Conoce a Clàudia Malagelada, mejor actriz revelación en los Gaudí por ‘Creatura’, la película sobre el deseo sexual femenino
Espontánea, natural, dulce, agradecida… la actriz novel catalana es un soplo de aire fresco en el mundo de la interpretación, igual que la película de la que todo el mundo habla, y no solo porque ha sido la gran vencedora de los premios del cine catalán -con permiso de ‘Saben aquell’ de David Trueba-, también porque supone una apuesta valiente sobre el cuerpo y el deseo de las mujeres. Su directora, Elena Martín, también da vida a Mila, la protagonista, a quien Clàudia interpreta durante la adolescencia.
Así es la película 'Creatura', gran ganadora de los Premios Gaudí.
‘Creatura’ ganó seis de las quince estatuillas Gaudí a las que aspiraba: mejor película, dirección, montaje, actriz secundaria para Clara Segura, actor secundario para Alex Brendemühl y mejor interpretación revelación para Clàudia Malagelada. Esta última categoría cuenta con el apoyo de La Roca Village, en su apuesta por dar valor al talento joven y creativo y que acompaña a las actrices nominadas en sus proyectos a lo largo del año y en sus estilismos.
Clàudia tiene 17 años, 15 cuando rodó la película, vive en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) y llegó al cásting por casualidad, “tras enviar una foto por Instagram”, nos explica aún en una nube tras su merecido premio.
¿Has madurado de golpe?
Sí, este personaje me ha dado un grado de madurez increíble. En mi entorno siempre han dicho que soy muy madura, pero de repente también lo fui en mi proceso de madurez sexual.
¿Crees que esta película era muy necesaria, que puede hacer reflexionar a muchas mujeres sobre sus propias experiencias pasadas?
Lo es una vez ha salido la película, es decir, yo antes no tenía la necesidad de hablar de estos temas con nadie, pero a medida que se ha empezado a hablar de la sexualidad y del placer abiertamente, me digo “¡qué fuerte me parece que no se haya hablado antes!”. Creo que Elena, la directora, ha promovido a través del guion junto a Clara Roquet una conversación que mucha gente no había tenido o ni siquiera se había planteado. Además de la mirada adulta, es muy interesante que la gente de mi edad también la vea, tiene un punto educativo.
¿Cómo preparaste el papel de la Mila adolescente, fue difícil?
Al principio yo pensaba que al tener la misma edad y aparentemente ser un personaje estándar de hoy en día, sería fácil, pero cuando empezamos a profundizar con el texto y ver todo lo que Mila llevaba dentro, me di cuenta de que había un trabajo heavy por hacer. Nuestras vivencias y formas de ser no eran las mismas, ni las formas de comunicarnos. Me costó diferenciar entre el personaje y yo misma, porque nunca antes había hecho interpretación y al principio fue confuso para mi. No quería cambiar a una por la otra, pero a la vez nos estábamos aportando las dos, fue un poco extraño. Pero Elena me ha hecho de directora, de hermana mayor y de coach. Además, como ella interpreta al personaje adulto, nos tuvimos que mimetizar en la forma de hablar para que en pantalla se viera que éramos el mismo personaje.
¿Hace falta hablar más de nuestra intimidad, también en tu generación?
Creo que a lo mejor no se tiene que hablar más a nivel de cantidad, no de repente hay que hacerlo si no quieres, pero sí es importante que haya el espacio para poder hacerlo. Lo que hay que cambiar es que todo el mundo pueda ser libre de expresarse y que haya una cierta normalidad en todos estos temas para que la gente que sí lo necesita pueda hacerlo. En mi caso, como adolescente, con mis amigas han surgido muchas dudas y necesidades por compartir través de la peli, les he pegado una chapa… y les preguntaba mil cosas de cómo vivían ellas su proceso y despertar sexual. Nuestra relación ha cambiado mucho, ellas me lo dicen, y cuánto me alegro de escucharlo.
¿Crees que hay menos represión y tabús sexuales que antes?
Al menos en mi entorno sí. Es cierto que aún hay que cambiar muchas cosas pero hay más calma, ya no hay tantas risas nerviosas en algunos temas, puede haberlas pero después hay reflexión, y eso me gusta mucho. Hay quienes se sienten identificadas con lo que le pasa a Mila, y otras que no, pero ves que para entender puedes mirar atrás, ya sea con arrepentimiento o como prevención. La película educa sobre lo que ha sido la represión, y la consecuencia en el espectador es pensar si tú también lo fuiste y quieres ser más libre, abrir una puerta en tu cabeza.
Se aborda también una relación complicada entre madre e hija, ¿crees que es algo más habitual de lo que parece?
A mi me queda muy alejado porque la relación con mi madre es maravillosa, pero es verdad que cuando trabajábamos el personaje, madre, hija y abuela tienen un perfil muy parecido, y al final a quien más te pareces es con quien más rebotas. Creo que esto es un poco lo que le pasa a Mila, que en su caso tenía una idealización hacia la figura paterna y menos recuerdos de su madre.
Estudias baile, ¿hacia dónde dirigirás tus próximos pasos?
Tengo clarísimo que voy a acabar mi Bachillerato, y una vez termine me encantaría seguir trabajando como actriz pero no voy a dejar la danza nunca. Ahora están las dos en un primer plano, pero cuando tenga que tomar una decisión una avanzará a la otra pero ambas seguirán siempre en mi vida.