Redescubriendo Copenhague

Con uno de los niveles de vida más altos de Europa, Copenhague es la más cosmopolita de las capitales escandinavas y una de las ciudades donde mejor se vive. Las estadísticas lo constatan pero, para experimentar en persona esa perfecta mezcla de gran urbe y vida de barrio, hay que desmarcarse de las rutas turísticas y ponerse en la piel de cualquiera de sus habitantes. Hay vida más allá de las atracciones del fascinante Tivoli (el parque en el que te sentirás como en un cuento de hadas), de los paseos por los canales de Nyhvan, del espíritu hippie que se respira en el barrio de Christiania y de las fotografías frente a La Sirenita. Redescubrir Copenhague empieza por alquilar una bicicleta (40 € al día, con un depósito de 67 €, en www.rentabike.dk) y recorrer una ciudad muy manejable y limpia –con uno de los índices de polución más bajos del continente–, en la que solo hay que pedalear diez minutos para llegar a cualquiera de sus pulmones verdes.

Las bajas temperaturas invernales no impiden que sus ciudadanos, estilosos y cultivados, acostumbrados a codearse con el diseño, disfruten de la amplia oferta de ocio que ofrece la ciudad. Igual o más ocurre con la llegada del buen tiempo: el primer rayo de sol se celebra con la apertura de terrazas bulliciosas y una gran predisposición a la ‘joie de vivre’. Copenhague está abierto todo el año.