Jordania: magia oriental

En este pequeño país conviven dos de las Maravillas del Mundo: el asombroso Mar Muerto y la ciudad santuario de Petra. Sigue nuestra ruta de 6 días y recorre este país de Oriente Medio: tranquilo, fascinante y 100% hospitalario.

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Jordania es cuna de la civilización, la tierra del Antiguo Testamento; el país de Petra, del desierto de Wadi Rum y, por supuesto, del Mar Muerto. Además, dada su extensión, resulta ideal para visitarlo en una escapada de pocos días. Esta tierra antigua encierra un reino moderno al frente del cual se sitúan el rey Abdalá y la Reina Rania, ejemplo de apertura y solidaridad.

Días 1 y 2: Amman/Jerash

La capital de Jordania es una ciudad con un activo centro comercial (lleno de callejuelas, zocos, mercados e infinitas salas de té) coronado por la Ciudadela, una colina con más de 3.000 años de antigüedad que posee las ruinas del Templo de Hércules, el Palacio Omeya, una iglesia bizantina y el Museo Nacional de Arqueología. Aprovecha el segundo día para conocer Jerash, una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo.

Día 3: Madaba/ Nebo

El viaje hacia el sur, rumbo al Mar Muerto, es una de las mejores experiencias. En seguida encontrarás Madaba, la ‘Ciudad de los Mosaicos’. La principal atracción es un mapa bizantino en forma de mosaico, del siglo VI, formado por dos millones de piezas, que se encuentra en la iglesia ortodoxa de San Jorge. A 10 minutos está el lugar más venerado del país: el monte Nebo, donde dicen que murió y fue enterrado Moisés a los 120 años.

Día 4: Mar Muerto

Hacia el oeste encontramos Suwaymah: allí están los grandes hoteles con balnearios, a los que la gente acude para someterse a curas de reposo y belleza. Tras un baño, para experimentar la sensación única de flotar sin esfuerzo, podemos subir al norte. Las pinturas de la Edad del Cobre de Tulaylat al-Ghassul merecen una visita, así como el lugar del bautizo de Cristo, en Betania, llamado Wadi Kharrar.

Día 5: Petra

de cauces de ríos secos (wadis) y antiguas rutas de caravanas. Visítala a la luz del día también bajo las estrellas. Recorre el kilómetro y medio del Siq: una inmensa grieta entre acantilados de piedra arenisca.

Día 5: Wadi Rum

Wadi Rum es un paisaje de extrañas formaciones rocosas ascendentes y descendentes, conocidas como ‘jabals’: súbete a un globo y disfruta de las vistas y la puesta de sol.

DÍA 6: Aqaba/Mar Rojo

Le llaman Rojo, pero podría haberse bautizado con otros muchos nombres: verde, rosa, amarillo... pues la naturaleza ha derramado todo tipo de tonalidades en forma de corales, plantas y peces en estas aguas cristalinas. Relájate en sus resorts hoteleros de lujo un par de días. Vuelve a Amman –a 340 km– en avión.

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