Cristina Pedroche: "La Pedroche de antes ya no va a volver"
Hablamos con Cristina Pedroche sobre 'Gracias al miedo', el libro que ha publicado sobre su experiencia de la maternidad, llena de amor pero, también, de temores que la han hecho tambalear. Hoy trata de encontrar su nuevo camino porque la Pedroche de antes, asegura, ya no existe.
Rápida, atrevida, reina de audiencias 'campaneras' y de vestidos de infarto; presentadora inspirada (por cierto, queremos la vuelta de 'Password'); guapísima, musa de metonimias gastronómicas (benditas croquetas del StreetXO), divertida y un pelín descarada (sus detractores dicen, incluso, que macarra). Así es Cristina Pedroche que, ahora, sin embargo, desnuda sus miedos porque desde que ha sido madre, estos la han asaltado por sorpresa. Lo ha hecho en 'Gracias al miedo' (Planeta), un libro sincero, de lenguaje directo (casi se la puede oír hablar mientas se pasan sus páginas) y con el que pretende contar su experiencia como madre primeriza y reciente. Hay en él amor infinito, pero también sombras y "un hoyo" oscuro que, en algún momento, temió que la absorbiera.
Un detalle del carácter 'pedrochero': le mandamos estas preguntas por mail, uno de tantos correos electrónicos que recibe estos días por su debut literario, y nos lo encontramos de vuelta en tiempo récord, apenas unos minutos. Y sus respuestas instantáneas, en un archivo de audio, son todo menos exprés.
¿Por qué crees que la maternidad parece sacudirnos tanto a las madres del siglo XXI?
Porque tenemos un altavoz y hablamos más sobre ello. Antes hablar de una cierta forma sobre la maternidad era un tema tabú. Había mujeres que eran madres y volvían del trabajo cansadas pero tenían que demostrar que eran fuertes y que podían con todo. Y ahora, ya no. Ahora hemos dado un golpe en la mesa y, sobre todo, no nos escondemos. O, por lo menos, es lo que yo he tratado de hacer con este libro.
¿Nadie nos hablaba con sinceridad sobre la maternidad o las madres de antes no la vivían igual?
Creo que antes no se hablaba con tanta sinceridad. De hecho, yo tengo amigas que antes que yo habían sido madres y ahora que yo cuento que lloro y que estoy triste es cuando me dicen: "Es verdad, yo también lloraba mucho". Y al principio, pienso, ¿por qué no me lo decías antes? Y es como si todo el rato sintieran que tenían que estar bien y demostrar que lo estaban. Y no pasa nada por decir que no podemos con todo en un momento dado. En realidad, si podemos con todo, pero no con todo a la vez y muchas veces las mujeres nos ponemos esa presión de que tenemos que poder.
¿Crees que las presiones a las que las madres se enfrentan son las mismas a las que se enfrentan sus parejas?
Mi pareja no se tiene que enfrentar a las mismas cosas que yo, cada uno nos enfrentamos a cosas distintas. Compararnos me parece absurdo, cada uno lo vive de una manera, pero que la sociedad es machista no lo tengo que decir, ya lo sabemos todos. En mi caso, en este libro hablo de mi historia.
¿Qué te llevó a escribirla?
Empecé porque mi ginecóloga, a las dos semanas de dar a luz y verme que estaba mal, me dijo "Escribe, escribe lo que te salga, intenta poner en orden tus sentimientos y tu cabeza". Ha sido mi terapia narrativa. En este libro he querido contar mi historia, lo que yo he sentido y cómo como he vivido estos meses. Decir a los cuatro vientos que sigo 'postpártica' y que once meses después no pasa nada por seguir 'postpártica', que el cuerpo y el cerebro de la mujer necesita mucho más tiempo para adaptarse. Este libro que he escrito es el libro que me hubiera encantado leer a mí para conocer otra historia.
Quiero decir a los cuatro vientos que sigo 'postpártica' y que 11 meses después no pasa nada por seguir estándolo
¿Has podido conocer a otras madres con historias similares?
