercer Plaza Sevilla ocupa dos antiguos edificios que nacieron como residencias familiares de una burguesía floreciente en la segunda década del siglo XX. El primero, en 1914, lo firma Juan de Talavera Heredia (1880-1960) y, el segundo, construido dos años antes por José Espiau y Muñoz (1879-1938). Al mediodía su restaurante se llama Bar Plaza con tapeo como la ensaladilla de gambas al ajillo, las croquetas de langostino y pulpo o tablas de jamón ibérico o quesos locales. Por las noches presenta el restaurante Shikaku, con una carta de cocina japonesa moderna que repasa algunas de las más célebres recetas de la cultura nipona con una extensa carta de sushi. Ojo a su azotea con vistas impresionantes.
L´Entrecote Café de Paris, en Madrid
Este concepto nacido en la Suiza de los años 30 es infalible: lomo de vaca de la mejor calidad (el famoso entrecote), fileteado sobre la mítica salsa secreta de Monsieur Boubier (su fundador) acompañado de patatas fritas (“de las de verdad”) y una ensalada fresca. Postres afrancesados (con guiños helvéticos) y una nueva carta de cócteles y refrescos para disfrutar de su terraza. Entre ellos no faltan la limonada natural, naranjada o rosé; Kir Royal, Campari Spritz, bloody mary hecho con fino, Dry Martini; piña colada con o sin alcohol; margarita clásica, de fresa o de fruta de la pasión; margarita de mezcal con mango picante; el daiquiri clásico, de fresa o de fruta de la pasión y el archifamoso Pisco Sour. Cuenta con varias localizaciones en Madrid.
Circolo Popolare, en Madrid
Con sedes en Londres y París este enorme restaurante se ha transformado en el mayor éxito capitalino del año. En verano vibra más que nunca con su espíritu festivo, irreverente, colorista y vital. Circolo Popolare es el planón para ir con grupo y compartir alguna de sus pizzas (que se hacen al momento en su formato de 80 cm de largo), la pasta (el grupo Big Mamma es conocido por su carbonara) o los principales (como su milanesa XXL). El tamaño extra large también afecta a los cócteles. Música estupenda, decoración muy currada y equipazo entregado a la causa.
Barbara Ann Sol, en Madrid
El rompedor interiorismo de Barbara Ann Sol es obra del estudio Madrid in Love y tiene como protagonista las mesas ambientadas en las bandas del pop & rock más influyentes de todos los tiempos. Su elenco de artista repasa desde éxitos de los 70 a los más actuales y la fiesta se prolonga hasta el amanecer (los viernes y sábado cierra a las 6.00 am). Cuenta con un brunch en el que no faltan básicos contemporáneos que van de unas asiáticas gyozas pasando por unos tacos mexicanos hasta la infaltable hamburguesa.
Bikini Bar, en Madrid
El chef sevillano Rafa Zafra hizo de su bikini (elaborado con tartar de salmón ahumado, queso crema y 30 gramos de caviar) uno de los platos icónicos de Estimar (con sedes en Madrid y Barcelona). Ahora abre su Bikini Bar, en el reformado NH Collection Madrid Eurobuilding, con deliciosas creaciones entre panes que se disfrutan con los dedos. De entradas tapas como sus croquetas o ensaladilla no fallan. De sus “neobocatas” destacan el de pan de molde con tartar de chuleta madurada con mostaza y vinagreta de encurtidos; el pan de coca con berenjena asada, hummus y tomate seco o la versión más perfecta del clásico “sándwich club”, por mencionar unos pocos ejemplos. ¿De guarnición? Sus patatas fritas con cheddar y bacon. Cuenta con terraza y carta de cócteles.
Virrey, en Madrid
Su ensaladilla con lubina, croquetas de jamón o los buñuelos de bacalao son perfectos para empezar un almuerzo o cena en Virrey, uno de esos restaurantes a los que siempre apetece regresar. Le da nombre el famoso pescado pero ojo también al atún y a sus carnes. Carnicería Peña, escoge, desde el vecino Mercado de Chamberí, las mejores piezas para elaborar el solomillo a la parrilla o salteado con ajos y guindilla, las chuletillas de lechal al ajillo con panaderas o la presa ibérica con reducción de Pedro Ximénez. Terraza a pie de calle.
Gran Café Santander, en Madrid
La icónica cafetería Santander de Alonso Martínez, abierta en 1967 en la esquina de la plaza de Santa Bárbara con la calle Sagasta, cobró nueva vida (hace ya casi tres años) gracias a Paco Quirós y Carlos Crespo, responsables de los exitosos Cañadío Madrid, La Maruca, La Primera y La Bien Aparecida. Gran Café Santander es otro “nuevo clásico” que nunca defrauda. Abre desde los desayunos hasta la cena y sus posteriores copas en su barra de estilo retro. Su cocina quiere recuperar y revalorizar la cocina de siempre por lo que no faltan la tortilla de patata, el cóctel de mariscos (al que aquí añaden bogavante), las gambas Orly, las judías verdes salteadas con jamón y patata cocida o el filete ruso (con el plus de servirlo con foie). No faltan platos icónicos del grupo como las rabas de calamar, las croquetas de lacón y huevo y su famosa merluza. Terraza a pie de calle.
La Lonja del Mar, en Madrid
La Lonja del Mar, el proyecto gastronómico que mira al oceáno desde la majestuosa Plaza de Oriente, se ha convertido en la marisquería por excelencia de la capital gracias a una propuesta centrada en la alta cocina marinera (un verdadero chiringuito gourmet para los que echen de menos la playa) una decoración elegante, un servicio de lujo y unas maravillosas vistas panóramicas al Teatro Real de Madrid y al Palacio Real (vaya que hasta los "vecinos" reyes de España, don Felipe y doña Letizia, son clientes). Algunos de sus platos top son la cigala monster XXL o la gamba blanca de Huelva. Estas dan paso a otros crustáceos y pescados como las almejas finas en salsa “Verdi” con mantequilla y fumet de bivalvos, las gambas rojas mediterráneas con huevo frito de corral y pan brioche tostado o su rodaballo salvaje, entre otros muchos platos. Cuentan con zona de barra para tapeo y terraza.
El Club Allard, en Madrid
A sus solo 25 años, Juan Rodero ha demostrado ser un chef en constante ascenso y evolución en la escena gastro nacional. Autodidacta y apasionado, ha sido parte del equipo de El Club Allard durante dos años. Este tiempo le ha servido para reforzar sus conocimientos y sumergirse plenamente en el ritmo de un restaurante con estrella Michelin. En los fogones, Rodero juega entre el ayer y el hoy de la gastronomía más elevada, con guiños a las cocinas de Norteamérica, Japón, Sudeste Asiático y Latinoamérica. Con la máxima de «menos, es más» (que se plasma en elegantes presentaciones), pone al producto por encima de todo (ningún sabor disfraza a otro) y aprovecha al máximo todas sus posibilidades (usando lo mejor de cada temporada). Esta nueva etapa del restaurante gastronómico dará que hablar.
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