¿Cuándo tengo que preocuparme por la caída del pelo?

¿Asustada por los pelos que se quedan en el cepillo al peinarte? ¿No te atreves a lavarte más el cabello porque crees que así frenarás la caída? Los expertos nos aclaran las dudas sobre lo que es (o no) normal sobre la caída de pelo y lo que debes hacer para que no se te caiga ni un pelo de más

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Es el tema del momento y de los pocos que no está sujeto a las modas virales. Toca hablar de caída de pelo, como todos los años por estas fechas. El fenómeno es, en principio, normal, pero a veces saltan las alarmas. ¿Cuándo hay que preocuparse, de verdad, por la caída capilar? ¿Y si no fuese caída estacional?

Dice el refrán que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Y es ahora, en otoño, cuando muchas entran en pánico al ver cómo se acumulan más pelos de lo habitual junto al desagüe de la ducha o en el cepillo al peinarse. Y aunque el pelo se cae todos los días, unos días más que otros, como parte del proceso natural de regeneración capilar, es cierto que el pelo se cae más en otoño, asegura el doctor David Saceda, dermatólogo especialista en tricología y miembro del GEDET ( Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica). “La caída empieza a finales de verano y se cree que es debido al cambio estacional (cambio de exposición solar y de temperatura)”. Hasta aquí todo en orden.

Explica Paloma Borregón, dermatóloga y directora médica de la clínica Kalosia, que en una melena normal, entre el 85% y el 90% de los pelos se encuentran en fase anágena -de crecimiento-, un 1% en fase catágena -estancamiento- y entre un 10 y 15% en fase telógena -de caída-. Esta última dura unos dos o tres meses. Gracias a dichos ciclos, aclara, el cabello siempre se va a ver regenerado y sano. Sin embargo, hay factores que aceleran una caída no natural del cabello. Desde el estrés o cambios hormonales hasta ciertos medicamentos, una alimentación desequilibrada, la contaminación o los cambios de estación, entre otros. Sin olvidarnos de esas agresiones a las que sometemos a nuestro pelo, alisados, herramientas de calor o peinados demasiado tirantes. Y cuando la salud y la belleza del pelo se resienten, también lo suele hacer nuestra autoestima. Un estudio realizado por Arkopharma desvela que para 6 de cada 10 jóvenes, la caída capilar es lo que más les preocupa. Y 5 de cada 10 confiesan que es el problema del que más hablan con sus amigas.

La cuestión es cómo valorar si esa caída de pelo es normal o si ha llegado el momento de ponerse en manos de un especialista. “Una caída estacional deja de ser normal cuando es mucho más abundante que en años anteriores, se mantiene más allá de 6 semanas y se acompaña de pérdida de densidad capilar en el cuero cabelludo”, explica el doctor Saceda. Lo natural es que se nos caigan en torno a los 100 pelos al día, pero ¿cómo saber si nos movemos dentro de ese rango? Porque a un mismo número de pelos, resulta visualmente más alarmante si el pelo es de una melena larga o de un corte pixie. Para no entrar en pánico innecesariamente, el especialista señala que lo más importante no es tanto qué numero exacto de pelo se nos cae al día, sino saber reconocer un aumento de nuestro ritmo de caída habitual. “Esto es más sencillo porque todos conocemos más o menos el volumen de pelo que estamos acostumbrados a ver en la ducha o en el cepillo”.

¿Se puede prevenir o reducir la caída estacional?

La caída natural es inevitable, pero se puede mejorar el tiempo que dura esa fase telógena y hacer que la recuperación sea un poco más rápida, apunta la doctora Borregón. De la misma opinión es el doctor Saceda. “Es difícil prevenir la caída, pero lo que sí se puede evitar es que esa caída se mantenga en el tiempo durante meses (lo que se conoce como efluvio telógeno crónico). Para eso es esencial mantener unos niveles de hierro adecuados, una dieta variada y equilibrada, con un buen aporte de proteínas; cuidar el cuero cabelludo para evitar dermatitis o problemas descamativos… Si cuidamos todo eso estaremos mejor preparados ante una caída estacional natural”, porque, dice el experto, entre los principales desencadenantes de la caída capilar en una mujer son (por orden): niveles de hierro bajos, cambios hormonales (suspender un anticonceptivo, iniciar una terapia hormonal…), cambio estacional, dermatitis del cuero cabelludo y alteraciones del tiroides.