Del hoyo tan profundo en el que caí, me han salvado las historias de otras madres que he conocido en mi tribu, profesionales a las que he tenido que recurrir como psicólogas perinatales, asesoras de lactancia, matronas que me han ayudado a formarme… y que ahora se han convertido en amigas. Gracias a ellas me he sentido sostenida y comprendida; me han hecho sentir que no estoy loca. Hago este libro para que a lo mejor alguna mujer lo lea y se sienta comprendida. Y, sobre todo, que sienta que no está sola porque a mí eso me venía muy bien, saber que no estaba sola.
A mí del hoyo tan profundo en el que caí me han salvado otras mujeres
Necesitamos también ser más permisivas y más flexibles con nosotras mismas. Yo soy yo, sigo siendo muy perfeccionista y creo que eso no lo voy a poder cambiar. Ahora, sí puedo intentar cambiar cómo me hablo cuando las cosas no salen como tengo previstas y es lo que estoy tratando con la psicóloga y conmigo misma, intentando tratar de ser una mejor versión de mí misma y hablarme mejor. O sea, yo ahora solo quiero hablarme mejor.
¿Por qué crees que la culpabilidad pesa tanto entre las madres?
La culpabilidad está presente todo el rato: puede ser la culpa por no llegar, por no ser la madre perfecta… Si estoy trabajando me siento culpable por no estar con la niña. El otro día me hizo una entrevista la autora de Malas Madres y me decía: "Es que tú todavía tienes la M de madre que te pesa más que la M de mujer". Y, sí, a día de hoy me sigue pesando más la M de madre, estoy en modo madre y es lo que quiero ahora mismo.
A día de hoy me sigue pesando más la M de madre que la M de mujer
Cuando voy con mi hija no pienso en nada más, y cuando estoy trabajando pienso: ¿Por qué tengo que estar trabajando si lo que quiero es estar con mi hija? Supongo que, poco a poco, todo se irá asentando e irá encontrando su camino. No digo volver al mismo camino porque creo que ya la Pedroche de antes no va a volver, sino que tengo que reencontrarme con esta nueva Pedroche y redescubrir mi relación con mi marido, con mis amigos, con mi trabajo... Pero ahora mismo mis prioridades han cambiado.
Autónoma y con un trabajo exigente. ¿La conciliación familiar es un tema pendiente?
La verdad que yo, desde mis privilegios y desde mis horarios y rutina, lo llevo mejor. Pienso en otras madres que se tienen que ir a las ocho de la mañana y vuelvan a las ocho de la noche y se me cae el mundo a los pies. Me gustaría que la conciliación fuera real y que cada mujer tuviera la baja maternal que ella necesitara y que fuera mucho más flexible y por supuesto, más larga.
La Pedroche de antes no va a volver, tengo que reencontrarme con esta nueva Pedroche
Pero, ojo, tampoco quiero decir que sean nueve mese de baja obligatoria: también hay otras madres que a los tres, cuatro o cinco meses ya quieren ir a trabajar, y se sienten mal porque piensan que parece que no quieren tanto a los hijos. Cada mujer tiene que tomar las decisiones que mejor le convengan. Y este no es un libro de autoayuda ni para dar ninguna lección a nadie: yo cuento mi historia y lo que a mí me está funcionando para salir del hoyo, en el que sigo de vez en cuando (aunque las visitas a él cada vez son menos frecuentes). Y si a alguien le resuenan mis palabras y se siente en la misma vibración conmigo, pues feliz.
¿Crees que si tuvieras un segundo hijo la experiencia sería distinta, tal vez con menos miedos, o al revés?
Uno de los motivos por los que fui al psiquiatra fue para preguntarle esto, que si tenía otro hijo, si se me iban a sumar postpartos, que cómo iba a ser. Y, bueno , en el libro cuento la experiencia. Pero no sé, eso nunca se sabe. Lo que sí sé es que me gustaría tener más hijos cuando sea el momento.Sí me gustaría que mi hija tuviera algún hermano, alguna hermana, aunque también me siento mal y también lo cuento en el libro, porque a lo mejor esto es un pensamiento egoísta y quizá ella no quiere tener hermanos y solo lo hago por mí misma, no sé... Bueno, pues estos siguen siendo los bucles en los que me meto, de la pena y de las dudas. Sí estoy un poco mejor pero no estoy recuperada del todo, como ves.