Tenerife: diez experiencias para disfrutar con los cinco sentidos

Cinco sentidos para disfrutar de un destino que lo tiene todo, y en cualquier época del año. Diez experiencias para tener los pies en la tierra, la cabeza en el cielo y el corazón en todo lo que Tenerife ofrece: experiencias inolvidables e infinitas posibilidades de vivirlas.

Estrellas y cetáceos, mucho para ver

Para exprimir al máximo unas vacaciones en la isla es imprescindible recorrerla con los ojos bien abiertos para no perderse nada. Observar las estrellas en su cielo puro y claro o avistar cetáceos cerca de sus costas. Y es que el cielo de Tenerife, no solo ha ganado la certificación como Reserva y Destino Starlight, también acoge la sede del prestigioso Instituto de Astrofísica de Canarias y varios telescopios en los que trabajan equipos científicos nacionales e internacionales.

Después de dar un paseo por las estrellas, hay que bajar al fondo del océano Atlántico, para descubrir los tesoros de sus profundidades para descubrir los tesoros que esconde y la vida marina.

El mar es escenario también de una de las experiencias más enriquecedoras y transformadoras que hay, de esas que debe vivirse al menos una vez en la vida, como es el avistamiento de cetáceos. Aquí, las empresas que organizan excursiones para conocer desde calderones tropicales a delfines mulares libres en su hábitat natural a bordo de una embarcación, cuentan con una Carta por la Sostenibilidad para el Avistamiento de Cetáceos.

El olor de la naturaleza

Respirar hondo y adentrarse en cualquiera de los 43 espacios protegidos que ocupan la mitad de su territorio, para captar la esencia de la isla. Desde el Parque Nacional del Teide, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, hasta el Parque Rural de Anaga, para perderse en los bosques de laurisilva, sus helechos gigantes y su aire de mágico del Parque Natural de Teno, o respirar la brisa que a 600 metros sobre el mar llegan en los Acantilados de Los Gigantes.

Gastronomía y tradiciones con sabor tinerfeño

Para conocer bien una región, hay que sumergirse en sus sabores, y la gastronomía tinerfeña es creativa y original. Ésta ofrece cherne, cochino negro o aguacate llenos de sabor para quienes buscan alimentar el sentido del gusto con materia prima de calidad. Platos que se completan con vinos locales, cuya historia se remonta al siglo XV. El clima y el suelo volcánico de la isla hacen que los vinos tengan una personalidad inigualable, y gracias al buen hacer gastronómico en la isla, los visitantes pueden elegir entre alguno de los siete restaurantes con estrellas Michelin que tiene para darse un homenaje gastronómico.

La gastronomía de Tenerife actual es la evolución de una herencia de tradiciones. La comida típica describe un mundo de costumbres. Sus papas y mojos, el vino de la tierra y la carne como protagonistas, van de la mano de unas fiestas llenas de autenticidad. La cultura sale a la calle también en forma de romería, fiestas populares, muchas de ellas de carácter religioso como la Semana Santa de La Laguna o el Corpus Christi de La Orotava, sin olvidar, en esta localidad, sus tapices de arena del Teide. Obligatorio, no perderse el Carnaval de Santa Cruz, uno de los más llamativos e importantes del mundo, que llena de color el mes de febrero.

Sol, playa y relax

Si el olfato es uno de los sentidos más potentes para el ser humano, el tacto, conecta al viajero con la isla, con las playas idílicas y el sol que aporta un clima excepcional para desconectar en cualquier época del año. Playas de arena blanca o negra, que recuerda su origen volcánico, como las piscinas naturales diseñadas por la lava, siempre son un plan perfecto para unas vacaciones excepcionales. Y para reconectar con uno mismo, después de haber disfrutado de un vuelo en parapente o haber descubierto la isla desde arriba sobrevolando la costa sur en un helicóptero, nada como descansar en cualquiera de los hoteles de cuatro y cinco estrellas con los que cuenta o relajarse en uno de sus numerosos centros de spa y wellness.

Arquitectura de vanguardia y calles con encanto

A través del oído, el visitante podrá reconocer rápidamente la alegría y el bullicio de las calles de pueblos y ciudades llenos de encanto. La capital, Santa Cruz, cuenta además con una representación de la arquitectura más vanguardista, que se refleja en obras como el TEA, Tenerife Espacio de las Artes, de Herzog y De Meuron, que contrasta con las casonas y patios tradicionales del casco antiguo de San Cristóbal de La Laguna, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, o los de Garachico o Icod de Los Vinos, entre otros muchos, ya que es imposible mencionarlos todos.

Ocio y actividades para todos

Y de la arquitectura al ocio de los parques temáticos, donde lo que se escucha son niños y mayores disfrutando al aire libre. Desde Siam Park, un parque acuático con atracciones y toboganes, al famoso Loro Parque, o las Pirámides de Güímar, un parque botánico y etnográfico, perfectos para exploradores de todas las edades con ganas de divertirse. Momentos que se complementan a la perfección con un gran número de actividades al aire libre y deportes acuáticos, como kayak, windsurf, windfoil, surf o buceo, hasta una amplia oferta de ocio que incluye tanto beach clubs y rooftop bars de ensueño, y festivales destacados en el panorama musical mundial.