Cansino e injustificado, los ataques del Príncipe Harry que lo han llevado a la perdición el día que se publica su libro

Hoy sale a luz su libro, pero el público ya ha hablado: el victimismo del príncipe Harry cansa, y cada vez son más los que creen que su afán por sacar trapos sucios ha llegado demasiado lejos… ¿Es este el final de Harry?

El príncipe Harry durante una entrevista
El príncipe Harry durante una entrevista / Gtres

Fue Diana de Gales la que revolucionó los silentes pilares de la Casa Real británica al conceder en 1995 una entrevista a la BBC con la que rompió la norma no escrita de la monarquía: la de no hablar jamás. Lady Di ofreció una desgarradora entrevista que conmocionó al mundo, que en un giro inesperado, se encontró con una suerte de ‘reality show’ royal en el que poder disfrutar de los trapos sucios del privilegio y en el que adentrarnos en los secretos de un palacio que de repente, tenía más de casa de Gran Hermano que de fortaleza real. Como escribe Tina Brown en ‘The Palace Papers’, “su sorprendente entrevista a Martin Bashir en noviembre de 1995 en la BBC fue una entrevista confesional de Oprah… Sin Oprah”.

El príncipe Harry, quien publica hoy su libro autobiográfico y en su docuserie de Netflix señala en diversas ocasiones lo mucho que las acciones que hizo su madre le enorgullecen para asegurarse de que los espectadores trazan inmediatamente paralelismos entre él y Diana (y entre Meghan y la difunta Lady Di, por supuesto), ha decidido tomar el mismo camino que ella. Aunque este acto de rebeldía parecía estar destinado a ser aceptado y aplaudido por una sociedad cansada del silencio de los privilegiados y de la rigidez monárquica, estas últimas declaraciones parecen haber dado un giro de 180 grados a la imagen pública de Harry. Pese a que el mundo suele aceptar de buen grado las historias de familias disfuncionales y la lucha por conseguir una nueva vida ajena al yugo del poder, el papel de víctimas de Meghan y de Harry podría haber sido llevado demasiado lejos. En dos años han hablado con Oprah, han participado en programas televisivos, han formado parte del podcast del actor Dax Shepard y han contado cada detalle de sus vidas en Netflix. En este intento por convertirse en figuras de la cultura pop, han terminado por ser unas víctimas que han caído en manos del victimismo. Las memorias de Harry, ‘Spare’, desvelan desde su primera experiencia sexual hasta sus coqueteos con las drogas, detalles que no nos extrañaría conocer a través de una autobiografía de una celebridad de Hollywood o en un confesional de un programa de reality tv, pero que al provenir de un príncipe, hielan la sangre. “La cantidad de filtraciones y de historias que todos ellos han contado a los medios es tal, que, desde mi punto de vista, han escrito innumerables libros. Millones de palabras destinadas a intentar arrojar basura sobre mi mujer y sobre mí mismo, hasta el punto de que tuvimos que abandonar el país”, explica en la controvertida entrevista concedida a la televisión británica para promocionar su libro, cuyas preventas ya lo sitúan como un súper ventas. Una encuesta llevada a cabo por YouGov antes del lanzamiento desvela que tan solo el 26 % de los británicos ven ahora a Harry desde un prisma positivo, mientras que el 69 % prefiere a su hermano.

Algunos aseguran que Harry ha sido una víctima de la “era terapéutica” que le ha condenado a vivir encerrado en una espiral en la que no para de repetir la misma historia y en la que se regodea en sus traumas. Muchos se preguntan qué demonios tendrán que contar cuando terminen de repetir la misma historia una y otra vez. Cuando el libro haya sido devorado… ¿Cómo van a escapar de esta jaula de oro que se han construido, en la que el resquemor y la venganza parecen ser sus verdugos? ¿Han dinamitado su imagen de marca, esa que había sido construida con mimo para hacer de ellos una pareja valiente, activista y empoderadora y que ahora es una paradójica víctima del victimismo? “Por más que hayan trabajado para crear la impresión de que van a desvelar nuevos secretos, lo cierto es que los Sussexes solo tienen una historia que contar. En teoría, es una repleta de drama y de cotilleos, esa que ha vendido tantos libros y que ha reventado las cifras de audiencia. Se la han contado a Oprah, y ahora se la vuelven a contar a Netflix”, escribe Marina Hyde en ‘The Guardian’, donde la periodista habla de un “psicodrama”.

Las redes sociales, por descontado, han hablado, y lo cierto es que las voces han coincidido con las palabras de Hyde: están cansadas de escuchar una y otra vez la misma narrativa. “¿Es demasiado tarde para cambiar el título del libro de Harry a ‘Los trapos sucios de Harry’? Quiero decir… ¿Qué más le queda por contar? ¿Qué será lo siguiente?”, se pregunta Bethenny Frankel, una de las protagonistas de ‘Real Housewives of New York’. El hecho de que una reina del colorín esté cansada de escuchar dramas ajenos es muy significativo.

“Sé que no vais a estar de acuerdo conmigo, pero estaba viendo TikToks, y me han salido los de Harry y he pensado.. ¡Qué pesado! ¿Cómo puedes despotricar tanto de tu familia públicamente? No puedes ser tan víctima: eres multimillonario, tienes una familia preciosa.. ¡Vive tu vida! Pero ocho entrevistas, cinco libros, un documental de Netflix…Para un poquito. ¿No hay nadie a su lado que le diga… ¡Para un poquito!”, dice en un vídeo la genoinfluencer Judith Tiral.

Al parecer, el que Harry siga repitiendo la historia, a la que cada vez suma más morbo y drama, no ha hecho más que ensalzar lo que hasta ahora se le echaba en cara a las familias reales: el silencio. En un mundo que grita, la decisión de la Casa Real británica de callar ha sido el arma perfecta para luchar contra los constantes ataques de Harry. Por si fuera poco, quienes eran del team Meghan & Harry lo eran por las acusaciones de racismo que vertieron sobre la familia real, esas que ahora ha denegado. “Eso lo dijo la prensa”, ha aclarado en la entrevista, porque por lo visto, la culpa nunca es de él. El papel de la víctima ajena a culpas, pero que recibe con ganas las inmensas cantidades de dinero que se está embolsando gracias a sus lamentos públicos, no está gustando al mundo. Suponemos que para ser el príncipe del pueblo, le sobran privilegios y ceros a su cuenta corriente…

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