Te contamos qué lugar (y en cuánta cantidad) ocupa realmente el vino en la dieta de las francesas

El mito de que mantienen su figura con baguettes, quesos y vinos ha persistido durante mucho tiempo, pero la realidad es completamente distinta y te contamos cuáles son sus claves para mantenerse en su peso

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La actriz francesa Claudine Auger, en 1968
La actriz francesa Claudine Auger, en 1968 / Getty Images

Cuando se menciona la dieta francesa, la imagen de baguettes crujientes y quesos exquisitos suele venir a la mente. Sin embargo, detrás de este cliché culinario se esconde un enfoque alimenticio mucho más complejo y equilibrado. La clave de la dieta francesa radica en la moderación.

A diferencia de los desayunos copiosos en algunas culturas, las francesas tienden a optar por opciones más ligeras pero nutritivas. Un café o té con una pequeña porción de yogurt, frutas frescas y un croissant ocasional es un desayuno típico. La clave está en la calidad y la moderación.

El almuerzo es una pausa sagrada en la rutina diaria francesa. Las ensaladas frescas con proteínas magras, como pollo o pescado, son comunes en la hora del almuerzo. Las francesas aprecian una buena comida, pero buscan opciones equilibradas que les proporcionen energía sin sentirse pesadas.

Aunque la cena en Francia puede ser una experiencia mucho más placentera que las otras comidas, las porciones suelen ser más pequeñas que en otros lugares. Las cenas son ricas en verduras, proteínas magras y a veces, una pequeña porción de queso. Es un equilibrio entre el placer de la comida y la moderación.

Otro aspecto importante es que tienen un amor arraigado por los mercados locales, son unas enamoradas de los productos frescos y de temporada. Las frutas, verduras y productos lácteos de calidad son fundamentales. Al final, comprar en mercados locales es una tradición que se valora mucho.

El vino, el acompañamiento sofisticado

En el corazón de la cultura francesa, el vino no es sólo una bebida; es un componente fundamental de la vida cotidiana: es un compañero leal de la comida y se elige cuidadosamente para complementar los sabores de la comida. La diversidad de uvas y regiones vinícolas permite una amplia gama de maridajes.

A diferencia de la percepción de excesos asociada a algunas culturas, el consumo de vino en Francia es moderado y consciente. Las francesas disfrutan de una o dos copas durante la comida. Es decir, no es sólo para las grandes ocasiones; es una parte integral de la vida diaria que se disfruta ya sea en cenas familiares, encuentros con amigos o simplemente para relajarse al final del día.

Numerosos estudios han sugerido que el consumo moderado de vino tinto puede tener beneficios para la salud cardiovascular. Los antioxidantes presentes en el vino, especialmente el resveratrol, pueden ayudar a proteger el corazón. Sin embargo, es crucial no excederse.

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