Jean Paul Gaultier: con él llegó el Scandal

Su nombre siempre ha sido sinónimo de escándalo. Jean Paul Gaultier vistió a los hombres con faldas, creó para Madonna un corsé con unos pechos cónicos supersónicos con los que recorrió el mundo en su gira Blond Ambition Tour en los años 90 y esa prenda se convirtió en icónica. Subió a desfilar sobre la pasarela a gente de la calle y de la noche. ¡Escándalo, escándalo, escándalo! Así que él no podría presentar un perfume cualquiera. Sólo de una mente capaz de desafiar todos los cánones establecidos podía nacer Scandal.

Scandal es el perfume de las mujeres libres y fuertes. De la mujer que no tienen miedo de ser quien es. Por la mañana, Madame la Ministre rezuma seriedad inmersa en sus compromisos oficiales y su agenda repleta de asuntos serios. Pero cuando cae la noche, a Madame la Ministre no hay noctámbulo que la gane. Se atreve con todo y acumula aventuras. Dos mundos bien diferenciados... hasta el día en que una fotografía de Madame La Ministre inunda las redes sociales: ¡Qué escándalo!

La forma de Scandal rebosa alegría. Gaultier que convirtió en icónicos los frascos con forma de torso ahora convierte a las piernas en protagonistas y en el símbolo de la ligereza con la que podemos sumergirnos en las profundidades de un aroma.

El fondo de esta fragancia celebra la vida. De día, un aroma a miel dulce y fresca que huele a gardenia y naranja sanguina y nos transporta casi a nuestra infancia. Por la noche, el pachuli confiere a ese aroma a miel un carácter sensual y descarada. La perfumista, Daphné Bugey (en colaboración con Fabrice Pellegrin y Christophe Raynaud) solo tenía una idea en mente: crear un perfume que pudiera encarnar completamente a la mujer. Y a ellos tres les debemos Scandal. Scandal, ¡un perfume de escándalo que encarna también a la perfección la esencia de Jean Paul Gaultier!