Berta Vázquez y la gordofobia: romper todos los estigmas en los premios Goya

Si por algo se caracterizan los Premios Goya es por haber convertido su escenario no solo en el lugar idóneo para agradecer a familiares, parejas y compañeros de trabajo las oportunidades brindadas y el apoyo, sino también en un enclave desde el que lanzar protestas culturales y políticas. "Yo soy partidario de que la gala del cine no se convierta en una plataforma reivindicativa en general", aseguró en la alfombra roja Arturo Valls, sumando así a quienes creen que la noche tendría que ser exclusivamente del séptimo arte, sin discursos incendiarios…

Aunque sin duda fue en 2003 cuando el famoso '¡No a la guerra!' se convirtió en el grito más repetido de la entrega de premios, con figuras como Fernando León de Aranoa y Javier Bardem convertidor en algunos de los más vocales, el que entonces era presidente de la Academia, entonando un emotivo discurso con las manos teñidas de blanco como manifestación contra el terrorismo de ETA, lo cierto es que los Premios Goya siempre han destacado por hacer de los discursos un alegato reivindicativo. Uno de los casos más memorables fue el de Candela Peña, que en la gala de 2013, cuando ganó el Goya en la categoría de Mejor Actriz de Reparto por la película ‘Una pistola en cada mano’, dio un discurso memorable. "En estos tres años sin trabajar, he visto morir a mi padre en un hospital público donde no había mantas para taparlo y donde no había agua para beber. Ha salido de mis entrañas un niño al que no sé qué educación pública le espera, y he visto cómo la gente se mata por no tener casas. Desde aquí os pido trabajo. Tengo un niño que alimentar”, dijo antes de que la sala, completamente boquiabierta, rompiera en un sentido aplauso.

Cinco años después, en la gala de 2018, Leticia Dolera recorrió la alfombra roja en zapato plano para luchar contra la tiranía del tacón, un accesorio contra el que cada vez se rebelan más actrices (inolvidable resulta la imagen de Kristen Stewart con los suyos en la mano en la ‘red carpet’ del Festival de Cannes). “Creo que el hecho de que estemos nosotras con taconazos y vestido largo es dar un relato muy Disney. Quiero mostrar a las niñas que me vean hoy que pueden ir elegantes con traje y zapato plano", dijo la actriz y directora. Ese mismo año Eduardo Casanova recorrió la alfombra sobre unos finos tacones negros en un alegato contra las barreras de género.

En esa misma gala vimos a actores, actrices y periodistas lucir un traje del artista Ernesto Artillo, que con su obra quiso trasladar el compromiso feminista a un traje que llevar sin miedo a exteriorizar convicciones; un diseño que hace que la marca ceda el protagonismo al mensaje. Llamado “La mujer que llevo fuera”, fue la forma en la que el artista se posicionó contra la desigualdad para apostar por la visibilización, multiplicación y heterogenización de referentes feministas.

Artillo se encargó de vestir a Itziar Castro con su traje en los Fotogramas de Plata 2018, y la actriz se ha encargado por su parte de luchar contra los cánones estéticos que ahogan a las actrices. “Buscando telas mi equipo de estilismo y diseño para hacerme el vestido para los Goya de este año, han recibido comentarios cargados de gordofobia de una empresa muy importante de telas con nombre compuesto “y” catalán. Así que ya sabéis, si tenéis una talla no normativa, ¡allí NO!”, ha escrito recientemente la reivindicativa actriz en Twitter.

Berta Vázquez y la gordofobia

La gordofobia también ha estado presente en esta última edición de los Goya de la mano de Berta Vázquez. La actriz ha sido el centro de la diana de multitud de comentarios relacionados con su físico en redes sociales. Mensajes de crítica y mensajes de apoyo que han hecho que el tema de conversación de la noche haya sido, una vez más, el cuerpo de una mujer.

Los premios Goya también hicieron recientemente historia con Laura Pedro, que se hizo gracias a ‘Superlópez’ con el Goya a los mejores efectos especiales, una categoría muy masculinizada que desde entonces, domina. Como señala el Informe anual CIMA, las mujeres representan un 33% en el cine español y ocupan tan solo el 26 % de los Efectos Especiales, por lo que desde este triunfo, que repitió el año pasado gracias a ‘Way Down’, el cine sigue avanzando hacia la paridad.

Tolerancia cero contra el acoso sexual

Tras la detención del productor Javier Pérez Santana como presunto autor de agresiones sexuales a la actriz Jedet en la fiesta posterior a la gala de los premios Feroz 2023, la Academia de Cine trabajó en un protocolo antiacoso destinado a la edición de los Premios Goya 2023, que con este gesto demuestra tener tolerancia cero con el acoso que tanto abunda en la industria y que sigue siendo silenciado. 

"Señores de la Academia, han distinguido a un actor con discapacidad, no saben lo que han hecho. Ahora solo se me ocurren tres palabras: inclusión, diversidad y visibilidad. ¡Qué emoción siento!". Con este discurso emocionó Jesús Vidal, ganador del Goya 2019 a mejor actor revelación por su interpretación en la película ‘Campeones’, a todos los asistentes a la gala. La Academia de Cine sigue apostando por la inclusión y, y en esta última edición ha contado con la colaboración de personas en riesgo de exclusión social y con discapacidad intelectual en la organización de los Premios Goya 2023. “Como parte de la alianza con Caixa Bank y a través del programa ‘Incorpora’ de la Fundación la Caixa, la institución contratará a personas de colectivos desfavorecidos –parados de larga duración, personas privadas de libertad, migrantes…– para realizar servicios auxiliares de la gala, que se celebrará el próximo 11 de febrero en Sevilla. Gracias al acuerdo entre la Academia de Cine y Down Sevilla y con el objetivo de dar visibilidad laboral a las personas con síndrome de Down que forman parte de esta asociación hispalense, miembros de este colectivo cooperarán en labores de protocolo de la ceremonia de los Goya 2023”, explicaron desde la Academia.