Caída y rotura, dos cosas diferentes

Tendemos a asumir también como caída de pelo la rotura del mismo y son dos fenómenos diferentes. “Generalmente la rotura capilar se acompaña de cambios muy desagradables en el cabello: pérdida de brillo, encrespamiento, tacto áspero, cortes a distintos niveles, puntas abiertas…. Nada de eso lo vamos a ver en una caída capilar”, explica David Saceda. De hecho, las causas también son diferentes. En general, expone el experto, la rotura se debe a malos hábitos cosméticos: “decolorado excesivo, uso de champús no adecuados a la melena, abandono de mascarilla u otros hidratantes, uso excesivo de secador o plancha… También hay actividades que pueden dañar más el cabello: la playa, peinados profesionales muy tirantes, etc.”. “Cuando el pelo se rompe -indica la doctora Borregón- es porque está frágil. Hay que nutrirlo; darle de comer”.

Pasar a la acción

Si lo que sucede es una caída estacional conocida, la recomendación del doctor Saceda es tener paciencia y no darle importancia. “Si es excesiva lo adecuado es ponerse en manos de un dermatólogo para valorar el caso y considerar hacer pruebas médicas. La prueba médica que más información nos da es una tricoscopia; esto es, el análisis del cabello y cuero cabelludo mediante una imagen digital de gran aumento”.

Si el problema no es tanto de caída como de rotura capilar, la recomendación del experto es sanear el cabello con un buen corte de pelo. “Cuando el tallo está dañado llega un punto que no podemos tomar otra medida. Después dejarse aconsejar por un buen profesional de peluquería para conocer hábitos de hidratación y cuidado. Si se repite en el tiempo hay que consultar también a un dermatólogo experto en tricología para descartar alteraciones médicas del tallo piloso”.

Mito: el pelo no se cae por lavarlo

Existe un pensamiento muy generalizado de que lavar el pelo demasiado a menudo causa su caída. Rotundamente, no. “Cuando se cae el pelo nos asustamos y creemos que el lavado lo empeora. No es así, el pelo que cae en el lavado está ya desanclado e iba a caer igual. Disminuir la frecuencia del lavado solamente puede favorecer la aparición de dermatitis que empeore la situación”, afirma el doctor Saceda.

Otro error habitual, comenta el especialista, es comprar vitaminas y suplementos sin recomendación: “antes de elegir un suplemento es mejor consultar a un dermatólogo experto en tricología que pueda valorar el caso y recomendarte la mejor opción (si es que la necesitas)”. Asimismo, desmiente la creencia, también bastante común, de que vamos a desarrollar una calvicie porque se nos cae el pelo. “La amplia mayoría de los casos de caída capilar no conducen a una calvicie y pueden controlarse bien”.

Por otro lado, hay una serie de buenos hábitos que pueden ayudar a mitigar la caída estacional. El primero y más importante: realizar un lavado suave y frecuente, con un champú adecuado, que libere el pelo y el cuero cabelludo de suciedad e impurezas. Además, desde Montibello aconsejan no acostarse con el cabello húmedo. “Este gesto hará que el cabello no se airee adecuadamente y acabe estropeándose”. Del mismo modo, recomiendan evitar dormir con el cabello recogido para impedir que se rompa y realizar un cepillado suave: “seca el pelo boca abajo y cepíllalo en la misma postura. De este modo, estimularás también la circulación sanguínea y conseguirás más brillo en tu melena”. Y hablando de cepillados, según la doctora María Vicente, cirujana y médico estético de Virtud Estética es bueno cepillar la melena todas las noches antes de acostarse para eliminar células muertas, arrastrar la suciedad acumulada durante al día y estimular la circulación. A todas estas pautas, Carolyne Greyl, presidenta de Leonor Greyl, propone hacer una cura intensiva a base de fórmulas anticaída “que carguen el bulbo piloso de vitaminas, minerales y activos que favorezcan la oxigenación del cuero cabelludo y el crecimiento del pelo”.

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