Lencería para llevar a la vista (del corsé al bralette), la consecuencia más controvertida de la tendencia Y2K
El retorno de la estética dosmilera ha traído consigo la (polémica) moda de lucir la ropa interior, tangas incluidos. Así se lleva la tendencia según las pasarelas, las alfombras rojas y el 'street style'.
Si algo nos ha enseñado este 2022 es que los ciclos de la moda son imparables. Orquestadas por las casas de lujo más relevantes del sector, algunas de las grandes tendencias de este año prueban que acariciar la nostálgica del público es un ejercicio tan eficaz como lucrativo. Y, tras varias temporadas jugando con estéticas ochenteras y noventeras (y obteniendo grandes resultados), no es de extrañar que este año la industria se haya centrado en recuperar la moda más característica de los años 2000.
Micro minifaldas, pantalones de talle bajo, 'tank tops'... las piezas y tendencias rescatadas de aquella época se suceden sin descanso en las calles, en las redes sociales y sobre las pasarelas; y llevar la lencería a la vista se ha convertido en la última incorporación a esta oleada de regresos inesperados (y, a veces, indeseados).
El relevo generacional juega de parte de los diseñadores. Lo comprobamos nada más abrir TikTok, esa plataforma que arrasa entre el público más joven y que ha confirmado la teoría de los expertos de que hace falta que pasen 20 años para volver a adorar las tendencias que un día terminaron por desaparecer. En este caso, la hipótesis se materializa mediante al panorama fashionel regreso de los corsés al panorama fashion (liberado ya de connotaciones opresivas y reinventado como símbolo de empoderamiento); los looks de transparencias extremas que ponen el foco en prendas tradicionalmente reservadas para la intimidad; el auge de <strong>'hot pants' </strong>-una suerte de culottes de tamaño mínimo-los 'hot pants' -una suerte de culottes de tamaño mínimo- o esa controvertida y desafiante apuesta adolescente de sacar a la luz las tiras del tanga.
Por todo ello, la lencería está de moda y los desfiles de otoño-invierno 2022-2023 dan buena cuenta de ello. Lo vemos en los estilismos semitransparentes de Fendi, Dior o Miu Miu bajo los que asoman, sensuales e incluso elegantes, bralettes y braguitas de encaje; también en el 'outfit' a capas de Dolce & Gabbana que le cede todo el protagonismo a un sujetador balconette al colocarlo sobre una camiseta blanca; o en las propuestas de David Koma y Off-White que arriesgan bajando las cinturillas de shorts y faldas para que los laterales del tanga permanezcan a la vista.
Los 'photocalls' más observados también se han contagiado de esta fiebre Y2K (siglas que hacen alusión precisamente a los años 2000) gracias a estrellas de la talla de Dua Lipa, Hailey Bieber, Bella Hadid o Kim Kardashian, a quienes no les ha temblado el pulso a la hora de llevar la ropa interior al primer plano con piezas como el 'thong dress' (un término que podríamos traducir como "vestido tanga").
¿Te animas a sumarte a la tendencia? Aquí tienes una selección de piezas de lencería de Etam, Triumph, Chantelle, Hunkemöller... que también son ideales para lucirlas en el exterior.
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