Los 5 asaltos más sonados a la Familia Real Británica: la ballesta, la española enamorada, el impostor...
La Familia Real Británica ha vivido episodios de lo más surrealistas y peligrosos a lo largo de su vida.
La estricta decisión que han tomado los príncipes de Gales que afectará a George y Charlotte en los viajes oficiales.
Después de que la finca real del castillo de Windsor haya vuelto a ser el escenario de un incidente de seguridad, hay que recordar todos los episodios más sonados que han vivido los miembros de la familia dentro de las paredes de sus castillos. La última fue el pasado mes de octubre, cuando dos hombres enmascarados irrumpieron en los terrenos reales y robaron dos vehículos de una granja cercana a la residencia de los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton. ¡Muy fuerte! Y eso no ha sido lo más raro que ha pasado...
El pasado lunes 18 de noviembre, el periódico británico 'The Sun' sacaba a la luz los detalles de este robo, que se asemeja a un auténtico golpe de película. Según la información publicada, los ladrones utilizaron un camión para embestir una puerta de seguridad y, tras romperla, escalaron una valla de dos metros que protege la finca. Su objetivo: la granja Shaw Farm, donde robaron una camioneta Isuzu negra y un quad rojo. Los delincuentes huyeron hacia la zona de Old Windsor y Datchet.
En aquel momento, los príncipes de Gales y sus tres hijos —George, Charlotte y Louis— dormían en su residencia, Adelaide Cottage, ubicada a solo cinco minutos del lugar del robo. Un mes más tarde, los medios británicos deciden hacerse eco de este robo y muchos no han podido evitar pensar en los numerosos momentos tan tensos que ha pasado la Familia Real Británica a lo largo de los años con cuestiones similares.
Los 5 asaltos más sonados a la Familia Real Británica
El famoso caso de Michael Fagan, interpretado en 'The Crown'
En julio de 1982, un hombre llamado Michael Fagan logró frustrar la seguridad de Buckingham, trepar por una tubería y acceder a su interior colándose por una de las ventanas. Como si de una película de acción se tratase, caminó por los pasillos hasta que encontró el dormitorio de la Reina Isabel II, donde se cuenta que mantuvieron una conversación.
Al parecer, el hombre no pretendía agredirla, sino contarle sus problemas. Lo más curioso es que había hecho lo mismo semanas antes sin que nadie se diese cuenta. Incluso, llegó a beberse una botella de vino en uno de los salones. Nunca llegó a ingresar en prisión, pero sí fue internado en un centro psiquiátrico y el caso fue de lo más sonado a lo largo de los años.
Un periodista infiltrado
En noviembre de 2003, el diario Daily Mirror desvelaba de nuevo los problemas de seguridad del Palacio de Bukingham, donde en aquel momento se alojada el presidente de EE.UU, George W. Bush, en primera persona. Un reportero del periódico se infiltró durante dos meses trabajando para la familia real británica con documentación falsa.
El ladrón del 'catering'
Los hechos tuvieron lugar entre noviembre de 2019 y agosto de 2020: un empleado del 'catering' de Palacio confesó su culpabilidad después de ser arrestado. Adamo Canto, de 37 años de edad, robó todo lo que pudo para beneficiarse económicamente: por ejemplo, una imagen oficial firmada por Guillermo, Kate Middleton y el príncipe Harry. Los bienes robados tendrían un valor de entre 11.000 y 112.000 euros y estaban a la venta en una web de subasta y comercio electrónico.
Una ballesta por Navidad
El pasado 25 de diciembre de 2021, un intruso de 23 años armado con una ballesta fue detenido tras escalar uno de los muros del Castillo de Windsor para intentar dañar a la difunta Isabel II. Afortunadamente, el individuo, que no llegó a penetrar en ninguna de las dependencias reales.
Una española enamorada del príncipe Andrés que no conocía los límites
Los vigilantes de Windsor dejaron entrar por error a una desconocida que alegaba ser 'la prometida del príncipe Andrés'. La mujer, de nacionalidad española y unos 40 años, pudo acceder a los terrenos de la Royal Lodge donde reside el hermano de Carlos III. La intrusa se identificaba como Irene Windsor.
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