10 frases escalofriantes del libro de Megan Fox sobre el maltrato que hay que leer porque son esclarecedoras

"Odio a los hombres / odio a los hombres / odio a los hombres / odio a los hombres / odio a los hombres / odio a los hombres / odio a los hombres".

Así comienza y termina '7, el número de la perfección', uno de los poemas que componen la obra 'Los chicos guapos son tóxicos' (Editorial Cántico, 2024), el debut literario de la Megan Fox, actriz conocida por sus papeles en grandes producciones cinematográficas como 'Transformers' o 'Ninja Turtles', ocasional emprendedora (ha hecho sus pinitos como diseñadora de lencería), modelo incendiaria de street-style y alfombras rojas con looks que roban el aliento y dueña de uno de los físicos más sexys y apabullantes de Hollywood que, tal vez, en algunas ocasiones, ha hecho que algunos pongan en entredicho sus aptitudes profesionales.

¿Cómo es 'Los chicos guapos son tóxicos' de Megan Fox?

"Estos poemas fueron escritos en un intento de extirpar la enfermedad que había arraigado en mí a causa de mi silencio. He pasado toda mi vida guardando los secretos de los hombres, me duele el cuerpo de cargar con el peso de sus pecados", explica en la contraportada la autora, que también reconoce que este libro le ha servido como terapia tras experimentar en sus propias carnes situaciones traumáticas, y que el lector recibe como un grito.

"Mi libertad vive en estas páginas", señala. Y es verdad que hay un atisbo de luz en algunos de los versos de los 70 poemas que lo componen mientras pone nombre a relaciones con hombres que, en un principio, la aman, pero que después la maltratan y anulan. Y que construyen una sombra que acogota, de la que parece inexplicablemente imposible escapar y que está apuntalada por pactos de silencio, vergüenza, inseguridades (las de ellos; la de ella) y un mundo en el que las mujeres "no responden (...), no piden más (...), no necesitan (...), no toman", sino que dan, afirma su poema 'Absolución'.

Con un lenguaje sincero y directo (aquí no encontrarás estudiadas imágenes literarias), ocasionalmente empoderadas por antítesis eficaces (amor/violencia; mi protector/mi abusador/ mi amor), o bien con repeticiones dolorosas, como la que comienza este artículo, 'Los chicos guapos son tóxicos' nos ofrecen un asiento en primera fila para ver de cerca el maltrato, la desesperación y el curioso mecanismo en el que se enhebra una relación tóxica, siempre, atención, protagonizada por hombres sembrados de dudas y con una autoestima quebrada, nos ilustra Megan Fox. Así lo describe ella:

'Los chicos guapos son tóxicos', de Meghan Fox, en 10 frases desesperadas que describen el maltrato de cerca:

"Solía creer que el amor es un poema / ahora sé que el amor es una matanza" (Poema 'El adiestramiento de una romántica empedernida')

"Puedes rogar / puedes llorar (...) puedes luchar / puedes rendirte / pero nunca puedes /correr más que los lobos" ( Poema 'Violación')

'Y mi corazón nunca descansa / porque no confía / en la mano que lo sostiene" (Poema 'Insomnio')

"Mis manos están sangrando / de tratar de liberarme / tú me ofreces una sonrisa / contento de robarme la vida" (Poema 'Un chico guapo es una droga mortal')

"Las mañanas después de que me hagas daño (...) / me pondré una sudadera para que no / tengas que mirar las marcas que hubieras dejado" (Poema 'No te preocupes, cariño').

"He aprendido a mirar al suelo cuando los hombres me hablan" (Del poema 'El arte de convertirte en un accesorio').

"Solo era una mujer / que se negó a ponerse en cuatro / para que un hombre inseguro / pudiera sentirse como un dios" (Del poema 'La verdad sobre Lilith')

"Aún estoy dispuesta a vivir en las sombras / porque en algún lugar / a lo largo del camino aprendí / que no merezco / ver la luz" (Del poema 'Granadas a la venta').

"Me clavas las rodillas en las ingles para inmovilizarme / me asfixias hasta que oyes un chasquido desagradable" (Del poema 'Oxicodona y tequila').

"Te quedas dormido encima de mí para que no pueda llamar / a mi familia o a la policía / yo no duermo / me mantengo despierta y le pido a dios que me deje morir" (Del poema 'Oxicodona y tequila').