El llamativo comportamiento del Príncipe Guillermo (de nuevo en solitario) en la boda del duque de Westminster

Se ha celebrado la boda del duque de Westminster y la familia real británica estaba invitadísima a disfrutar de un día muy especial juntos, pero la evidente ausencia de Kate Middleton ha vuelto a aclarar a todos los seguidores de la monarquía británica que la princesa de Gales sigue recuperándose de su tratamiento contra el cáncer. Además, el príncipe Guillermo ha reaccionado a su llegada de una forma, cuanto menos, curiosa.

Hugh Grosvenor, el duque de Westminster, es amigo íntimo de toda la vida del príncipe Guillermo, y se ha casado con Olivia Henson. La boda se ha celebrado en la catedral de Chester ante 400 invitados y Guillermo ha tenido un papel muy destacado durante la ceremonia (que nadie esperaba): ejercía de acomodador y se ha encargado de acompañar a todos los invitados a sus asientos.

La aparición del príncipe de Gales ha sido la más esperada de todos los invitados que había, teniendo en cuenta que la familia aristócrata del duque es una de las más poderosas e influyentes del país... No era poca cosa las personas que hemos visto llegar a la celebración. Sin embargo, se esperaba que Guillermo no fuera acompañado de ningún miembro de la familia, aunque se rumoreaba recientemente que quizás le acompañaba su hijo George, que parece que ha preferido quedarse en Kensington.

El gesto del príncipe Guillermo al llegar a la boda del duque de Westminster

Guillermo llegaba a la boda a las 10:30 de la mañana en una furgoneta Mercedes con cristales tintados y acompañado de otros nueve amigos del novio que tenían el mismo papel que el príncipe de Gales: todos acomodadores. Alrededor de la ceremonia, se encontraba una gran multitud congregada que no ha dudado en aplaudir la llegada de Guillermo, pero este no se ha parado a saludar a nadie, a pesar de que muchos esperaban este leve gesto al salir del coche.

Puede que no quisiera quitarle protagonismo a su amigo en su gran día o que simplemente no tenía ganas de poner buena cara, teniendo en cuenta que la situación en casa sigue estando complicada con el estado de salud de Kate Middleton. Así que ha decidido entrar directamente a la catedral e ignorar a la multitud. ¿Una decisión acertada por su parte dado el carácter del evento?