Dalianah, una top con alma

Asus 20 años, lleva un gran camino recorrido. Esta joven espectacular, amable e hiperconectada (@dalianaharekion), que ya desde niña le pedía a su madre que la llevara a un colegio sin uniforme para poder reinventarse cada mañana, se convirtió en top con solo dieciséis años. Es consciente de la suerte que tuvo en 2013, cuando Ricardo Tisci le pidió que abriera el desfile de Givenchy en la Semana de la Moda de París. El mejor trampolín del mundo...

Desfilaste junto a súper tops como Natalia Vodianova e Isabeli Fontana con solo 16 años... ¿Eso marca?

Claro, siempre han sido referentes para mí, unos iconos... Fue un privilegio verlas trabajar y comprobar que, por muy tops que sean, son humildes y te ayudan un montón. Pasé de ser una adolescente de instituto a una modelo conocida, de cero a cien.

Eres una persona con carácter a la que no le importa decir lo que piensa. Choca en alguien tan joven...

Bueno, en el mundo de la moda se madura con mucha rapidez: viajas sola por medio mundo, aprendes a vivir siendo rechazada de casting en casting, hasta que te cogen en el décimo. Eso es duro, sobre todo a los trece años, cuando empecé. Al final, las modelos somos personas y tenemos nuestra visión del mundo. Yo daré mi opinión siempre que me pregunten. En eso soy bastante vasca (risas).

¿Te consideras parte de una generación?

Sí, la de la tecnología y las redes sociales. Ahora, ya hay muchas agencias o clientes que eligen a las modelos en función del número de seguidores que tengan –ella suma 35.000–. Pero no hay sentimiento de grupo entre las tops españolas que están triunfando fuera, como Blanca Padilla o Steffy Argelich.

Si no hubieras sido modelo...

¡Periodista de investigación! Ahora estudio Turismo, a distancia. Necesito seguir estudiando, aunque vaya poco a poco. Mi hermano mayor, que es ingeniero y me cuida mucho, no deja de repetírmelo.

A él le encantaban las revistas de moda, ¿verdad?

Sí, es todo un hipster, pero cuando salí en el “GQ”... ¡dejó de leerlo! (risas). Él y mi madre me inculcaron el amor por el diseño y la moda.

¿Lo mejor de tu trabajo?

Viajar, sobre todo a lugares escondidos. Ya lo decía mi abuelo: lo que aprendes viajando, no lo aprendes estudiando.

¿Tu próximo destino? 

Isla Mauricio, de donde proviene mi padre. Nunca he estado allí y no conozco a mi abuela.

Dime un diseñador de noche y otro de día...

Dolce & Gabbana y Zara o H&M.

¿Un capricho?

El chocolate.

¿Un miedo?

A pesar de vivir en Santander... ¡No sé nadar!

Nueva sensualidad

Los códigos del maquillaje se renuevan y el sexy más moderno marca distancias con el ojo ahumado negro y el labio rojo. Te damos las claves:

Color de labios transformador.

Aquí tienes la prueba: mismo maquillaje, efecto radicalmente distinto. Lo que va del labio casi desnudo al rojo. Hemos cambiado los códigos: el nude puede ser mucho más sexy que el rouge, ideal para iluminar un rostro sin ser sofisticado. Fíjate en las texturas: el efecto glossy del bálsamo o el nude –con un toque de iluminador en el centro– y el semimate del rojo: «Una mujer debe disponer de varias barras. El rojo transmite frescura. Aconsejo aplicar el color de labios antes del blush, es un error hacerlo al revés», dice Olivier Echaudemaison, director artístico de Guerlain. 

Una nueva mirada.

«Arriba, en el párpado móvil, aplicamos un tono monocolor tostado que se ilumina en el lagrimal con un toque de oro; abajo, se delinea un efecto smoke, con el tono bicolor de la paleta 5 Couleurs de Guerlain», dice la maquilladora Cristina Guedella, creadora de este look de Dalianah, que aconseja refrescar la mirada con un toque de bálsamo de labios en el centro del párpado superior. Será tendencia de primavera. 

Uñas dark.

No es necesario aplicar una laca de uñas negras para lucir la manicura que más se lleva. Dos capas del tono borgoña crean el mismo efecto dark pero con un toque más sofisticado. 

Esculpir e iluminar.

«Utilizando los polvos Terracotta para definir los contornos del rostro y la parte inferior de los pómulos. Seguir la línea de la raíz del cabello, marcando un 3 desde las sienes y en pómulos y óvalo aplicarlos del exterior hacia el centro. Después, iluminar las partes sobresalientes del rostro: dibujar una G desde el centro de la frente hacia lo alto del hueso del pómulo y luego desde los laterales de la nariz hacia la barbilla.»